A doce días de la primera vuelta de las presidenciales de Francia, los candidatos han dado este lunes el pistoletazo de salida a la campaña oficial. El terrorismo ha sido el tema elegido por el socioliberal Emmanuel Macron y la ultranacionalista Marine Le Pen para sus respectívos discursos ante los medios en París.
Macron ha afirmado que, en caso de ser presidente, Francia liderará una iniciativa internacional para obligar a los gigantes de Internet a que colaboren en la lucha contra el terrorismo y propondrá en la OTAN desarrollar un “ciber ejército” como parte de las capacidades de defensa de Europa.
La líder del Frente Nacional coincide en la necesidad de formar una coalición internacional para "derrotar el terrorismo islamista" y mantiene su discurso xenófobo y proteccionista por el que defiende el cierre de fronteras y la expulsión de los extranjeros que hayan sido condenados por algún delito.
Ambos lideran los sondeos para la cita del próximo 23 de abril, dejando atrás a los otros nueve candidatos de cara a la segunda vuelta que tendría lugar el 7 de mayo. Según Ifop-Fiducial, Le Pen obtendría 24% de los votos y Macron un 23% en primera vuelta, y un 42% y 58%, respectivamente, en la segunda. Opinionway da un margen más amplio a la victoria de Macron en la segunda vuelta, 62%-38%.
Aun así, los expertos advierten que la carrera al Elíseo todavía está sin decidir ya que el electorado que se decanta por Macron es voluble y los diez puntos que habría ganado en las encuestas entre enero y marzo subrayarían una migración de votantes socialistas, disconformes con la elección de Benoit Hamon, e incluso parte de los seguidores de François Fillon desilusionados por su imputación por malversación de fondos públicos en el caso de los empleos ficticios que implica a su familia. Fillon se sitúa en tercer lugar en los sondeos, con un 19% en intención de voto, y si pasara a segunda vuelta con Le Pen ganaría la presidencia con un 57% de apoyo, indica Opinionway.
Terrorismo online
El candidato socioliberal ha defendido que la radicalización islamista se está realizando a través de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería y, por tanto, las empresas tecnológicas deben colaborar con los Estados en los esfuerzos antiterroristas. Su intención es promover “una acción coordinada a nivel europeo e internacional” para obligar a gigantes como Google, Amazon, Facebook o Apple (conocidos por el acrónimo GAFA) a que permitan a las autoridades acceder a mensajes codificados de los terroristas en las plataformas de mensajería.
“Las organizaciones (terroristas) que nos amenazan abusan de las ventajas que ofrece el cifrado para ocultar sus planes. Utilizan los servicios de mensajería instantánea, con un cifrado seguro”, ha afirmado el candidato de En Marche!, “si no cooperan tendrán que afrontar en algún punto su complicidad (con los terroristas)”.
Según Macron, ya ha discutido este tema con la canciller alemana Angela Merkel durante su reciente visita a Berlín dirigirá su propuesta a los líderes del G7 el próximo mes, después de las elecciones.
Apple, Google y Amazon están entre las empresas líderes que apoyaron a Microsoft en su batalla para impedir que el Gobierno de EEUU realizara búsquedas selectivas en los correos electrónicos de sus clientes. Las empresas argumentaron que el futuro de las tecnologías móviles y en la nube estaban en juego si los clientes no podían confiar en que sus datos permaneciesen privados.
Macron no es el primero que pide a las tecnológicas que comparta información de sus clientes. En EEUU, la Justicia pidió a Apple que cooperara para descifrar el contenido del iPhone de uno de los autores del ataque en San Bernardino (California) en el que murieron 14 personas en diciembre de 2015. Más recientemente, tras el atentado en Londres del pasado mes de marzo, la secretaria de Interior británica, Amber Rudd, instó a los servicios de mensajería como WhatsApp a cooperar con las autoridades y a no ser un “refugio para los terroristas”.
