“Las personas mayores sufren ya enormemente como para encima privarlos de abrazar a sus nietos, cuando se ha demostrado que los más pequeños no representan un peligro para ellos”. Con estas palabras pedía este lunes Daniel Koch, el delegado del Gobierno suizo para la gestión del Covid-19, que los nietos abrazaran a sus abuelos.
“Los abuelos pueden abrazar a sus nietos”, añadía Koch, pero avisaba: “No es el momento de que las personas mayores se hagan cargo de los menores”. La razón: si los padres llevan y recogen a sus hijos para que los cuiden sus abuelos, se dispara el riesgo de contagio para los mayores por estar en contacto con otros adultos.
Esta es la conclusión a la que ha llegado el equipo científico que asesora al Ejecutivo helvético en su plan de desescalada. Daniel Koch, el responsable de la División de Enfermedades Infecciosas de la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP), el Fernando Simón suizo, dejaba claro que los niños no son vectores del coronavirus.
Desescalada en Suiza
El país, con más de 28.000 contagios y unos 1.500 fallecidos, fue uno de los primeros en tomar medidas drásticas en Europa, prohibiendo el 28 de febrero las actividades públicas con más de mil personas, aunque no ha llegado en ningún momento a dictar confinamientos obligatorios.
El Gobierno ha aprobado una hoja de ruta de desescalada distribuida en tres fases. Se trata de un plan de relajación de las medidas de aislamiento social tomadas contra la pandemia, en el que ya desde el 27 de abril se permitió la apertura de peluquerías, clínicas, institutos de belleza y algunos comercios, como ferreterías y floristerías.
Si la evolución de esta fase es positiva, las escuelas obligatorias y el resto de comercios abrirán sus puertas el 11 de mayo, y el 8 de junio harán lo propio los colegios profesionales y superiores, los zoológicos y las bibliotecas.