El exespía británico ya actual detective privado para temas de inteligencia Christopher Steele fue una de las fuentes con las que contó el jefe del MI-6, Alex Younger, cuando el 8 de diciembre alertó sobre el peligro de los ciberataques de cara a elecciones locales en Inglaterra en 2018, entre las posibles interferencias en otros asuntos europeos, según publica The Independent. Aunque Younger, que según los medios británicos es amigo de Steele, no citó directamente a los rusos en aquel inusual discurso desde la sede de los servicios secretos británicos, no quedó duda de que se refería a ellos, indicó The Guardian entonces.
"La conectividad, que esta en el corazón de la globalización, puede ser explotada por los Estados con intención hostil para llevar adelante sus objetivos de forma irrefutable", dijo entonces Younge. "Lo hacen a través de medios como ciberataques variados, propaganda o subversión del proceso democrático".
Los apuntes de Younger para su discurso contenían "parte del material suministrado" por Steele, de acuerdo con fuentes de seguridad consultadas por The Independent. Al hablar sobre el presunto pirateo informático de Moscú en las elecciones de Estados Unidos, alertó sobre el peligro al que según él se enfrentan Reino Unido y otros aliados occidentales.
Las fuentes de seguridad a las que alude este periódico británico señalan que el MI-6 disponía de extensa información, tanto británica como internacional, sobre la amenaza rusa más allá de la proporcionada por Steele, el presunto autor del 'dosier Trump' en el que se señala como altamente probable ciberespionaje ruso y la posesión de información comprometedora sobre el presidente electo en manos del Kremlin para poder chantajearle.
La semana pasada trascendió que Steele había sido supuestamente contratado por republicanos anti-Trump, posiblemente del equipo de Jeb Bush, durante la campaña electoral y que sus servicios habían sido requeridos también por los demócratas. El 'dosier Trump' que finalmente vio la luz después de que los servicios secretos estadounidenses decidieran transmitírselo tanto al presidente electo como a Barack Obama llevaba meses rondando por Washington, pero ningún medio había publicado la información al no poder corroborarla.
El jefe de todas las agencias de inteligencia de EEUU, James Clapper, subrayó la semana pasada que la información en ese dosier, que incluye supuestos encuentros sexuales de Trump en un hotel de Moscú, no ha podido ser verificada. Pero la debió de considerar lo suficientemente fiable o peligrosa como para hacérsela llegar a ambos mandatarios estadounidenses. Varios excompañeros de Steele en los servicios secretos y otras figuras han destacado su credibilidad e historial como espía de asuntos rusos desde entonces.
Trump y Moscú niegan la veracidad de la información y el jefe de la CIA ha pedido al presidente electo que tomará posesión del cargo el viernes que no desestime tan rápidamente lo que pueda estar haciendo Rusia.