"Seguir el rastro del dinero puede ser extremadamente eficaz para localizar a delincuentes y terroristas y a sus contactos y cómplices", asegura el comisario europeo de Seguridad, Julian King.
La Unión Europea quiere poder acceder a los datos bancarios de los ciudadanos comunitarios con el fin de controlar los flujos de fondos de las redes yihadistas.
Bruselas estudiará durante los primeros meses de 2017 poner en marcha un Sistema de Seguimiento de la Financiación del Terrorismo. Se trata de copiar un polémico programa que ya existe en Estados Unidos (TFTP, por sus siglas en inglés) y que ha sido criticado por la Eurocámara y algunos países miembros como Alemania por su intromisión en la privacidad y la protección de datos.
Asfixiar las fuentes de financiación de los grupos terroristas es una de las prioridades de la estrategia de seguridad de la UE, que se ha hecho más urgente en los últimos meses tras los ataques de París, Bruselas, Niza o Berlín. A los Gobiernos europeos les preocupan tanto las operaciones de financiación complejas y a gran escala como el terrorismo low cost que utiliza nuevos medios -como las tarjetas prepago a las que recurrieron los yihadistas de París- difíciles de detectar. Frente a estos riesgos, el Ejecutivo comunitario ve necesarias nuevas herramientas similares al programa sobre datos bancarios de EEUU.
"Existe una creciente amenaza por parte de terroristas autóctonos o yihadistas europeos que han regresado de zonas de combate y que necesitan menos recursos financieros y utilizan diferentes medios de pago para transferir fondos. Los análisis muestran que un sistema TFTP europeo podría ayudar a identificar a sospechosos con el fin de prevenir ataques, dar información útil justo después de un ataque y permitir una identificación más rápida de los autores y proporcionar pruebas importantes para procesarles", explica a EL ESPAÑOL la portavoz de Interior de la Comisión, Tove Ernst.
"No obstante, el posible valor añadido de un programa europeo debe sopesarse frente a las complejidades técnicas de dicho sistema, los costes económicos y también su impacto en los derechos fundamentales", añade la portavoz.
La UE cede los datos bancarios a EEUU
El TFTP comenzó siendo un programa secreto de espionaje de datos bancarios que lanzó el Gobierno de George W. Bush semanas después de los atentados del 11-S de 2001 en Nueva York y Washington. Gracias a él, la CIA logró acceder a millones de datos bancarios confidenciales almacenados por Swift, un consorcio financiero que tiene su sede en Bélgica y gestiona la mayoría de las transferencias internacionales. Su objetivo era seguir el rastro de las transacciones de personas sospechosas de tener vínculos con el grupo terrorista Al Qaeda.
El programa fue destapado en 2006 gracias a una investigación del New York Times, que provocó un fuerte escándalo en Europa. El entonces presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, se vio obligado a comparecer ante la Eurocámara y allí admitió que sabía que EEUU espiaba las transferencias bancarias comunitarias.
Pero el flujo de datos no se interrumpió. Al contrario, Bruselas ha firmado un acuerdo con EEUU para cederle datos bancarios de los ciudadanos europeos en investigaciones antiterroristas. A cambio, exigió salvaguardas en materia de privacidad. Alemania, Austria, Hungría y la Eurocámara se resistieron hasta el final, pero acabaron cediendo.
En estos momentos, la UE no tiene una base de información propia, sino que envía los datos bancarios de sus ciudadanos a Washington. Son los norteamericanos los que analizan la información y si encuentran alguna pista la comparten con sus socios europeos.
"Tras los ataques de París y Bruselas, este programa generó 800 pistas", ha dicho el comisario King. El pacto de cesión de datos bancarios entre la UE y EEUU también ha aportado información a las investigaciones de los atentados más importantes de los últimos años, como los del 11-M en Madrid en 2004, los de Londres en 2005 o el ataque en la maratón de Chicago en 2013, según la administración estadounidense.
En 2013, Bruselas ya hizo un estudio de viabilidad para crear un Sistema Europeo de Seguimiento de la Financiación del Terrorismo similar al TFTP. Y su conclusión fue negativa. La creación de una nueva base de datos sobre transferencias financieras de los ciudadanos de la UE plantearía "grandes problemas" en materia de privacidad y sería costoso y complejo desde un punto de vista técnico y operativo.
¿Qué ha cambiado?
¿Qué ha cambiado para que la Comisión se plantee de nuevo poner en marcha este programa? "La amenaza terrorista ha evolucionado y los recursos financieros utilizados por los terroristas no pasan necesariamente por los sistemas de transferencia cubiertos por el acuerdo TFTP entre la UE y EEUU", dice el Ejecutivo comunitario en su último informe sobre seguridad recién publicado (en pdf).
Un sistema europeo complementario proporcionaría "una visión más completa" de transacciones financieras que ahora no están a la vista y facilitaría el intercambio de datos. El nuevo programa se centraría en los pagos dentro de la UE en euros, ya que la mayoría de las células terroristas localizadas en Europa han utilizado cuentas bancarias y tarjetas de crédito tanto para sus actividades cotidianas como para financiar los ataques. Pero Bruselas no excluye cubrir también transferencias en otras monedas.
Eso sí, la Comisión vuelve a insistir en que la puesta en marcha de este programa tendría un impacto en los derechos fundamentales de los ciudadanos, "en particular la protección de la vida privada y el derecho a la protección de los datos personales". Y también sería complejo técnicamente y costoso por la necesidad de recoger y procesar una gran cantidad de datos procedentes de distintas entidades. El Ejecutivo comunitario seguirá estudiando todas las opciones y presentará un informe en verano de 2017.
Controles en las tarjetas prepago
A la espera de este estudio, el Ejecutivo comunitario acaba de presentar un nuevo paquete de iniciativas para cegar la financiación del terrorismo. El principal foco de atención es el dinero en efectivo y los medios alternativos como las monedas virtuales o las tarjetas prepago. Las medidas se suman al anuncio que ha hecho el Banco Central Europeo de que dejará de emitir billetes de 500 euros por su uso para actividades delictivas.
En la actualidad, las personas que llegan o salen de la UE con más de 10.000 euros en efectivo están obligadas a declararlo. Bruselas propone extremar los controles aduaneros al dinero en efectivo enviado en paquetes, así como al oro y las tarjetas prepago, que no están cubiertas ahora. Además, las fuerzas de seguridad podrán actuar cuando detecten importes en efectivo inferiores a 10.000 euros si existen sospechas de delito.
El Ejecutivo comunitario ha adoptado además un reglamento que facilitará el embargo preventivo y el decomiso de los recursos financieros de los terroristas en los diferentes Estados miembros. La norma reconoce que las víctimas tendrán prioridad sobre los Gobiernos a la hora de recibir una compensación procedente de estos activos congelados.
Estas medidas todavía deben ser ratificadas por los países miembros y la Eurocámara. Precisamente, los Gobiernos acaban de llegar a un acuerdo que exigirá identificar a los poseedores de tarjetas prepago de más de 150 euros. Además, las plataformas de monedas virtuales tendrán que controlar a sus usuarios, acabando con el anonimato de este tipo de intercambios. Finalmente, se extremará la vigilancia sobre los 11 países que facilitan la financiación del terrorismo, entre ellos Siria, Irak, Afganistán, Bosnia o Laos.