En torno a 5 millones de italianos están convocados a las urnas en la segunda vuelta de las elecciones municipales que se celebran este domingo y lunes en 65 ciudades de 15 regiones del país. Todas las miradas estarán puestas en Turín y, sobre todo, en Roma, donde una victoria del centroizquierda apuntalaría su triunfo de hace dos semanas.
La participación puede ser un factor determinante en estos comicios. En la primera vuelta rozó el 55%. Para votar es necesario el certificado sanitario de la Covid. Los colegios electorales, abiertos este domingo desde las 07.00 horas locales hasta las 23.00, cerrarán el lunes a las 15.00. Los primeros sondeos se publicarán entonces y se comenzará con el escrutinio.
Los ojos están puesto en Roma y Turín por la importancia que tienen, pero también se vota en diez capitales de provincia: Trieste, Varese, Savona, Latina, Benevento, Caserta, Isernia, Cosenza.
La mayor expectación, sin embargo, la tiene Roma. La capital italiana tendrá un nuevo alcalde pase lo que pase ya que la actual alcadesa, Virgina Raggi, del Movimiento 5 Estrellas (M5S), cayó en la primera vuelta al no sacar el suficiente apoyo para pasar a esta segunda ronda.
La capital italiana estará dirigida por Enrico Michetti o Roberto Gualtieri. Michetti, del ultraderechista Hermanos de Italia, logró un 30,15% de los votos en la primera vuelta. El exministro Roberto Gualtieri, del Partido Democrático (PD), la mayor fuerza progresista del país, obtuvo un 27,03%.
Aunque Michetti logró más votos en la primera ronda, Gualtieri parece tener más probabilidades de alzarse con la victoria. El candidato del Partido Democrático puede llevarse muchos de los votos que recogieron hace dos semanas tanto el independiente Carlo Calenda (19,82%) como la alcaldesa saliente (19,08%).
Giuseppe Conte, líder del M5S, ya han mostrado su preferencia por Gualtieri. Preferencia o más bien su distanciamiento del ultraderechista Michetti, una apuesta personal de la líder de su partido, Giorgia Meloni, apoyada por las otras formaciones del centroderecha, la Liga y Forza Italia (FI).
Después de Roma, la ciudad que más miradas está acaparando es Turín. En la ciudad del norte la participación fue incluso más baja que en Roma: fue de un 48%. La batalla en Turín se decantará entre Stefano Lo Ruso, de la izquierda, y Paolo Damiliano, de derechas. El duelo en la ciudad alpina está aún más reñido que en la capital. En estas dos semanas desde la primera vuelta ambos se han esforzado en buscar el apoyo de la periferia, zona que registró menor participación.
El triunfo de los candidatos de izquierdas apuntalaría la victoria que logró en la primera vuelta de las elecciones, cuando se hizo con las alcaldías de las ciudades más importantes como Milán, Nápoles y Bolonia. Matteo Salvini y Meloni, de la ultraderecha, quedaron como los claros perdedores de la cita electoral.
El fascismo en el punto de mira
Este pasado sábado se celebró en Roma una manifestación multitudinaria que pedía la ilegalización de movimientos fascistas en el país. Al ser jornada de reflexión, las protestas antifascistas levantaron críticas de las fuerzas políticas de derechas, que las veían como una injerencia en el proceso electoral.
En concreto, la manifestación del sábado exigía la ilegalización de movimientos como el de Fuorza Nuova (Fuerza Nueva), el partido de extrema derecha italiano. Manifestantes de ultraderecha asaltaron la sede de la Confederación General Italiana del Trabajo, el principal sindicato del país, durante una marcha contra las vacunas de la Covid-19 en Roma el pasado 9 de octubre. La manifestación ultra degeneró en fuertes enfrentamientos con la Policía italiana que acabó con varios detenidos, entre los que estaban líderes de Fuorza Nuova como Roberto Fiore y Guiliano Castellino.
El partido ultraderechista ha levantado tanta atención y temor que el primer ministro italiano, Mario Draghi, baraja la posibilidad de ilegalizar el partido. En Italia está alarmando un auge de la nostalgia fascista. Según medios italianos, Draghi querría ilegalizar el partido neofascista para contratacarle con una respuesta contundente tras los violentos disturbios del 9 de octubre en Roma.
El diario italiano Corriere della Sera señalaba esta pasada semana sobre la posible ilegalización de Fuorza Nuova que el primer ministrio "se está moviendo con extrema cautela" al ser un "tema políticamente explosivo". Sería la primera vez que se ejectura la disolución de un partido político a través de un decreto del Ejecutivo.
La Carta Magna italiana, bajo la llamada Ley Scelba de 1952, sí permitiría ilegalizar una organización que tiene como esencia "perseguir objetivos antidemocráticos amenazando o usando la violencia como método de lucha política".