La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha reafirmado este fin de semana en su congreso federal celebrado en Hannover su rumbo radical con la reelección de su presidente, Jorg Meuthen, y la elección de Alexander Gauland para completar la jefatura bicéfala.
Gauland, cabeza de lista junto a la neoliberal Alice Weidel en las pasadas elecciones generales del 24 de septiembre, se erigió como "salvador" después de que los dos aspirantes a la copresidencia no obtuvieran los apoyos necesarios en dos votaciones sucesivas.
"Fue un momento crítico, no un día crítico", dijo Gauland, elegido con el 67% de los votos frente al 72% que sumó Meuthen, en un aparte del congreso en declaraciones a la cadena de noticias Phoenix.
El aspirante inicial, el moderado Georg Pazderski, exoficial del Ejército y jefe de AfD en Berlín, se vio sorprendido por la candidatura de la prácticamente desconocida Doris von Sayn-Wittgenstein, líder de la formación en Schleswig-Holstein (norte) y representante del ala más radical.
"La señora Von Sayn-Wittgenstein pronunció un discurso que apeló al corazón del partido y en ese caso fue totalmente indiferente en qué lugar se posiciona y de dónde viene. Acertó el tono para muchos en el partido, y eso fue un éxito", dijo Gauland sobre la aspirante sorpresa.
Pazderski, quien se ha tenido que contentar con la primera vicepresidencia, y Von Sayn-Wittgenstein aspiraban a sustituir a Frauke Petry, el rostro más mediático de la formación, que abandonó el partido un día después de los comicios, descontenta con el giro radical.
"Creo que hemos hallado una solución sensata", afirmó por su parte Pazderki en una entrevista con Phoenix en un aparte del congreso, en la que reconoció que su objetivo era otro, pero que no por ello le guarda rencor a nadie.
Agregó que "a veces hay que transigir por el bien y por el futuro del partido cuando es necesario".
En tanto, Petry ve confirmado con los resultados de este congreso federal el rumbo radical que ha tomado el partido.
Para la expresidenta de AfD, con Gauland accede a la jefatura bicéfala nada más y nada menos que "una segunda marioneta" de Björn Höcke, representante del ala más cercana al neonazismo de la formación y su líder en el estado federado de Turingia (este).
Meuthen y Gauland son "gente de Höcke", que "internamente se jactan, además, de hacer bien poco", lo cual, agregó "deja poco margen a la interpretación" respecto a que las riendas se llevan desde Turingia, afirmó en declaraciones al diario Bild.
Höcke es en parte temido por la formación, por sus constantes escándalos y arengas neonazis, pero a la vez considerado un buen captador de votos entre el electorado más radicalizado y xenófobo.
Después de un primer día salpicado por el caos interno y las protestas en la calle, en las que participaron entre 6.000 y 7.000 personas, el congreso transcurrió hoy, jornada en la que se escogieron otros cargos de la formación, con relativa tranquilidad.
Weidel, jefa junto a Gauland del grupo parlamentario de AfD, y Betrix von Storch, la hasta ahora vicepresidenta de la formación, fueron votadas, por su parte, a la junta federal del partido, y en sus discursos arremetieron con fuerza contra la canciller, Angela Merkel.
Mientras Weidel afirmó que "el ocaso de Merkel hace tiempo que ha comenzado" gracias a AfD, Von Storch calificó a la canciller como la "mayor infractora de la ley en la historia de Alemania desde la posguerra".
La historia del partido xenófobo
La AfD, nacida en 2013 como partido euroescéptico, quedó en las elecciones de ese año fuera del Parlamento por unas décimas, pero con la crisis de los refugiados transformó su discurso antieuropeo en xenófobo, cuenta en tanto con representación en catorce de los dieciséis estados federados y logro su acceso al Parlamento federal en septiembre con el 12,6% de los votos.
Si llega a formarse otra gran coalición entre el bloque conservador de Merkel y los socialdemócratas de Martin Schulz, la AfD, la tercera fuerza más votada en los pasados comicios generales, ocupará la posición de líder de la oposición parlamentaria.