La socialdemocracia alemana se ha convertido en una gran broma. Es un chiste sin gracia para quienes quieren bien al decano de los partidos germanos pero que, visto está, entretiene de lo lindo de la mano de Jan Böhmermann. Este presentador de la televisión pública teutona ZDF se dio a conocer al público internacional en 2016 al recitar un poema satírico en su programa en el que llamaba "follacabras" al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Aquel episodio estuvo seguido de un tira y afloja judicial que, por suerte para Böhmermann, no fue a mayores.
Ahora la víctima de las bromas de Böhmermann es el SPD. Moviéndose en el terreno de la sátira, el presentador de Neo Magazin Royale –así se llama su programa–, se ha convertido en el centro de atención de la campaña que protagonizan estos días los candidatos a presidir el SPD.
Las bases socialdemócratas tienen para votar, entre los próximos 14 y 24 de octubre, por una de las ocho candidaturas que pelean por convencer a los militantes del partido y recoger así el testigo que dejó Andrea Nahles, quien dimitió como presidenta del SPD el pasado mes de junio.
El SPD se encuentra en una situación calamitosa, según las encuestas. Los sondeos de intención de voto le dan entre un 13% y un 16%. El SPD está muy lejos de la conservadora Unión Cristiano Demócrata (CDU), a la que le dan entre un 26% y un 29,5%. Es más, según algunos estudios demoscópicos, los socialdemócratas figuran por detrás de la ultraderechista Alternativa para Alemania (12,5-15,5%). Para colmo de males, al SPD le ha adelantado por la izquierda la formación ecologista Los Verdes, que se mueve en las encuestas entre un 21% y 25%.
“El SPD tiene problemas estructurales a la hora de enfrentarse a la nueva realidad del panorama social y político alemán. Frente a su electorado tradicional, la clase trabajadora, tiene que renovarse, construirse una marca nueva y decidir en qué dirección ir o pronunciarse en los debates que hay en la sociedad”, dice a EL ESPAÑOL Julian Zuber, investigador en la prestigiosa Hertie School of Governance de Berlín.
En este contexto, Böhmermann ha salido a la palestra para ayudar al SDP, diciendo: “Yo, Jan Böhmermann, me presento a ser candidato a presidente del SPD”. El vídeo de YouTube en el que lo hace ha sido visto, en apenas quince días, más de medio millón de veces. Pocos vídeos de este presentador satírico han tenido tanto éxito como éste.
En el vídeo en cuestión, publicado el pasado 29 de agosto, Böhmermann presenta sus intenciones y atributos sobre una tribuna de color rojo. En ella se puede leer el hashtag “neustart19”, algo así como “comenzar de nuevo en 2019”.
“La socialdemocracia en Alemania está desamparada y herida, con todo el respeto, señoras, señores, compañeros, compañeras. ¡Y no puedo ni quiero seguir mirando para otro lado!”, dice Böhmermann en la alocución de ese vídeo. Su contenido ha servido para animar la carrera a presidir el SPD que protagonizan, entre otros, todo un ministro de Hacienda como Olaf Scholz, aspirante en una candidatura junto a Klara Geywitz, una política profesional bien situada en las altas instancias del partido.
No son pocos los que han criticado la iniciativa del presentador. Se le ha acusado, entre otras cosas, de “populismo” por atacar a un partido mainstream en horas bajas. Karl Lauterbach, diputado del SPD y aspirante junto a la también diputada Nina Scheer ha dicho a cuenta de la “carrera política” de Böhmermann que convendría que éste dejara de “meter en su show” a los socialdemócratas. Otros, sin embargo, parecen ver con buenos ojos la idea de Böhmermann por mucho que estuviera condenada a fracasar, al menos de momento. Así, Kevin Kühnert, el jefe de la Jusos, la organización juvenil del SPD, ha calificado de “inteligente” la campaña del “comenzar de nuevo” del presentador de la ZDF.
