"¿En inglés o en francés?". El negociador jefe de la Comisión para el brexit, Michel Barnier, ha arrancado con ironía su primera rueda de prensa en Bruselas desde que fue nombrado para el cargo. Los diarios anglosajones ya le ha tachado de enemigo de Reino Unido y le acusan de querer imponer el francés como lengua oficial de las conversaciones de divorcio. En su comparecencia, Barnier ha alternado las dos lenguas, el inglés con un fuerte acento galo.
Su diagnóstico preliminar sobre el brexit no ha sido nada complaciente. "Estamos entrando en territorio desconocido. El trabajo será legalmente complejo, políticamente sensible y tendrá consecuencias importantes para nuestras economías y nuestros ciudadanos en los dos lados", ha dicho Barnier. El negociador jefe conoce profundamente la UE porque ha sido comisario de Política Regional y Mercado Interior y Servicios Financieros, además de ocupar varios ministerios en el Gobierno francés.
El principal objetivo de su comparecencia era meter prisa al Gobierno de Theresa May para que acelere la separación. La UE todavía espera que May active la cláusula de divorcio (el artículo 50 del Tratado) en marzo de 2017 pese a la disputa legal sobre si es el Gobierno o el Parlamento británico el que tiene poderes para hacerlo. Aunque el Tratado habla de dos años para cerrar la separación, Barnier ha sostenido que en la práctica "habrá menos de 18 meses para negociar".
El representante de la UE avisa a Londres de que el acuerdo final de divorcio debe estar concluido como muy tarde "en octubre de 2018". Sólo así dará tiempo a que el compromiso sea ratificado por los 27, la Eurocámara y Reino Unido. El brexit se consumará en marzo de 2019 y las elecciones al Parlamento Europeo de primavera de ese año se celebrarán ya sin Reino Unido.
Barnier ha adelantado además los cuatro principios que guiarán a la UE en sus negociaciones con Londres:
1. Frente común de la UE contra Reino Unido. La unidad de los 27 es su principal fuerza frente a Londres. Barnier ha dicho que su prioridad en las conversaciones de separación será preservar esta unidad y defender el interés común europeo. Es un principio que comparten "todos los Gobiernos europeos". El negociador jefe ya ha visitado 18 capitales y tiene previsto ir este viernes a Madrid
2. Londres saldrá perdiendo. Barnier lo ha explicado de forma muy gráfica. "Ser miembro de la UE conlleva derechos y beneficios. Los países terceros (es decir, los que están fuera de la Unión) nunca pueden tener los mismos derechos y beneficios porque no están sujetos a las mismas obligaciones", ha dicho.
3. No habrá negociaciones antes de que se active la cláusula de divorcio. Ni siquiera sobre el estatus de los ciudadanos británicos que residen en otros países de la UE, como España. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya ha remitido una carta al parlamento británico en la que dice que esta cuestión sólo puede abordarse como parte del acuerdo final de separación.
4. Theresa May no puede elegir a la carta. El acceso al mercado interior y las cuatro libertades fundamentales de la UE (movimiento de personas, productos, servicios y capitales) son "indivisibles", ha dicho Barnier. "No es posible elegir a la carta", ha insistido. Eso significa que si Londres quiere limitar la llegada de inmigrantes europeos, tal y como pretende, no podrá exportar al mercado común sin aranceles.
Barnier ha aclarado además que las negociaciones sobre el divorcio y las conversaciones sobre la relación futura entre la UE y Reino Unido no podrán llevarse a cabo de forma simultánea. Primero debe pactarse la separación y sólo cuando Londres sea un país tercero podrá discutirse sobre un posible nuevo acuerdo.
El negociador jefe de la UE no descarta que pueda haber algún tipo de acuerdo transitorio "muy limitado" pero dice que eso depende de May. "Mientras no sepamos cuáles son las intenciones y las peticiones de Reino Unido para esa futura asociación, es difícil hablar de un periodo transitorio", asegura Barnier.
"Los 27 están unidos en estas negociaciones y lo seguirán estando. Estamos listos. Keep calm and negotiate", ha concluido, parafraseando un conocido eslogan británico.
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