En contraste con el tono cauteloso y diplomático con el que los líderes de la UE han recibido el nuevo plan de Boris Johnson para el brexit, la Eurocámara ha optado por proclamar en voz alta lo que todo el mundo piensa en Bruselas pero no se atreve a decir por miedo a una ruptura definitiva del diálogo con Londres. En su forma actual, las propuestas del primer ministro británico son inaceptables y ni siquiera pueden considerarse como una base para seguir negociando un acuerdo de divorcio porque vulneran todas las líneas rojas marcadas por la UE.
La opinión de la Eurocámara sobre las ideas de Johnson es muy importante porque debe ratificar cualquier Acuerdo de Retirada que firmen Bruselas y Londres. De momento, la Comisión, que es la que representa a los 27 países miembros en el diálogo con Reino Unido, ha decidido seguir negociando, aunque también ve "puntos problemáticos" en el plan británico.
El momento decisivo será la cumbre de líderes europeos del 17 y 18 de octubre. Allí se decidirá si es posible un acuerdo para que Reino Unido se marche de la UE el 31 de noviembre, tal y como quiere Johnson. O si por el contrario se necesita una tercera prórroga del brexit, que el primer ministro británico tendría que pedir obligado por el Parlamento, que ha aprobado una ley al efecto.
De momento, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha hablado este jueves tanto con Johnson como con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar. "Mi mensaje a Varadkar: Apoyamos plenamente a Irlanda. Mi mensaje a Johnson: Seguimos abiertos (a discutir) pero todavía no nos convence (su plan)", ha escrito en su cuenta de Twitter.
"Las propuestas de último minuto presentadas por el Gobierno de Reino Unido el 2 de octubre en su forma actual no son una base para un acuerdo al que el Parlamento Europeo pueda dar su consentimiento", señala un comunicado pactado por las principales fuerzas políticas.
"Aunque seguimos estando abiertos a estudiar soluciones serias, viables y legalmente operativas, las propuestas de Reino Unido se quedan cortas y representan un importante paso atrás respecto a los compromisos y objetivos asumidos conjuntamente", asegura la Eurocámara.
Amenaza para la paz y agujeros en el mercado interior
Tres son los aspectos del plan de Boris Johnson que generan más preocupación en la Eurocámara. En primer lugar, la decisión de Londres de que Irlanda del Norte abandone la unión aduanera "prevé explícitamente infraestructuras y controles pero no está claro exactamente dónde y cómo se llevarán a cabo".
"Cualquier forma de controles en la frontera y alrededores significaría el fin de un comercio sin fricciones y como tal perjudicaría a la economía isleña y representaría un grave riesgo para el proceso de paz, así como para los consumidores y las empresas", sostiene el Parlamento. "Al mismo tiempo, esos controles no serán suficientes para garantizar la protección de los consumidores y las empresas de la UE en todas las circunstancias, dejando a la UE con importantes agujeros en su mercado interior", avisa la resolución.
A la Eurocámara le inquieta además que algunas de las ideas de Reino Unido sólo se desarrollarán en detalle durante el periodo de transición posterior al brexit. "Eso significa que el Parlamento Europeo debería dar su consentimiento al protocolo sobre Irlanda sin conocer todas sus implicaciones ni tener garantías sobre su funcionamiento legal. Eso es inaceptable", se quejan los parlamentarios.
En tercer lugar, el derecho de veto que se le concede en la práctica al parlamento norirlandés de Stormont a todo este sistema sea inseguro, provisional y dependiente de decisiones unilaterales, en lugar de funcionar como una póliza de seguros para evitar en cualquier circunstancia una frontera dura en la isla de Irlanda, como estaba previsto inicialmente.
Además, Stormont no funciona desde hace casi tres años y "es cuestionable que pueda volver a reunirse y asumir la responsabilidad sobre un tratado internacional de esta naturaleza", dice la Eurocámara.
En resumen, la Eurocámara "tiene graves preocupaciones sobre la propuesta de Reino Unido tal y como se ha formulado". "La salvaguarda de la paz y la estabilidad en la isla de Irlanda y la protección de los ciudadanos y del ordenamiento jurídico de la UE deben ser los principales focos de cualquier acuerdo. Las propuestas de Reino Unido no se acercan ni remotamente a lo que ya se había acordado como compromiso en la salvaguarda irlandesa", concluye el comunicado.
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