"En las actuales circunstancias, una alianza renovada que nos permita aprovechar todo el potencial de una cooperación estrecha con Rusia es una posibilidad lejana. Por eso, la UE tiene que ser realista y prepararse para un empeoramiento adicional de nuestras relaciones con Rusia, que ya están en sus niveles más bajos. Un empeoramiento es ahora la perspectiva más probable", admite el Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell.
Coincidiendo con la reunión en Ginebra de Joe Biden con Vladimir Putin, Borrell ha presentado este miércoles su estrategia para hacer frente a la creciente agresividad de Moscú en la escena mundial. Un plan que se basa en tres principios claros: plantar cara a Rusia frente a cualquier vulneración de los derechos humanos; frenar los intentos de Putin de socavar los intereses de la Unión; y dialogar en ámbitos como el cambio climático o la lucha contra el terrorismo.
Las relaciones con Rusia dividen profundamente a los Estados miembros de la Unión Europea. Los bálticos, Polonia o República Checa rechazan cualquier diálogo con Putin porque consideran que blanquea al régimen ruso y apuestan por endurecer las sanciones. En contraste, Alemania, Francia, España o Italia (pero también Hungría) apuestan por rebajar la tensión y aumentar la cooperación por los fuertes vínculos económicos, en particular en materia energética.
Con su nueva estrategia, Borrell ha buscado el mínimo común denominador capaz de dar satisfacción a todas las diferentes sensibilidades. "La UE ha demostrado unidad pese a los intentos de Rusia de dividirnos. Esa unidad es nuestro mayor activo y debe ser incluso más solida", ha dicho el jefe de la diplomacia europea en rueda de prensa.
PLANTAR CARA: La UE seguirá plantando cara a las violaciones de los derechos humanos por parte de Rusia y defenderá los valores democráticos, también en los foros internacionales. Borrell se compromete a continuar denunciando las constantes infracciones del derecho internacional por parte de Rusia en Ucrania, Georgia y otros lugares.
En el caso de Ucrania, la UE seguirá defendiendo su integridad territorial, soberanía e independencia frente a los ataques de Moscú. Esto incluye pedir a Rusia que asuma su responsabilidad como parte en el conflicto y que implemente plenamente los acuerdos de Minsk. Bruselas responderá a las acciones agresivas de Moscú como ciberataques o amenazas híbridas y trabajará para limitar su capacidad de actuación en estos ámbitos.
FRENAR: Para limitar los intentos de Rusia de socavar los intereses de la UE, Borrell sostiene que la propia UE debe volverse más robusta y resistente. Lo prioritario es seguir desarrollando su capacidad de ciberseguridad y defensa, así como sus capacidades de comunicación estratégica, en colaboración con la OTAN y el G-7. Además, la UE tiene que reducir más rápido su dependencia del gas ruso, algo que se verá facilitado por la transición verde. Finalmente, el jefe de la diplomacia comunitaria apuesta por intensificar el apoyo a los socios orientales vecinos de la UE y de Rusia.
DIALOGAR: Para promover sus propios intereses, la UE debe dialogar con Moscú en varios ámbitos clave. Borrell ha puesto como ejemplo la pandemia de la Covid-19, el cambio climático o la lucha contra el terrorismo. También ha defendido la colaboración entre Bruselas y Rusia en cuestiones de polítia exterior como el proceso de paz en Oriente Próximo, Irán, Afganistán, Libia, el Ártico o la no proliferación nuclear.
En el ámbito económico, el Alto Representante propone una colaboración técnica para resolver los problemas pendientes entre los dos bandos. Finalmente, Borrell ve necesario fomentar los contactos entre personas, lo que podría incluir una mayor facilitación de visados, así como buscar soluciones "más flexibles y creativas" para apoyar a la sociedad civil y a los defensores de los derechos humanos en Rusia.