La Unión Europea cierra temporalmente sus fronteras exteriores para tratar de frenar la expansión del coronavirus y a la vez evitar la proliferación de controles internos que amenazan la supervivencia del espacio Schengen y del mercado único. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha anunciado este lunes "restricciones temporales a los viajes no esenciales hacia la UE" que estarán en vigor durante un periodo inicial de 30 días, pero que se prorrogarán si es necesario.
Von der Leyen ha comunicado esta decisión a los socios de la UE (Reino Unido, Japón, Estados Unidos y Canadá) durante una videoconferencia del G-7 que se ha celebrado este lunes. El cierre de fronteras será aprobado formalmente por los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete durante otra videoconferencia de emergencia que tendrá lugar este martes. Es la primera vez en la historia que la UE toma una medida tan drástica.
Donald Trump ya decretó la semana pasada la prohibición de viaje a los ciudadanos de todos los países de la UE. En aquel momento, Bruselas arremetió contra la medida por considerar que se había adoptado de forma unilateral y sin consultas. Por eso, Von der Leyen ha comunicado ahora al G-7 su propio veto antes de aprobarlo.
"Cuanto menos se viaje, más se podrá contener el virus", alega la presidenta de la Comisión. El cierre de fronteras no se aplicará a los ciudadanos británicos porque son europeos, ha asegurado Von der Leyen.
La medida contempla exenciones para los residentes de larga duración en la UE, los miembros de familias de nacionales europeos y diplomáticos. También se permitirá la entrada de "personal esencial" como médicos, enfermeras, investigadores y expertos que ayuden a afrontar el coronavirus seguirán pudiendo entrar en la UE.
Los transportistas de mercancías tampoco se verán afectados. "¿Por qué? Porque el flujo de mercancías a la UE debe continuar para garantizar el suministro de bienes, incluyendo productos esenciales como medicamentos, pero también alimentos y componentes que nuestras fábricas necesitan", ha explicado Von der Leyen.
Los trabajadores fronterizos que entran legalmente de forma diaria desde países vecinos también podrán seguir haciéndolo. El cierre de fronteras deberán aplicarlo también los cuatro países asociados al espacio sin fronteras Schengen: Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein.
Ocho Estados miembros cierran también las fronteras interiores
El cierre de las fronteras exteriores de la Unión Europea fue sugerido por primera vez la semana pasada por el presidente francés, Emmanuel Macron, con el fin de poner freno a la proliferación de controles internos que amenazan la supervivencia del espacio sin fronteras Schengen. El coronavirus ha puesto en riesgo el libre movimiento de personas y mercancías por territorio comunitario, uno de los logros fundamentales de la UE.
El Ejecutivo comunitario ha vuelto a repetir este lunes que "cerrar las fronteras no es necesariamente la mejor manera de garantizar que podemos contener el brote dentro de la UE", dado que "el virus está en este momento presente ya en todos los Estados miembros".
Sin embargo, los Gobiernos de la UE siguen ignorando las consignas de Bruselas e introduciendo medidas unilaterales y descoordinadas. Hasta ahora, un total de 8 países - Alemania, Austria, Hungría, República Checa, Polonia, Dinamarca, Lituania y también Suiza- han notificado al Ejecutivo comunitario que cierran las fronteras interiores de Schengen por el coronavirus.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Markaska, también ha anunciado la reintroducción de controles fronterizos con sus socios mientras dure la crisis.
La Comisión ha avisado de que esta cacofonía está teniendo ya consecuencias negativas en forma de colas kilométricas de camiones en algunos puntos fronterizos que, de seguir así, ponen en riesgo el suministro de medicamentos, comida y componentes para la industria.
Por eso, el Ejecutivo comunitario ha publicado este lunes unas líneas directrices sobre medidas fronterizas en las que pide a todos los Gobiernos que habiliten carriles rápidos para los transportistas. "Debemos garantizar que las mercancías y los servicios senciales continúen circulando por nuestro mercado único. Esta es la única manera de impedir el desabastecimiento de equipos médicos o de alimentos", sostiene Von der Leyen.