El bueno y el malo. François Fillon y Nicolas Sarkozy. El bueno: el irreprochable ex primer ministro que eliminó de la carrera presidencial a quien fuera presidente de la República Francesa. El malo: Nicolas Sarkozy, el polémico expresidente derrotado por su mano derecha y salpicado por múltiples casos de corrupción.
Hasta ahora, el candidato de Los Republicanos, favorito según múltiples sondeos para hacerse con la presidencia, se había desmarcado de Sarkozy: su nombre no aparece en ninguna investigación por corrupción, tampoco en ningún documento sobre el escándalo de la financiación de la campaña de 2012 por el Gobierno libio, ni en el caso de arbitraje de Bernard Tapie.
Pero su impoluta imagen, su campaña basada en este contraste entre lo irreprochable y lo reprobable se ha venido abajo.
La exclusiva publicada el pasado miércoles 25 de enero por el semanario satírico Le Canard Enchaîné, asegura que la esposa del aspirante conservador, Penelope, habría cobrado medio millón de euros entre 1998 y 2012. Fillon habría contratado a su propia esposa como ayudante durante su mandato como diputado del departamento de Sarthe. Tras tales revelaciones la Fiscalía Nacional Financiera ha iniciado una investigación por “malversación de fondos públicos” y “abuso de bienes sociales”.
Según las revelaciones de la misma publicación, Penelope Fillon también habría sido remunerada entre 2012 y 2013 por la publicación La Revue des Deux Mondes, por artículos que bien pasaron desapercibidos o nunca llegaron a ser publicados. Dos empleos ficticios por los que habría llegado a recibir la nada desdeñable suma de 900.000 euros. Un escándalo que salpica a su esposa, pero también a dos de sus hijos que fueron contratados como “asistentes parlamentarios” para realizar “misiones concretas” entre 2005 y 2007, cuando Fillon era senador, recibiendo 84.000 euros de las arcas públicas.
Estas revelaciones han desatado una investigación judicial y han llevado a la policía anticorrupción a entrar, este mismo martes 31 de enero, en la Asamblea Nacional para recopilar información sobre las nóminas y contratos de la esposa del candidato de Los Republicanos.
Acusaciones que “pueden poner en verdaderas dificultades a Fillon”, estima el cronista político francés Hubert Huertas. “Su campaña se ha basado en desmarcarse de Sarkozy, sus votantes no le votaron por su programa –que presenta una política al modo de Bruselas pero multiplicada por cinco y que le está creando muchos problemas-, eran votantes ‘anti-Sarkozy’ que querían sacar al expresidente de la carrera a la presidencia”. Una campaña basada en su “honestidad” y en su “impoluta reputación” que puede “venirse abajo”, explica el cronista.
Y es que, el discurso de Fillon ha sido construido en torno a la lucha contra la corrupción, criticando a “aquellos que se han aprovechado del sistema”. Basta con remontarse al 20 de octubre de 1999 cuando, en una entrevista concedida a France 2, el entonces candidato a la presidencia del RPR (Agrupación por la República) sentenciaba: “En el RPR hay miles de militantes y miles de cargos electos que respetan la ley y que quieren estar orgullosos de su partido. Pues bien, los que no la han respetado deben ser excluidos, es la regla, de la cual hemos sido dotados y haré que se cumpla”.
Así se posicionaba el ahora candidato sobre el entonces alcalde de París, Jean Tiberi, acusado de conseguirle a su mujer un empleo ficticio en el Consejo General -órgano de gestión territorial, entonces en manos del RPR- del Departamento de Essonne.
Así, el punto fuerte de Fillon ha sido vapuleado, aquello que le diferenciaba del polémico Nicolas Sakozy se ha desvanecido a golpe de exclusiva. “Ahora, Fillon puede ser tachado no sólo de corrupto, también de mentiroso e hipócrita”, considera el periodista.
Mientras las revelaciones e investigaciones se suceden, François Fillon continúa con su campaña política convencido de que sus votantes no han perdido la confianza en su candidato. “A través de Penelope, tratan de despedazarme. Pero yo no tengo miedo de nada, soy fuerte. Si quieren atacarme que lo hagan directamente mirándome a los ojos, pero que dejen a mi mujer fuera de este debate político (…) Desde el inicio, Penelope está a mi lado, con discreción, con dedicación. He construido mi carrera junto a ella”, zanjaba en un multitudinario mitin celebrado el 29 de enero en La Villette, París.
El discurso pronunciado ante 8.000 de sus seguidores, sin embargo, parece no haber sido aprobado: según un sondeo realizado por “L’opinion en direct” del Instituto Elabe, el 76% de los franceses no ha sido convencido por estas explicaciones.
¿Pasarán factura estas revelaciones a la candidatura de Fillon? “Hasta dentro de dos o tres semanas no sabremos hasta qué punto afectarán estas revelaciones a la popularidad de Fillon”, explican desde ViaVoice, empresa especializada en sondeos políticos. “Por ahora hay tres candidatos a la cabeza: François Fillon, Marine Le Pen y Emmanuel Macron, la diferencia entre ellos es mínima, unos tres o cuatro puntos, este es nuestro margen de error, por lo que cualquiera de ellos podría imponerse como favorito.”
MACRON, PRINCIPAL BENEFICIADO
Tres candidatos, dos de ellos abanderados de políticas conservadoras y salpicados por investigaciones judiciales similares. “El Frente Nacional tendrá problemas para sacar ventaja de estas revelaciones, no está en condiciones de criticar a Fillon dado que varios de sus colaboradores están siendo investigados por ocupar cargos ficticios en el seno del Parlamento Europeo”, explica Marine Turchi, periodista del diario digital Mediapart. Y es que, en la actualidad, la institución europea reclama 340.000 euros a la líder del partido de extrema derecha por malversación de fondos en un caso de empleos ficticios.
En este contexto, sería Emmanuel Macron, ex ministro de Economía en el Gobierno de François Hollande, fundador movimiento político ¡En Marcha! y candidato a la presidencia, quien podría beneficiarse de cierta ventaja ante el escándalo. “Los votantes de Fillon, aquellos que votaron convencidos, no bajarán los brazos tan rápidamente, continuarán confiando en su candidato. Pero los votantes silenciosos, con ideas centristas, pueden cambiar de bando, decepcionados ante un candidato que ha perdido toda su credibilidad… Sus votos podrían converger hacia Macron, pero no hacia Le Pen que se ve salpicada por las mismas acusaciones”, analiza Hubert Huertas.
A tan sólo tres meses de la celebración de las elecciones presidenciales, un hipotético escenario es difícil de discernir. Lo que sin duda es indiscutible es que François Fillon se ha topado con la peor de las piedras en su camino: la comparación inevitable con Nicolas Sarkozy, de quien tanto ha tratado de distanciarse, y con una mancha en su impoluto expediente que será difícil ignorar.
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