Los musulmanes de Reino Unido quieren romper con los prejuicios y la mala imagen que, según ellos, se tiene sobre el Islam alrededor del mundo. La idea es resaltar la aportación de este grupo religioso y el trabajo de las mezquitas en la sociedad. Bajo el lema de 'Visita mi mezquita' más de 150 centros de culto islámico de todo el país han abierto sus puertas.
Es el tercer año consecutivo que el Consejo Musulmán británico, el organismo de esta fe religiosa más poderoso e influyente del país, lleva a cabo esta iniciativa. Su popularidad crece cada año. Hace apenas tres sólo una veintena de mezquitas se sumaron a la iniciativa. Hoy son más de 150 en todo el país. Harun Khan, secretario general del Consejo, asegura que “este año es más necesario que nunca. Especialmente tras el atentado de Quebec o las restricciones de Donald Trump.”
De hecho, el lema de esta jornada de puertas abierta, es “sin muros, sin pasaportes, todos bienvenidos”. Y esa es la idea. Abrir las puertas de estos centros religiosos a sus vecinos y, alrededor de una taza de té, compartir experiencias y mostrar la labor social que realiza la mezquita en la sociedad: recaudación de fondos para los hospitales públicos, para asesoramiento legal a los refugiados, realización de campañas de donación de sangre, ayuda a inmigrantes...
EL ESPAÑOL ha entrado en una de las mezquitas más importantes de Londres. La de Finsbury Park. Situada al norte de la ciudad, esta rábida tiene un pasado lejano turbio. Estuvo vinculada con el islamismo radical y uno de sus antiguos imanes fue incluso condenado por la justicia por discursos fundamentalistas. Hoy, su reputación ha cambiado mucho. Prueba de ello es el juicio que ganó la semana pasada y que le otorgó una disculpa pública y una recompensa económica por haber sido vinculada con actividades terroristas a finales del siglo pasado. La elección de esta mezquita para lanzar la campaña no es, por tanto, peregrina.
En su interior, mucha gente de todo tipo y fe diversa. Musulmanes, cristianos, judíos y personas sin ninguna religión en concreto pero, sobre todo, vecinos curiosos que no han querido perderse el evento. Decenas de voluntarios ofrecían información y hacían de guías a los visitantes. En la planta baja, muchos puestos de asociaciones sin ánimo de lucro que están, de alguna forma, vinculados con la mezquita.
"Tomar té en lugar de construir muros"
Omalic es musulmán y es voluntario en la ONG Human Appeal que ofrece ayuda en situaciones de emergencia. Profesor universitario, cree que el trabajo de la mezquita “es enorme” y traspasa las fronteras de la religión: “Ayudan a recaudar fondos para refugiados, para hospitales locales o simplemente nos ceden su espacio para organizar eventos. Su aportación es enorme y sin duda nuestra asociación sufriría mucho sin su ayuda porque nosotros queremos llegar a las comunidades locales, la mezquita nos ayuda a conectar con todo el mundo.”
En los pisos superiores, todos cubiertos de una moqueta impecable, hay varias salas de rezo. Los visitantes han tenido la oportunidad de presenciar en vivo y en directo uno de los momentos de oración. La expectación era enorme. Claire es la primera vez que viene a una mezquita y cree que esta jornada de puertas abiertas es una manera excelente de eliminar prejuicios y conocer más sobre otras religiones. “Se han construido muchos muros, metafóricamente y literalmente hablando, así que está bien acercarse y conocer lo que pasa dentro”.
Lynn asegura que este tipo de iniciativas “nos acercan los unos a los otros. Es importante saber que todos somos una misma comunidad y que luchamos y queremos las mismas cosas. Sin tantas divisiones”.
Un poco más arriba, en otra sala, una voluntaria da una charla para explicar qué es el Islam y el papel social que desarrolla la mezquita. Hanna atiende a la explicación con su hijo de dos años. “Ha sido maravilloso, desde que entramos por la puerta todo el mundo ha sido muy amable con nosotros. Nos han ofrecido su ayuda, té y chocolates. Es muy instructivo y creo que es importante transmitir el mensaje de que que esta es una comunidad abierta con la que compartimos muchas cosas”, explica.
Menos optimista es Steve, judío. Se ha acercado por curiosidad y pese a opinar que la iniciativa es buena no cree "que Trump deje de imponer sus restricciones o la gente vaya a cambiar lo que piensa de los musulmanes a gran escala por acciones de este tipo. Ojalá, pero es muy difícil.”
Mientras la mezquita se llena de más y más gente tiene lugar una rueda de prensa con una imagen curiosa. El imán del centro religioso, la reverenda anglicana de una iglesia cercana, el diputado laborista Jeremy Corbyn (diputado por esa circunscripción al norte de la ciudad) y un representante del Consejo Musulmán Británico. El mensaje de los tres es el mismo: integración, aprendizaje mutuo e intereses comunes. Se trata de construir puentes y eliminar huecos, asegura Corbyn, que finaliza diciendo que “tomar té es mucho más efectivo que construir muros que nos mantengan alejados a unos de otros”.
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