El socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP), la principal formación opositora de Turquía ha anunciado que pedirá la anulación del referéndum del domingo, en el que un 51,4 % de los votantes dijo 'sí' a la reforma constitucional para introducir un sistema presidencialista.
Según el vicepresidente del CHP, Bulent Tezcan, la validez del ajustado resultado está ensombrecida por las "amplias" irregularidades registradas en la votación, entre las que ha destacado que en algunos lugares se llevaron a cabo "escrutinios secretos".
"Sólo hay una decisión (posible) que pondría fin a los debates sobre la legitimidad" del resultado y es "la cancelación del referendo por la Junta Suprema Electoral", ha dicho Tezcan en rueda de prensa en la sede de su partido en Ankara.
La oposición había prometido ya el domingo impugnar al menos 2,5 millones de votos que considera sospechosos, algo que podría dar un vuelco al resultado, en el que el "sí" ganó con una diferencia de 1,25 millones de papeletas.
Pero el presidente de la Junta Suprema Electoral, Sadi Güven, ha rechazado que esos votos, que carecen del preceptivo sello de la mesa electoral, puedan ser falsos.
Tezcan ha reiterado sin embargo la acusación a esa corte electoral de no cumplir con lo que establece explícitamente la legislación al aceptar esas papeletas.
Y ha denunciado que en "muchos lugares", especialmente en las regiones del este y sureste del país, donde se concentra la población kurda y los colegios electorales cerraron más temprano, se llevó a cabo un "escrutinio secreto", es decir, sin la presencia de observadores o representantes de la oposición.
"Este referendo de 2017 pasará a la historia como uno en el que los votos se escrutaron de forma secreta", ha subrayado el dirigente político, que promete que su partido llevará el caso ante el Tribunal Constitucional si la Junta Suprema Electoral no reacciona.
Incluso, ha asegurado que en última instancia está dispuesto a recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos