"La policía británica había sido muy clara. Queríamos el control total del flujo de la información para proteger la operación y mantener el elemento sorpresa. Es irritante si las noticias se filtran desde otras fuentes". Mientras la ministra del Interior británica, Amber Rudd, hacía estas observaciones sobre la publicación en medios de EEUU de la identidad del terrorista suicida de Manchester, el ministro francés Gerard Collomb también entraba en la 'guerra' de filtraciones que ha sufrido Reino Unido en su investigación sobre Salman Abedi.
"Sabemos lo que nos han contado los británicos, que viajó a Libia y luego probablemente a Siria, donde se radicalizó y pudo decidir atentar", deslizó el nuevo titular de Interior galo en la cadena BMTV este mismo miércoles.
El resultado no se ha hecho esperar. La Policía de Manchester ha dejado de compartir información relacionada con el ataque de Manchester Arena con agencias gubernamentales de Estados Unidos tras las preocupaciones de que los oficiales de inteligencia estadounidenses continúen divulgando detalles confidenciales de la investigación a los medios de comunicación estadounidenses.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la publicación por parte de The New York Times de imágenes de la escena del ataque y detalles de cómo se construyó la bomba.
Lo cierto es que la contención informativa que pretendían las autoridades británicas saltó por los aires tan sólo horas después del atentado en el Manchester Arena.
La identidad del autor no fue lo primero que se filtró. En la madrugada del lunes, un periodista de la cadena ABC tuiteó que la principal hipótesis es que la explosión había sido obra de un terrorista suicida. El mensaje citaba a una fuente de los cuerpos de seguridad de EEUU.
La dinámica fue la misma el martes. La televisión estadounidense CBS fue la primera en revelar el nombre de Salman Abedi como el responsable del ataque. Las fuentes: tres funcionarios de la Administración de EEUU. Sólo horas antes, la primera ministra británica Theresa May había anunciado en directo que sabían la identidad del terrorista pero que no la revelarían “por seguridad”.
“De repente se te pueden plantar miles de periodistas en la casa del sospechoso y la policía puede estar en plena operación”, comenta el especialista en seguridad internacional Thomas Sanderson al diario The Guardian. “A día de hoy, la Casa Blanca tiene una evidente tendencia a filtrar información”, resume Sanderson.
A última hora de este miércoles, el New York Times ha publicado una detallada galería de imágenes mostrando los restos de la mochila o el detonador que se usó en el atentado. Se trata de fotos presumiblemente tomadas por la policía de la ciudad inglesa.
La indiscreción de Trump
La aparente indiscreción de la Administración Trump no es nueva. De hecho, está de actualidad. El propio presidente de EEUU admitió que compartió datos de inteligencia sobre posibles amenazas del Estado Islámico en una polémica reunión con Lavrov. “Estoy en mi absoluto derecho”, tuiteó airado cuando la prensa desveló la presunta filtración.
La fuente de aquel ‘chivatazo’ en pleno Despacho Oval era Israel, según varios medios. El país que ha visitado recientemente el mandatario es uno de los grandes proveedores de información clasificada y gran aliado de Washington. Al igual que el Reino Unido.
¿Podrían las filtraciones sobre el atentado de Manchester estropear las relaciones entre la Casa Blanca y Downing Street? Perry Cammack, investigador del think tank Carnegie para la Paz, cree que este episodio “no dañará a largo plazo” la alianza entre los dos países pero pone aún más en evidencia la “crisis política de primer orden” que atraviesa Washington
“He sido muy clara con nuestros amigos. Esto no debería volver a ocurrir”, ha zanjado la ministra Amber Rudd sobre los ‘leaks’ en una entrevista con la BBC. Reino Unido y EEUU forman parte del programa Five Eyes -“Los cinco ojos”-, una red de servicios de inteligencia en la que también participan, Australia, Canadá y Nueva Zelanda.
Lawrence Freedman, del King’s College, también ha expresado su preocupación por la indiscreción de las autoridades de EEUU. “Parece que han estado pasando información a sus periodistas. Llegará el momento en el que las fuentes británicas dejen de compartir información”, advirtió a través un mensaje en Twitter. Este profesor inglés cree que estos ‘chivatazos’ sólo pueden explicarse por una cosa: “Falta de disciplina”.
La cooperación en seguridad contra el terrorismo ha sido también objeto de debate en la hoja de ruta de la UE y Reino Unido para negociar el divorcio. La amenaza implícita de May de romper los lazos en esta materia si no se llega a un acuerdo para el brexit cayó mal en Bruselas. Sin embargo, las directrices marcadas por la UE para el diálogo, que arrancará el próximo 19 de junio, contemplan conservar una buena relación bilateral en materia antiterrorista.
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