El Parlamento de Reino Unido da el visto bueno al programa de gobierno de Theresa May

Theresa May puede respirar tranquila por ahora. El Parlamento británico ha dado el visto bueno -con 323 votos a favor frente a 309- a su agenda legislativa para los próximos dos años, al cabo de los cuales Reino Unido habrá dejado de pertenecer a la Unión Europea.

El programa ha sido aprobado con los votos de los conservadores y su aliado, el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte (DUP). El lunes May consiguió sellar un pacto para obtener el apoyo de los diez diputados unionistas y gobernar en minoría a cambio de mayor financiación para la región.

El Partido Conservador deberá apoyarse ahora en la formación norirlandesa para sacar su agenda adelante tras perder la mayoría absoluta en las elecciones anticipadas que May convocó con el propósito opuesto.

La semana pasada, siguiendo la tradición, la reina de Inglaterra leyó en el Parlamento el programa legislativo de la primera ministra, que los diputados han debatido en los últimos días y votado.

El programa contiene nueve leyes para llevar a la práctica el brexit. Entre ellas se incluye una 'Gran Ley de Derogación' que convertirá la legislación europea en legislación británica pero también medidas en materia de inmigración, comercio o aduanas, lo que señala la voluntad del Ejecutivo de efectuar un corte claro con Bruselas.

El programa también propone revisar la estrategia antiterrorista británica o impulsar legislación contra la violencia de género.

Ante una posible rebelión dentro de su propio partido para apoyar una enmienda laborista, el Gobierno ha accedido a permitir que las mujeres de Irlanda del Norte, que tiene una de las normas más restrictivas sobre el aborto, interrumpan su embarazo de forma gratuita en Gran Bretaña. 

Dándose por satisfecha con la respuesta del Ejectivo, la autora de la enmienda, la diputada Stella Creasy, la ha retirado, ahorrándole a May el mal rato.

El Parlamento también ha tumbado una enmienda del partido de Jeremy Corbyn que recogía en esencia su programa electoral y otra propuesta por un diputado laborista díscolo para que Reino Unido permaneciera en el mercado único europeo.