La violencia ha tomado las calles este martes en París con motivo de la huelga general en contra de la reforma laboral planteada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Manifestantes encapuchados se han enfrentado con piedras a unidades antidisturbios de la Policía francesa, que han replicado con gases lacrimógenos y cañones de agua.
La protesta, que comenzó a las 14:00 hora local en la plaza de la Bastilla, ha reunido en las calles de la capital francesa a unas 60.000 personas, según el principal sindicato convocante, la Confederación General de Trabajadores (CGT), y 24.000 según la Policía.
Las protestas se suceden mientras Macron se encuentra en el archipiélago de las Antillas con motivo de las labores de recuperación en las islas francesas de San Martín y San Bartolomé en el Caribe, donde el huracán Irma ha dejado un paisaje de devastación tras su paso.
Por la mañana, Philippe Martínez, verdadero líder de la protesta, ha justificado su convocatoria en una entrevista al canal France 2 en la que ha denunciado la actitud de Macron que, a su juicio, "divide a los ciudadanos", y ha señalado que el decreto ley que el Ejecutivo adoptará la semana próxima "es peor" que la reforma laboral del anterior presidente, el socialista François Hollande.
La calma antes de la tempestad
Después de que la manifestación -a la que no se adhirieron ni el primer sindicato del país, la CFDT, ni Fuerza Obrera (FO)- transcurriera en calma durante dos horas, unos 300 encapuchados causaron "desperfectos", principalmente en escaparates y carteles publicitarios.
Tras el comienzo de los disturbios al menos tres personas han sido ya detenidas, según el canal de televisión BFM TV, que también ha informado de que un manifestante ha resultado herido y ha tenido que ser trasladado al hospital.
La CGT ha convocado para este martes una huelga general en todo el país, además de 180 manifestaciones, que darán la medida sobre el éxito real de la movilización contra la reforma laboral promovida por el presidente, que será aprobada por el Gobierno el próximo día 22.
Las consecuencias de la huelga
Los paros, que no se esperaba que afectaran de forma apreciable al sector privado, se centraron en la Administración, en la energía y, sobre todo, en el transporte público, muy particularmente en los ferrocarriles.
El seguimiento de la huelga ha causado perturbaciones en el transporte aéreo, especialmente entre las compañías de bajo coste, y algunas alteraciones en el servicio de trenes.
Sin embargo, el principal perjudicado ha sido el transporte por carretera en París. Paradójicamente, esto no ha sido como consecuencia del seguimiento de la huelga general sino de una protesta sectorial convocada en las carreteras de la capital por los feriantes en contra del Gobierno.