El control de la inmigración y el mensaje de que "los británicos primero" son dos de los mensajes que más han impulsado el brexit en Reino Unido y el proyecto de control de fronteras que se ha conocido ahora lo confirma.
El periódico británico The Guardian ha tenido acceso en exclusiva al borrador de 82 páginas, con fecha de agosto de 2017, en el que se marcan las restricciones que tendrán que soportar los inmigrantes europeos que quieran trabajar en Reino Unido con un mensaje claro: sólo quieren trabajadores de alto nivel.
Por eso, sólo se facilitará la entrada a los altamente cualificados mientras que los empleados con menos nivel sólo podrán vivir en el país un máximo de dos años. De hecho, aunque aún no está definido el tope también se quiere poner restricciones al resto de empleados y a los que tengan un contrato de un año se les podría permitir vivir en el país entre tres y cinco años.
"La inmigración no sólo tiene que favorecer a los inmigrantes sino también hacer mejor la vida de los que residentes", asegura el documento que rezuma en todos sus puntos el mensaje de que los británicos tienen que ser la prioridad.
Pero el punto más controvertido que plantea el proyecto es el reagrupamiento familiar. El Ministerio del Interior prevé un régimen mucho más estricto que restrinja la residencia a "parejas, hijos menores de edad y familiares adultos dependientes" para que no se les considere como "una extensión de la familia", tal y como recoge ahora la ley británica, y no se les garantice la libertad de movimiento.
Además, el documento plantea que Reino Unido pueda exigir un nivel de ingresos determinado a algunos inmigrantes de la Unión Europea antes de facilitarles la entrada a territorio británico.
De hecho, cuando se implemente el nuevo sistema, los europeos tendrán que presentar el pasaporte en la frontera y el documento plantea que tengan que obtener un permiso de residencia o "documento de inmigración biométrica del Ministerio del Interior" para los que estén unos meses en el país, en el que se aportará información nacional y las huellas dactilares.
Reino Unido recuperaría su capacidad para rechazar la entrada a los ciudadanos de la UE "con antecedentes penales o que consideramos una amenaza", sin explicar los límites de esta decisión.
El documento aún no ha sido visto por los ministros de May y tendrá que ser consensuado en las negociaciones que el país mantiene con la Unión Europea, pero plantea cuáles son las pretensiones del Ministerio del Interior y sobre todo, da alas a los partidarios de la línea dura en la ruptura con la Unión Europea.
La idea del Gobierno de Theresa May con estas restricciones es rebajar el número de 250.000 inmigrantes que entran cada año a territorio británico a unas decenas de miles.
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