Boris Johnson ha arrasado en las elecciones de este viernes, consiguiendo no solo la victoria como la deseada mayoría absoluta que le deja vía libre para ejecutar el brexit. El hartazgo de los electores, el desgaste pprovocado por las sucesivas prórrogas del brexit, o la falta de capacidad y carisma de Corbyn, son algunos de los factores apuntados por los analistas para su victoria. Pero hay otro, que, en la sombra, ha moldeado el discurso y la puesta en escena del premier: Carrie Symonds.
Se trata de la pareja del Johnson, experta en comunicación política, y que muchos analistas señalan como la artífice de su éxito. Exdirectora de comunicación del Partido Conservador, Symonds se ha dedicado a suavizar la imagen que proyectaba el premier y muchos dicen que fue ella quien le presionó para renunciar a la salida a las bravas de la Unión Europea.
"Desde que ella entró en escena, Johnson se ha convertido en una figura mucho más esbelta, ha perdido peso, se ha cortado el pelo. Definitivamente ha mejorado su apariencia", ha señalado Caroline Wheeler, editora política adjunta del periódico Sunday Times a CNN.
Symonds lleva acompañando a Johnson desde 2012: primero como parte del equipo de campaña que le ayudó a ser reelegido como alcalde de Londes en 2012, luego como directora de comunicación de los Conservadores y después como pareja del premier. Sin embargo, en la sombra, su papel fue crucial para ordenar la personalidad desaliñada de Johnson, tanto durante la campaña para el liderazgo del partido como para estas elecciones.
"Es una experta en comunicación política y sabe lo que tiene que hacer para que Johnson se centre en el mensaje. Ha sido mucho más disciplinado e muchos le dan a Carrie la responsabilidad en este cambio", completa Wheeler.
Cambio climático y feminismo
Symonds trabaja como asesora principal de la organización benéfica de conservación de los océanos Oceana, y su feed de Twitter está lleno consignas contra la pesca excesiva y contra la caza de trofeos. Algunos analistas creen que Symonds centrará la atención de Johnson en los temas medio ambientales, un asunto que el premier ya tocó durante su campaña.
"Está influyendo en sus políticas, particularmente en el medio ambiente", destacó el locutor de radio LBC y comentarista político Iain Dale a CNN."Ha estado hablando mucho sobre el cambio climático durante la campaña", concluyó.
Hija de Matthew Symonds, uno de los fundadores de The Independent, y de Josephine Mcaffee, una de las abogadas del periódico, Symonds creció en East Sheen South West London, una zona privilegiada de la ciudad. Se graduó en Historia, Teatro e Historia del Arte y pronto empezó a trabajar en el gabinete de comunicación de altos cargos conservadores.
Célebre por su eficacia e inteligencia, Symonds llegó a directora de comunicación de los conservadores con 29 años y fue elegida segunda publicista más poderosa de UK, según la revista PR Week.
Symonds es conocida también por sus reivindicaciones feministas y por haber dado la cara en los medios contando que fue víctima de una agresión sexual por John Worboys, conocido en el Reino Unido como el "violador del taxi" y que habrá agredido a al menos 100 víctimas. Symonds renunció a su anonimato en el caso, contando a varios periódicos británicos su experiencia y ayudó a lanzar una revisión judicial después de que la junta de libertad condicional decidiera que Worboys ya no era una amenaza. Como consecuencia, Worboys siguió en la cárcel.
Escándalos
La relación entre ambos despertó la atención e los tablóides desde un primer momento. La diferencia de edad entre los dos, -Carrie tiene 31 años, es 21 años menor que Johnson-, o el divorcio del premier de su mujer, con la que llevaba más de 20 años casado, llenaron muchas páginas de periódico.
Ni uno ni otro se pronunciaron nunca en público sobre el tema. Como tampoco lo hicieron cuando salió a la luz una acalorada discusión entre ambos en la que tuvo que intervenir la policía. Los vecinos llamaron a la policía después de escuchar los gritos entre la pareja y, tras visitar la vivienda, los agentes concluyeron "que estaban todos bien y seguros".
Algunos pensaron que el incidente podría pasarle factura a Boris Johnson. El resultado de las elecciones demuestra que no.