La espantada de Biden en Afganistán resucita el debate en la UE sobre una fuerza de 5.000 soldados
Los ministros de Defensa y Exteriores discuten las condiciones para entablar un diálogo político con los talibanes.
2 septiembre, 2021 02:22Noticias relacionadas
La caída de Afganistán volverá a monopolizar las reuniones informales de los ministros de Defensa y de Exteriores de la UE que se celebran este jueves y viernes en Eslovenia. La retirada caótica de Kabul de la Casa Blancia de Joe Biden, de manera unilateral y sin consultar con sus aliados más estrechos, ha resucitado en Bruselas el debate para crear el embrión de un auténtico Ejército europeo que permita a la Unión actuar de forma autónoma en la escena mundial. Después de cuatro años de Donald Trump y ocho meses de Biden, ni los Estados miembros más atlanticistas se fían ya del paraguas de seguridad de Estados Unidos.
"Esta decisión sobre Afganistán no va sólo de Afganistán. Se trata de poner fin a la era de las grandes operaciones militares para rehacer otros países", admitió el propio Biden en su discurso del pasado martes en el que daba por concluida la guerra de 20 años. El presidente norteamericano desoyó la petición de los países de la UE y de Reino Unido para prolongar las operaciones en el aeropuerto de Kabul más allá del 31 de agosto con el fin de completar las evacuaciones de colaboradores afganos. Sin la cobertura de EEUU, París, Berlín o Madrid -pero también Londres- se vieron impotentes para seguir.
"Necesitamos extraer lecciones de esta experiencia. Todos y cada uno de los países de la UE presentes en Afganistán se han movilizado en el aeropuerto de Kabul durante la últimas semanas. Han cooperado entre ellos y han compartido su capacidad de transporte. Pero en tanto que europeos no hemos sido capaces de enviar 6.000 soldados al aeropuerto de Kabul para asegurar la zona. Estados Unidos ha sido capaz, pero nosotros no", lamentaba en una entrevista en Corriere Della Sera el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, el primero en relanzar el debate sobre un Ejército europeo.
"En tanto que europeos, tenemos que aprovechar esta crisis para aprender a trabajar más juntos y reforzar nuestra autonomía. Como europeos, también deberíamos ser capaces de hacer cosas por nuestra cuenta La UE debe ser capaz de intervenir para proteger sus intereses cuando los americanos no quieran implicarse", reclama Borrell.
Poder blando y poder duro
Al debate se ha sumado de inmediato el comisario francés en el equipo de Ursula von der Leyen, Thierry Breton, estrecho aliado del presidente Emmanuel Macron. "La retirada unilateral de las tropas de Estados Unidos ha vuelto a poner de relieve la fuerte dependencia de Europa respecto a la política exterior y de seguridad de Washington", ha denunciado el responsable de Política Industrial.
"Sin duda, hemos llegado a un punto de inflexión. Europa siempre ha ejercido su influencia global a través de su poder blando. Hoy, está claro que esto ya no es suficiente. Una Europa geopolítica, una Europa poderosa, debe tener los medios y ciertos atributos del poder duro. Una defensa común europea ya no es una opción. La única pregunta es cuándo", asegura Breton.
En la misma longitud de onda que Borrell y Macron se encuentra el Gobierno de Pedro Sánchez, que según adelantó EL ESPAÑOL está presionando a sus socios para impulsar una Unidad Militar de Emergencias (UME) europea, a imagen y semejanza de la española. También el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, apuesta por reforzar la capacidad militar europea. "¿Puede la UE contentarse con una situación en la que no podemos garantizar, sin ayuda, la evacuación de nuestros ciudadanos y de los afganos amenazados porque nos han ayudado?", ha dicho en un discurso este miércoles.
Sobre la mesa de los ministros de Defensa de los 27 está la propuesta de Borrell de crear una fuerza militar de intervención rápida europea permanente capaz de actuar en caso de emergencia. "Nuestra 'Fuerza de Entrada Inicial' debería estar compuesta por 5.000 soldados que puedan movilizarse en breve plazo", explica el jefe de la diplomacia europea. Esta nueva fuerza estaría compuesta por unidades militares de los diferentes Estados miembros que se entrenarían de forma conjunta y financiada en parte con el prespuesto de la UE, según explican fuentes diplomáticas.
Intentos fallidos
¿De dónde sale la cifra de 5.000 soldados? "Es un número que puede marcar una enorme diferencia en muchas situaciones. Dos ejemplos prácticos. Es el número de tropas que desplegó EEUU para garantizar la seguridad en el aeropuerto de Kabul. Es también el número de tropas que los franceses tenían en la operación Barkhane contra los grupos islamistas en el Sahel", señalan las fuentes consultadas. Este embrión de Ejercito europeo se debatió ya en Bruselas el pasado mayo y cuenta con el apoyo de 14 de los 27 Estados miembros, entre ellos España, Francia, Alemania o Italia.
No es, sin embargo, la primera vez que la UE se plantea crear una fuerza militar de intervención rápida capaz de movilizarse en crisis internacionales. El intento inicial se produjo en la cumbre de Helsinki de diciembre de 1999, cuando los líderes europeos acordaron poner en marcha un cuerpo militar compuesto de 50.000 soldados para "actuar de manera autónoma". Era la época de las guerras en los Balcanes, pero este Ejército nunca se concretó. En 2007 se crearon los batallones de la UE, unidades militares formadas por 1.500 soldados, aunque tampoco se han desplegado ni una sola vez.
Y es que en materia de seguridad y defensa, la UE está dividida en tres bandos. En primer lugar están los Estados miembros que apuestan decididamente por la soberanía, como Francia o España. Otros dan más importancia a la cooperación con la OTAN y a la relación transatlántica con EEUU, como Alemania o los países de la Europa Central y del Este. Finalmente, hay un grupo de países neutrales como Austria, Finlandia o Malta. Esta división dificulta cualquier avance en la creación del Ejército europeo. ¿Será la crisis de Afganistán el aldabonazo definitivo?
Dialogar con los talibanes
El otro gran tema de discusión en el encuentro informal de Eslovenia serán las condiciones que debe fijar la UE a los talibanes para entablar un diálogo político e incluso para un posible reconocimiento, que de momento no está sobre la mesa. Los Veintisiete ya han dejado claro que la cooperación con el futuro Gobierno afgano estará condicionada al respeto de los derechos humanos de todos sus ciudadanos, en particular las mujeres, los jóvenes y las minorías; a la lucha contra la corrupción y a que los talibanes impidan que Afganistán se convierta de nuevo en cobijo de terroristas o base de tráfico de drogas.
"Es obvio que tenemos que mantener un diálogo político con los talibanes. ¿Por qué? En primer lugar, porque van a tener el poder en Afganistán. En segundo lugar, porque queremos ejercer sobre ellos una fuerza moderadora. Ellos tienen diferentes alternativas y es muy importante que opten por ajustarse a nuestras condiciones, que preserven 20 años de avances sociales, en particular para las mujeres y las niñas, que permitan marcharse a todos los afganos que lo deseen", apuntan las fuentes consultadas.