Hasta el momento, las tecnológicas “se han negado a revelar sus claves de cifrado o a proporcionar acceso la información que por contrato ceden sus clientes”, algo que Macron considera “inaceptable”. “Gran parte de la radicalización y las maquinaciones tienen lugar en la web y en las redes sociales”, ha argumentado. “Internet es un elemento decisivo en la lucha contra el terrorismo y debemos tener conversaciones francas con las grandes tecnológicas”.
El plan del exministro de Economía sería conseguir algo parecido a la situación que existe con las operadoras de telecomunicaciones, que tienen que dar acceso a información confidencial de los abonados bajo requerimiento judicial o de los servicios secretos, siempre en el marco de un procedimiento concreto.
Además, en cuanto a la propaganda islamista dirigida a la radicalización, Macron afirmó que es “esencial” que las empresas se comprometan a “eliminar esos contenidos sin demora”. “El peligro es extremo, debe desaparecer y estoy preparado para ser más firme en este aspecto en el futuro”, ha aseverado el candidato tras instar a gigantes de Internet como Google a que controle los resultados de las búsquedas sin alegar “imposibilidad técnica o el principio de neutralidad de la red”.
Cierre de fronteras y más gasto en defensa
Ambos candidatos han subido el tono de su discurso en un intento de desacreditar al rival. "La lucha no se limita al voto de algunas leyes" o a sanciones contra Google, dijo Le Pen en alusión implícita a las propuestas que horas antes había hecho el exministro de Economía.
Para la ultranacionalista, Francia está “profundamente desarmada” ante ataques como los más recientes en Londres, San Petersburgo o Egipto, y reitera la necesidad de “recuperar las fronteras nacionales” eliminando el espacio Schengen y expulsar a los extranjeros cometido algún delito.
“La cuestión va más allá de todos estos crímenes atroces, las bombas que buscan el mayor número de víctimas y causan gran dolor, ametrallando en salas de concierto o cafeterías, o con camiones que arrollan a transeúntes”, ha afirmado Le Pen.
Además, como ya ha avanzado en anteriores discursos, pretende ampliar el presupuesto en Defensa primero a un 2% del PIB y después a un 3%, ampliar los efectivos de los cuerpos de seguridad nacional y eliminar el derecho de suelo que otorga la nacionalidad francesa de forma automática para los nacidos en el país o la agrupación familiar para migrantes, algo que Macron considera ineficaz.
“Tenemos que estar preparados para intervenir a petición de los Estados para prevenir el avance de grupos terroristas como Estado Islámico o Al Qaeda y todas las formas de yihadismo, sobre todo en África, donde Francia tiene responsabilidades especiales”, ha dicho y ha subrayado la necesidad de respetar “la legalidad internacional” y formar coaliciones para repartir la carga. En esa fuerza internacional, la candidata del Frente Nacional incluye a Rusia.
Entre las medidas que propone, establece restringir las relaciones económicas con aquellos países que estarían apoyando el fundamentalismo islámico, como Arabia Saudita o Qatar, señaló.
“Tenemos que ser fuertes, no hay que resignarse, no tenemos que acostumbrarnos al terrorismo”, ha agregado. “Hay que ir más allá de la expresión pública de nuestro sufrimiento colectivo. Sé que vamos a ganar, el terrorismo islamista será derrotado”.
Operaciones militares en el exterior
El candidato liberal, que trata de reforzar sus credenciales en política exterior, ha reiterado su voluntad de aumentar el presupuesto en Defensa de forma progresiva, para llegar a un 2% del PIB en 2015. Además, de confirmarse que el régimen de Bachar al Asad realizó un ataque con armas químicas contra su población, matando a más de 70 personas, apoyaría una intervención internacional auspiciada por la ONU en Siria.
El exministro ha avanzado que mantendrá las operaciones militares francesas en el Sahel, en Irak y en Siria para combatir los focos de yihadismo y, incluso, “si hace falta un refuerzo, lo decidiré”. Sin embargo, puntualizó que las intervenciones “no son un fin en sí mismo”, sino que es necesario trabajar en “soluciones políticas” para lograr “estabilidad a largo plazo”.