"A veces hay acontecimientos que catalizan la historia. Algo ocurre que empuja la historia y provoca un gran avance. Creo que lo ocurrido en Afganistán este verano es uno de estos casos". Este es la tesis que ha defendido Josep Borrell durante la reunión de ministros de Defensa de la UE celebrada este jueves en Eslovenia. El jefe de la diplomacia comunitaria sostiene que la incapacidad de los países europeos de garantizar la seguridad del aeropuerto de Kabul sin Estados Unidos pone de manifiesto la necesidad urgente de un Ejército europeo independiente.
Borrell ha vuelto a plantear a los ministros de Defensa su propuesta de crear una fuerza de intervención rápida formada por 5.000 soldados de diferentes Estados miembros capaz de desplegarse en crisis internacionales. "Es la cifra que los expertos militares consideran suficiente para el nuevo tipo de misiones que exige la guerra moderna", ha explicado el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común. Es el número de tropas que desplegó EEUU para garantizar la seguridad en el aeropuerto de Kabul o la cifra que los franceses tenían en la operación Barkhane contra los grupos islamistas en el Sahel.
Pero de momento, el gran paso adelante que espera el jefe de la diplomacia de la UE tras la crisis de Afganistán no ha tenido lugar. Borrell ha admitido que su propuesta no ha logrado el apoyo unánime de los ministros de Defensa, aunque asegura que redoblará los esfuerzos para convencer a los países más reacios con el fin de encontrar un acuerdo en la próxima reunión de mediados de noviembre. "Todavía no tenemos una unanimidad completa. Les mentiría si les dijera que hoy todo el mundo ha estado de acuerdo en ello de forma explícita, pero no importa porque no era una reunión para tomar decisiones, sólo un debate. La auténtica decisión se adoptará en noviembre", ha explicado en la rueda de prensa final.
"Para llegar a un acuerdo concreto, en la UE necesitamos un largo periodo de discusión y diálogo. Somos Veintisiete, no todo el mundo comparte la misma misión del mundo, no todo el mundo comparte la misma cultura estratégica y esto requiere tiempo. Pero el tiempo no es ilimitado y nos hemos fijado el 16 de noviembre como fecha para presentar y espero que aprobar" la nueva doctrina militar de la UE (o Brújula Estratégica en jerga bruselense), ha relatado el jefe de la diplomacia europea.
¿Qué pasará si la unanimidad sobre el Ejército europeo se revela imposible? La UE trabaja ya en un escenario alternativo, un plan B que consistiría en crear coaliciones de países voluntarios para cada intervención militar, según ha desvelado el ministro de Defensa de Eslovenia, Matej Tonin, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la Unión.
"Si la mayoría de la UE decide enviar tropas a algún lugar, éstas podrían ir en nombre de la UE. Los países que participaran en la misión lo harían de forma voluntaria, para no obligar a los países que no quieran ir", ha señalado. A su juicio, el problema está en la exigencia de consenso en la toma de decisiones, que debería eliminarse.
También la ministra de Defensa de Alemania, Annegret Kramp-Karrenbauer, ha apoyado una solución similar: "En la UE, las coaliciones de voluntarios podrían seguir adelante después de una decisión conjunta de todos". Para Kramp-Karrenbauer, la prioridad no debe ser crear una nueva fuerza de la UE. "Las capacidades militares de la UE ya existen en los Estados miembros. La cuestión clave para el futuro de la política de seguridad y defensa es cómo las utilizamos juntos", ha escrito en Twitter.
Sin embargo, el propio Borrell se ha mostrado escéptico y ha señalado que activar este plan B también exigiría el apoyo unánime de los Estados miembros, incluso de aquellos que finalmente no participen en el despliegue de tropas.
Y es que en materia de seguridad y defensa, la UE está dividida en tres bandos. En primer lugar están los Estados miembros que apuestan decididamente por la soberanía europea, como Francia o España. Otros dan más importancia a la cooperación con la OTAN y a la relación transatlántica con EEUU, como Alemania o los países de la Europa Central y del Este. Finalmente, hay un grupo de países neutrales como Austria, Finlandia o Malta. Esta división dificulta cualquier avance en la creación del Ejército europeo.
EEUU se desentiende
En todo caso, el jefe de la diplomacia europea insiste en que la UE debe tener capacidad y también voluntad política para actuar por sí misma, sin depender de Estados Unidos. "El presidente Biden es el tercer presidente norteamericano consecutivo que nos ha avisado de que EEUU se desentiende de las guerras del mundo. Esto representa un aldabonazo para los europeos, que debemos despertarnos y asumir nuestras responsabilidades. No es nada contra la OTAN, ni contra la alianza UE-EEUU", asegura el jefe de la diplomacia comunitaria.
"Si queremos actuar autónomamente y no depender de las decisiones de otros, incluso si estos son nuestros aliados, tenemos que desarrollar nuestras capacidades y creo que ahí estaremos de acuerdo. Tenemos los ejércitos, tenemos los recursos, el problema es coordinarnos y tener la voluntad política", ha insistido Borrell.
Los ministros de Defensa de la UE han discutido además cómo proseguir con las evacuaciones de los afganos que colaboraron con los europeos y ahora corren riesgo de sufrir represalias de los talibanes. "La UE tiene también una obligación de no dejar abandonados a los colaboradores que todavía quedan allí y eso yo creo que tiene que ser el principal debate en este momento", ha asegurado la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Finalmente, los responsables de Defensa han debatido las condiciones que se impondrán a los talibanes a cambio de mantener un diálogo político, un asunto que abordarán también este viernes los ministros de Exteriores en Eslovenia.
"Con los talibanes deberemos desarrollar un diálogo basado en condiciones", ha insistido Borrell. Afganistán se enfrenta a una crisis humanitaria que "puede tener dimensiones bíblicas" debido a la guerra, el cambio climático, la sequía o la expulsión de las mujeres del mercado laboral y necesita más que nunca la ayuda exterior. La UE mantendrá la ayuda humanitaria, pero la ayuda al desarrollo (la partida más importante, de hasta 1.000 millones de euros) se ha congelado "y no la reanudaremos hasta saber quién Gobierna Afganistán y cómo lo hace". "Lo haremos según los méritos y la forma de gobernar de los talibanes", ha zanjado.
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