Geográficamente aislada en una esquina de Europa, Portugal está acostumbrada a pasar desapercibida: hace siglos que el país de los descubrimientos no es un peso pesado en el continente. Sin embargo, aunque no sea un protagonista en el teatro europeo, Portugal es un Estado miembro de la Unión desde hace tres décadas. Como tal, tiene derecho a recibir ayuda de los otros países de la UE a través del mecanismo de Protección Civil, que existe para coordinar operaciones de apoyo humanitario cuando tienen lugar catástrofes.
Ante los cientos de fuegos declarados este verano, Portugal activó el mecanismo europeo el pasado martes, pidiendo el envío urgente de medios aéreos para intentar frenar el desastre. El problema es que, 48 horas más tarde, los medios no llegan y el país continúa ardiendo. Este jueves 13 macroincendios seguían arrasando el territorio luso, entre ellos las conflagraciones que actualmente cercan las ciudades de Aveiro y Viana do Castelo en el norte, y la tormenta de llamas que ha devastado la isla de Madeira.
“Esperábamos algo de solidaridad por parte de nuestros vecinos europeos”, lamentaba la ministra lusa de Administración Interna, Constança Urbano de Sousa, desde las afueras de la aldea de Arouca, distrito de Aveiro, donde los bomberos portugueses llevan varios días intentando sofocar el fuego.
A la ministra le parecía vergonzoso que hubiera llegado ayuda de Marruecos antes que desde los países comunitarios. “La noche del miércoles hablé con el ministro de Interior marroquí. Hoy por la mañana ya volaban dos Canadair marroquíes sobre Castelo de Paiva”, declaró la ministra, refiriéndose a los aviones contraincendios que se consideran como los mejores para la extinción de incendios forestales. “Pediría mayor esfuerzo y rapidez para ayudar a un país comunitario”.
Europa también está que arde
El mecanismo de Protección Civil de la UE puede ser activado por cualquier Estado miembro de la Unión, además de cualquier país del mundo si se ve sobrecargado por una crisis humanitaria. Una vez activado, la Comisión Europea (CE) coordina y ofrece financiación parcial del transporte del material, además de expertos en crisis humanitarias, pero la ayuda en sí es voluntaria y depende de lo que cada Estado miembro decida ofrecer.
Desde Bruselas, el portavoz de la Comisión de Ayuda Humanitaria y Protección Civil ha asegurado a EL ESPAÑOL que recibieron la notificación de la petición de Portugal el miércoles y que estaban haciendo todo lo posible para ayudar. Según el portavoz, el problema es que la ayuda voluntaria entre los Estados en esta materia se ha reducido drásticamente por el número de incendios activos en el continente ahora mismo.
“El 40% de las hectáreas que han ardido en Europa este verano han sido alcanzadas por las llamas a lo largo de esta semana”, explica el portavoz. “Hay incendios intensos por toda Europa, y hay muchos Estados miembros que se enfrentan a incendios activos, o al peligro real de un incendio próximamente. Por ese motivo no hay muchos medios aéreos a disposición”.
“Francamente, estamos en una situación crítica en la que se han sobrepasado los límites de los medios en suelo europeo, y no podemos esperar que los Estados miembros movilicen aviones que no tienen”.
El portavoz explica que, ante la falta de medios, el Centro de Coordinación de Emergencias de la UE estaba ofreciendo otros servicios a Portugal, entre ellos información de último momento sobre el progreso de los incendios a través del sistema de satélites Copernicus. También asegura que siguen coordinándose con los países vecinos para enviar medios aéreos a Portugal en el momento que estén a disposición.
“El jueves un avión contraincendios italiano, acompañado por uno de nuestros expertos en esta materia, ha sido despachado a la base de Monte Real en el norte del país”, ha afirmado.
Solidaridad española y marroquí
El jueves el único país europeo activamente asistiendo a los portugueses era España, que a lo largo de la semana ha enviado efectivos para asistir en las labores de extinción en tierras lusas en el marco del acuerdo de asistencia bilateral que mantiene con Portugal desde 1992. El acuerdo autoriza la participación de bomberos de ambos países en operaciones que tengan lugar a cinco kilómetros de la frontera o siempre que cualquiera de los dos Estados lo solicite.
La mayoría de las incursiones esta semana han sido cerca de la frontera luso-gallega, donde bomberos españoles han participado en las operaciones que tienen lugar en Viana do Castelo, a unos 20 kilómetros del Río Miño. El Gobierno de España también ha desplazado varios aviones contraincendios para participar en esta operación, entre ellos un avión anfibio con capacidad de descarga de 6.100 litros de agua, que salió desde la base de Talavera la Real (Badajoz).
Fuentes del Ministerio de Administración Interna luso indican que aunque la ayuda española es “enormemente bienvenida y apreciada”, ante los cientos de incendios que están teniendo lugar este verano Portugal no puede depender exclusivamente del país vecino.
“España tiene fuegos activos en su propio territorio, con incendios muy potentes en Galicia”, explica la fuente ministerial. “No podemos esperar que envíen toda su flota a suelo portugués. Hay otros países que nos podrían echar una mano”.
Como la asistencia que ha llegado desde España, la ayuda marroquí es el resultado de excelentes relaciones bilaterales entre dos Estados, no un mecanismo internacional. Portugal y Marruecos disfrutan de relaciones diplomáticas desde 1774, y Lisboa fue la primera ciudad europea en la que el Estado marroquí abrió una embajada.
La importancia de la amistad entre los dos países la demuestra la presencia de la propia embajadora, Karima Benyaich, perteneciente a una familia extremadamente cercana al actual rey de Marruecos, Mohammed VI. El padre de Benyaich era el médico personal del fallecido Hassan II, y murió durante un intento de golpe de Estado en ese país en 1972; desde entonces sus hijos –entre ellos el hermano menor de la embajadora, Fadel Benyaich, que sirve de embajador de Marruecos en Madrid– se han mantenido muy próximos a la Casa Real alauita. Estas conexiones, y la histórica amistad entre los dos Estados, pueden explicar la respuesta tan satisfactoria a la petición de ayuda.
Independientemente de la asistencia estatal, otros pequeños gestos internacionales han tenido lugar en los últimos días. El futbolista Cristiano Ronaldo, originario de Madeira, se ha puesto en contacto con el presidente de la región autónoma para ofrecer ayuda económica a aquellas familias que habían perdido sus casas en el macroincendio que ha desplazado a miles de personas. Por otra parte, aunque el Gobierno de Reino Unido no ha ofrecido ayuda a Portugal, un batallón de bomberos de South Yorkshire ha enviado material valorado en 100.000 euros a sus compañeros lusos en Albufeira, donde hay una comunidad de ingleses expatriados numerosa.