En cualquier caso, Böhmermann se puso a sí mismo muy difícil su acceso a la presidencia del SPD. Lanzó su candidatura y su página web apenas días antes de que venciera, el pasado 1 de septiembre, el plazo para presentar candidaturas. Böhmermann no era, ni siquiera en el momento de presentar el vídeo de su candidatura, miembro del partido. Ese es uno de los requisitos para participar en las primarias que ahora protagonizan Scholz y compañía. El presentador tampoco contaba con el apoyo de suficientes secciones de base (cinco organizaciones de distrito o una federación de un Land), otro punto básico a cumplimentar por los aspirantes.
Böhmermann: “Seré presidente del SPD”
Así, el pasado domingo 1 de septiembre, día en que el SPD registraba su peor resultado de la historia en las elecciones regionales de Sajonia (7,7%), Böhmermann no llegó a validar su candidatura en lo que fue, a su entender, “un duro golpe a la democracia”. “¡No puede ser que la salvación del SPD fracase por estas formalidades!”, se ha quejado a cámara Böhmermann en uno de los mensajes sobre su candidatura. Su trabajo como aspirante es, para él, motivo de orgullo. “Nuestra cuenta de Twitter ha conseguido en tres días, y no es broma, más seguidores que todos los candidatos serios del SPD, salvo Olaf Scholz”, según Böhmermann.
En todas sus intervenciones, Böhmermann inyecta ironía a costa de la prolongada mala marcha del SPD, que acusa, entre otras cosas, llevar ya legislatura y media gobernando en gran coalición con la CDU de la canciller Angela Merkel. En su programa de la semana pasada, Böhmermann se mostraba seguro de que en 2020 el SPD, dada su actual crisis de liderazgo, tendrá que elegir a otro presidente. “Los juristas y expertos de mi equipo se han puesto a trabajar y no diré nada más salvo que seré presidente del SPD”, aseguraba el presentador.
Böhmermann dice actuar motivado por una aparición del mismísimo Willy Brandt, canciller de la otrora Alemania Occidental entre 1966 y 1969. “Lo que pasó fue que me senté delante de la televisión, empezó a hablar Olaf Scholz y me dormí. Me apareció entonces Willy Brandt y me pidió de rodillas: 'Jan, salva mi SPD'. Y yo le dije: 'Billy, ok, lo hago'”, ha relatado el presentador.
“El SPD no es ninguna tontería”
Böhmermann dice tener la intención de salvar al SPD, “el pulmón rojo de Alemania” al que hay que rescatar, “quiera o no quiera” el partido. “La socialdemocracia es el Amazonas de Alemania”, decía el presentador tras saber, el pasado 1 de septiembre, que su candidatura no tendría éxito por no cumplir con los requisitos exigidos para ser aspirante a presidir el SPD.
Entre tanto, lo sí que parece haber conseguido, disfrutando de un trato excepcional, es un carné del partido, pero no en su ciudad, Colonia, sino a través de Köthen, urbe del este germano. Está por ver si un elemento como Böhmermann no acaba dando la puntilla a un partido socialdemócrata que ya ha dejado de ser uno de los referentes políticos del país en algunas regiones teutonas, como Sajonia.
“Al SPD no le va bien, eso está claro. Pero Böhmermann no está dominando el debate sobre el futuro del partido, y el partido está saliendo bastante airoso de la campaña de Böhmermann. Y, al final, ¿qué es lo gracioso que ha hecho Böhmermann? No es nuevo meterse con los grandes partidos del país”, comenta Zuber, el politólogo de la Hertie School of Governance de Berlín.
“Evidentemente el partido está cayendo en las encuestas, pero el SPD cuenta con más de media docena de presidentes de Länder, cuenta con cientos de diputados, si sumamos la presencia en el Bundestag y la de los parlamentos regionales, además de las representaciones en los municipios. El SPD no es ninguna tontería”, según Zuber. Böhmermann no parece estar de acuerdo.