El ex secretario del Tesoro del Reino Unido durante el mandato de David Cameron y ahora director del vespertino The Evening Stantard, George Osborne, ha dicho que no descansará hasta ver a Theresa May "descuartizada en bolsas dentro de mi congelador". Sus declaraciones para la revista Esquire son una muestra más de la fractura que traspasa el Partido Conservador por cuenta del brexit.
La primera ministra está siendo el objetivo de las arremetidas de la publicación de Osborne, que ha bautizado a May como la dead woman walking (muerta andante). Esta hostilidad ha creado un profundo malestar entre los tories a solo dos semanas para la conferencia anual del partido, atosigando aún más la división del partido.
Lo cierto es que hasta hace poco el delfín de Cameron, tal y como se le conocía a Osborne, presumía de su carrera política. Sin embargo, su ascenso fue interrumpido cuando May se mudó al número 10 de Downing Street. El director del Stantard hizo campaña por el remain, seguir perteneciendo a la Unión Europea, algo que explicó su salida del partido, abandono de la política, y angustia desmedida contra la premier.
En su primer día como editor, la portada del vespertino de Osborne anunció en portada que "Bruselas devuelve la cuchillada a May y se burla de su lema 'fuerte y estable'". En su día, el nombre de Osborne sonó fuertemente como posible sucesor de Cameron junto a May y Boris Jhonson, pero sus ideas pro-europa lo echaron de la carrera por el poder.
"El contenido del congelador no es asunto mío"
"El contenido del congelador del ex secretario del Tesoro no es asunto mío", ha declarado un portavoz de Downing Street irónicamente. Por otro lado, el diputado conservador Andrew Bridgen ha respondido que "diciendo cosas como ésa, George Osborne se ha degradado a sí mismo y ha decepcionado a quienes solían tener una buena opinión de él".
La diputada Nadine Dorries también ha criticado el deseo de Osborne de ver a May "cortada en pedazos". A su parecer, "esas palabras revelan cómo funciona mentalmente, y cómo ha funcionado siempre", ha indicado Dorries, quien en una ocasión llamó "niño pijo" a Osborne.
La animadversión entre May y Osborne tiene su origen en cuestiones personales, políticas, ideológicas y tácticas. "Es algo que se siente", escribe el periodista de Esquire, Ed Caesar. Según el redactor, Osborne ha sido muy cauteloso con sus palabras a micrófono abierto, pues se sabe que lo que le confía a puerta cerrada a sus colaboradores cobra una magnitud mucho más corpulenta.