Bruselas

La crisis del coronavirus vuelve a amenazar la supervivencia del espacio sin fronteras Schengen, considerado como uno de los logros fundamentales de la Unión Europea al hacer posible la libre circulación de personas por todo el territorio comunitario. Cada vez son más los Estados miembros que introducen controles fronterizos internos o que directamente cierran sus fronteras a los que consideran "extranjeros" con el objetivo de tratar de contener la expansión de la epidemia. Lo hacen de forma unilateral y desoyendo las recomendaciones de Bruselas, que considera que estas medidas no son eficaces para frenar el contagio.

Entre los casos más extremos se encuentra Polonia, que clausura sus fronteras durante al menos 10 días. En la noche del sábado al domingo se suspenderán las conexiones aéreas y ferroviarias internacionales. Por la frontera terrestre sólo se dejará entrar a los polacos que regresen, pero se les obliga a un confinamiento. No obstante, se mantiene el transporte de mercancías. "El Estado no abandonará a sus ciudadanos. Pero en la actual situación no podemos permitirnos mantener las fronteras abiertas a extranjeros", ha dicho el primer ministro, Mateusz Morawiecki.

También Eslovaquia prohíbe la entrada a todos los que no tengan residencia en el país, incluidos los conciudadanos europeos. "A partir de hoy, Eslovaquia cierra sus fronteras a los visitantes extranjeros debido a la mayor propagación del covid-19. Los residentes eslovacos que regresen del extranjero están obligados a permanecer 14 días en cuarentena", ha anunciado el primer ministro, Peter Pellegrini, en su cuenta de Twitter.

También Dinamarca ha decretado el cierre total de fronteras a partir de las 12:00 horas de este sábado. Sólo dejará entrar a ciudadanos daneses. "Todos los turistas, viajeros y extranjeros que no puedan demostrar un propósito válido para entrar en Dinamarca, serán rechazados en la frontera danesa", ha anunciado la primera ministra, Mette Frederiksen. El transporte de mercancías queda exento del veto. El cierre durará hasta el 13 de abril y el Ejército danés prestará apoyo a la policía de fronteras para ponerlo en práctica.

Sin llegar a medidas tan drásticas, otros países han notificado en las últimas horas a Bruselas que reintroducen controles temporales en las fronteras interiores de Schengen debido a la pandemia. Austria lo hace en su frontera terrestre con Italia, el país más golpeado, por un periodo de 10 días desde el 11 de marzo. Hungría realiza inspecciones en sus fronteras con Eslovenia y Austria desde el 12 de marzo, también durante 10 días. Y República Checa intervendrá en sus fronteras terrestres con Alemania y Austria y en sus aeropuertos entre el 14 y 18 de marzo.

También Emmanuel Macron quiere reforzar los controles, pero no dentro de Schengen sino en las fronteras exteriores de la UE. Durante una conversación telefónica este viernes con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, el presidente francés ha propuesto controles reforzados a las puertas de Schengen o incluso la prohibición de entrada para los nacionales de países de alto riesgo o con un gran porcentaje de infectados de coronavirus.

Malta ha anunciado este viernes que, con efecto inmediato, todos los viajeros de todas las nacionalidades que lleguen a la isla en avión o barco, independientemente del país del que procedan, están obligados a confinarse en cuarentena durante 14 días. Los incumplidores serán multados con 1.000 euros cada vez que salgan.

Cacofonía de medidas unilaterales

Esta cacofonía de medidas unilaterales pone de relieve el fracaso de Von der Leyen en su intento de coordinar la actuación de los Estados miembros. Cuando la crisis empezó a agravarse a finales de febrero, Bruselas creó un grupo especial sobre fronteras, en el que participan representantes de los 27 Estados miembros y de Frontex y que se reúne una vez a la semana por videoconferencia. Además, se han celebrado varias reuniones de ministros del Interior de la UE, la última este mismo viernes. Sin ningún resultado

"En las últimas horas, hemos visto que varios Estados miembros han puesto en marcha prohibiciones de viaje y controles", se ha quejado Von der Leyen. "Algunos controles pueden estar justificados. Pero las prohibiciones generales no se consideran como la medida más eficaz por parte de la Organización Mundial de la Salud. Es más, tienen un fuerte impacto social y económico. Perturban la vida de las personas y las empresas a través de las fronteras", denuncia.

En su lugar, la presidenta de la Comisión apuesta por reforzar los controles de salud, algo que según ha dicho puede hacerse tanto en las fronteras exteriores como en las fronteras de Schengen o incluso en territorio de los Estados miembros. La comisaria de Interior, Ylva Johansson, ha presentado este viernes a los ministros directrices comunes para llevar a cabo estos controles sanitarios.

"Dentro de Schengen, los Estados miembros tienen la posibilidad de establecer controles sanitarios. Esto no es un control fronterizo y no debe notificarse a Bruselas. Los controles fronterizos sí deben notificarse. Pero la Comisión recomienda que antes de tomar este tipo de medidas que afectan a otros Estados miembros, haya una coordinación de forma que nuestros vecinos estén al tanto y tengan el mismo enfoque", ha pedido Johansson.

¿Hay que cerrar las fronteras?

La comisaria de Interior reclama que las medidas de gestión de fronteras contra el coronavirus sean "coordinadas, operativas, proporcionadas y eficaces". "Deberíamos encontrar un acuerdo europeo. No creo que debamos cerrar las fronteras", sostiene el ministro del Interior de Luxemburgo, Jean Asselborn.

Su homólogo sueco, Mikael Damberg, avisa del posible impacto económico de las medidas unilaterales. "Debemos ser conscientes de que el sistema de transportes debe funcionar en lo que respecta a los alimentos, materiales de atención médica y este tipo de cosas que son importantes para los países europeos, así que debemos evitar crear problemas para otros a la hora de gestionar la crisis", ha pedido.

El espacio sin fronteras Schengen ya estuvo a punto de estallar durante la crisis de refugiados que empezó en 2015. De hecho, un total de seis países -Noruega, Suecia, Dinamarca, Alemania, Austria y Francia- todavía mantienen controles internos temporales por este motivo. ¿Podrá sobrevivir ahora a la pandemia del coronavirus?

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