El centroizquierda italiano gana Roma y Turín y frena a la ultraderecha de Salvini y Meloni
Las coaliciones de centroizquierda de Italia han recuperado importantes ciudades en la segunda vuelta de las elecciones municipales, que han estado marcadas por la baja participación.
18 octubre, 2021 18:42Noticias relacionadas
Las coaliciones de centroizquierda de Italia han recuperado importantes ciudades como Roma o Turín (norte) en la segunda vuelta de las elecciones municipales, logrando frenar a los candidatos de los ultraderechistas Matteo Salvini y Giorgia Meloni.
En la capital, el progresista Roberto Gualtieri será alcalde con el 60,3% de los votos frente a Enrico Michetti (39,7%), mientras que en Turín el candidato de centroizquierda Stefano Lo Russo se impuso con el 59,3% a Paolo Damilano (40,7%).
Italia terminó la segunda vuelta de las elecciones municipales para cambiar los ayuntamientos de 65 ciudades, tras un primer turno los pasados 3 y 4 de octubre, cuando el centroizquierda triunfó en Milán, Bolonia (norte) y Nápoles (sur), entre otras ciudades. En Roma, la alcaldesa Virginia Raggi quedó fuera de juego a la primera de cambio.
La izquierda se ha hecho con la mayoría de capitales de provincia como Caserta, Cosenza, Isernia, Latina, Savona y Varese, mientras que en Trieste seguirá el actual alcalde, el derechista Roberto Dipiazza, tras una frenética y muy ajustada remontada (51,6%).
Roma, "ingobernable"
"Empieza ahora un trabajo de extraordinaria intensidad para impulsar Roma y hacerla funcionar mejor, para que crezca y sea una ciudad más inclusiva y campeona de la transición ecológica", prometió su nuevo alcalde, Gualtieri, celebrando su triunfo.
La gestión de Roma es siempre una cuestión espinosa. La alcaldesa saliente, Virginia Raggi, del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), ha sido la última en pagar el precio de gobernarla desde 2016, además como la primera mujer en hacerlo en su historia.
Pesan especialmente la ruinosa situación financiera que arrastra desde hace décadas, así como la más que precaria situación de algunos de sus servicios elementales, como el de las basuras. Por eso los partidos, sabedores del desgaste, optaron por candidatos de segunda fila.
Y el ganador finalmente fue Roberto Gualtieri, romano de 55 años, exministro de Economía en el segundo Gobierno de Giuseppe Conte y desde la caída de este y el ascenso de Draghi, en febrero de 2021, diputado y candidato a alcalde.
Su rival era Enrico Michetti, hasta hace nada desconocido en Roma que sin embargo ha saltado a la fama por sus comentarios racistas y sobre el Holocausto, revelados estos días.
Pulso de cara a 2023
Las elecciones han sido pensadas por los mismos partidos como un pulso para comprobar su tirón de cara a las generales de 2023, ya que en el Parlamento todos menos la ultraderechista Hermanos de Italia de Giorgia Meloni están integrados en la coalición que apoya al Gobierno de Mario Draghi.
Por eso, los expertos tratan de extraer alguna conclusión, teniendo en cuenta que más de la mitad del electorado se ha quedado en casa. En esta segunda vuelta votó el 47,55% del censo, frente al 55,86% que lo hizo en primera, uno de los datos más bajos de la serie.
La primera conclusión es que las coaliciones del centroizquierda, encabezadas por el Partido Demócrata, no sólo han logrado resistir en ciudades como Milán y Bolonia (norte) sino que han recuperado Roma o Turín, gobernadas en el último lustro por el M5S (Movimiento 5 Estrellas).
Por otro lado el M5S, que ha renegado de su carácter "anticasta", ha sufrido un nuevo varapalo electoral, perdiendo esas dos ciudades, las primeras insignias que se adjudicó cuando crecía vertiginosamente hasta llegar al poder en 2018.
También se ha demostrado la utilidad de la alianza entre el PD y el M5S, que ha permitido ganar en Nápoles o Bolonia, algo muy a tener en cuenta en la carrera electoral.
En este sentido, la coalición entre Meloni, Matteo Salvini y Silvio Berlusconi, que ha venido funcionando muy bien en los últimos años, ha descubierto una especie de techo de cristal y no se ha impuesto en ninguna de las grandes ciudades en juego.
El líder de la Liga, Salvini, fue uno de los primeros en reaccionar a los resultados y puso el interés en la razón por la que más de la mitad de los cinco millones de italianos llamados a las urnas había decidido quedarse en casa.
Esto después de airear el fantasma de una presunta manipulación, al comentar la investigación abierta por malversación al gestor de la pandemia del Gobierno del Cinco Estrellas y del PD, destituido en marzo nada más llegar Draghi al poder.
"Obviamente, después de la segunda vuelta de las elecciones", escribió Salvini en Twitter adjuntando la noticia de la apertura de la investigación, dando a entender que la Fiscalía revela sus indagaciones con fines partidistas.