En menos de dos semanas, ha pasado de presidir el Palacio Chigi a tener que refundar un partido que hasta ahora no era ni siquiera el suyo. El ex presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, tendrá a partir de ahora el cometido, sin unas primarias ni un congreso de por medio, de sacar del abismo al Movimiento 5 Estrellas (M5E), que nació con el objetivo de regenerar la política transalpina.
Tras lograr un histórico 33% de votos en las últimas elecciones generales de 2018, los grillinos no han hecho más que perder consensos en los sondeos. Mientras las encuestas le otorgan un 16%, el gurú fundador de la formación, Beppe Grillo, apuesta así por el ex premier, elegido a dedo para un rescate in extremis del partido antes de la implosión. Una de las tareas cruciales de Conte, abogado de profesión, será escribir los nuevos estatutos del Movimiento 5 Estrellas.
“Giuseppe Conte ha aceptado la invitación de elaborar, en los próximos días, el proyecto de refundación", es el anuncio oficial del partido a través de su cuenta de Facebook: “Se trata de un desafío para el Movimiento, una reestructuración integral para transformarlo en una fuerza política siempre más abierta a la sociedad civil, capaz de convertirse en el punto de referencia central del actual marco político italiano”.
El punto de inflexión definitivo para Conte y el Movimiento 5 Estrellas ha tenido lugar este fin de semana en Roma, lugar donde la cúpula de la formación ha convencido al ex primer ministro, que ya tenía el visto bueno de Grillo, para que aceptara el proyecto.
Ahora tendrá que hacer hacer tábula rasa a favor de la formación antiestablishment valiéndose de su popularidad interna e internacional producto de sus casi mil días como jefe del Gobierno italiano.
Personajes destacados como Luigi Di Maio (exlíder del M5E), Roberto Fico (presidente de la Cámara de los Diputados) y Rocco Casalino (influyente portavoz del ex primer ministro) han seguido el camino marcado por Grillo para decidir, sin mucha alternativa, que sólo Conte puede darle una nueva vida al populismo italiano de izquierdas.
“Hace años que nos dan por muertos, pero se equivocan”, asegura Di Maio, ex líder del M5E que ha logrado permanecer en Exteriores con el nuevo Ejecutivo italiano de unidad nacional de Mario Draghi.
El papel de Conte
¿Qué papel va a tener Giuseppe Conte en el nuevo partido grillino refundado? Se está todavía buscando la nomenclatura exacta, pero la idea es sencilla: Conte, de alguna forma u otra, será el próximo líder del Movimiento. Se unen varios factores favorables a ello. El partido antiestablishment lleva más de un año sin líder elegido y sin organizar un congreso, algo más que necesario para la solidez de un nuevo jefe político.
Pero la opinión de Beppe Grillo tiene un enorme peso en las decisiones de su conjunto político: “Un partido donde uno vale uno, pero donde Grillo vale por todos”, se lee en la prensa crítica con el M5E. Habitualmente, de hecho, suelen prevalecer las ideas de Grillo sobre las normas internas de una formación que, para complicar aún más las cosas, le guste rehuir de la idea de “partido”, prefiriendo la de “movimiento”.
Algo que, en la práctica, se traduce en la imposibilidad de organizar un simple evento que permita designar un nuevo líder. De hecho, llevan un año sin él.
La solución más rápida ha sido que Grillo tomara, una vez más, cartas en el asunto eligiendo personalmente a Giuseppe Conte para que saque al partido del terreno pantanoso en el que se encuentra.
La prensa italiana vislumbra la posibilidad de que la formalización de su liderazgo se tome de forma colegiada, pero dado el habitual caos organizativo que sufre el Movimiento, es mucho más probable que Conte sea decretado líder sin más dilaciones a través de la cúpula de la formación populista.
Figura de referencia
El ex premier Conte, en este clima convulso para los grillinos, tiene la ventaja de haber sido una figura política de referencia para el país en los últimos tres años. Uno de su hitos es el haber gobernado tanto con la derecha soberanista como con la izquierda europeísta, en el primer (2018-2019) y segundo (2019-2021) de sus gobiernos, respectivamente.
Desde antes de la llegada de la pandemia del coronavirus en Italia, el ex primer ministro italiano ha disfrutado hasta el final de su presidencia con altos índices de popularidad, donde la gran mayoría de los transalpinos lo han colocado en los sondeos como el mejor político del país.
El prestigio de Conte fuera y dentro de Italia podría favorecer a un Movimiento 5 Estrellas en horas bajas. Al aliarse con los soberanistas de la Liga de Matteo Salvini, su 33% en las urnas se han convertido en el 16% en los sondeos.
A eso hay que añadirle la necesidad, por obligación, de aliarse en septiembre de 2019 con el socialista Partido Democrático (PD) de Nicola Zingaretti, formación que siempre fue considerada como adversaria en cuanto símbolo de la política tradicional de izquierdas.
Para más inri, en las últimas semanas, la crisis del Gobierno en el país ha provocado la aceptación forzosa, por parte del Movimiento 5 Estrellas, del nuevo Ejecutivo de unidad nacional presidido por Mario Draghi. El nuevo premier, entonces ya presidente del Banco de Italia antes y del Banco Central Europeo (BCE) después, ha representado siempre el establishment que los grillinos han rechazado desde su creación.
Pero la crisis política y la crisis sanitaria del coronavirus ha empujado a las bases del M5E a seguir nuevamente a Grillo y votar en su mayoría a favor de la creación del Gobierno de unidad nacional transalpino, con tal de poder mantener algo de influencia. A la fuerza ahorcan.