Roberta Metsola, la nueva cara de la Eurocámara que causa controversia por su posición contra el aborto

Metsola sustituye en el cargo al socialdemócrata italiano David Sassoli, que falleció de forma inesperada hace una semana a los 65 años por graves complicaciones causadas por una disfución del sistema inmunitario y al que el Parlamento Europeo ha rendido homenaje este lunes. Sin embargo, la elección de un nuevo presidente de la Eurocámara ya estaba prevista para este pleno: el mandato de Sassoli tenía que haber concluido precisamente este 18 de enero.

Tras las elecciones europeas de 2019, populares, socialistas y liberales firmaron un acuerdo según el cual Sassoli presidiría la Eurocámara durante la primera mitad de la legislatura y un candidato del PPE tomaría el relevo a partir de enero de 2022. Aunque el italiano amagó con presentarse a la reelección, en diciembre anunció que se retiraba para no poner en riesgo la mayoría proeuropea que apoya a Von der Leyen. 

De hecho, ni los socialdemócratas ni los liberales de Renew han presentado candidato a la presidencia de la Eurocámara, lo que despeja el camino a Metsola, pese a que compite con otros tres aspirante. La izquierda radical ha presentado a la eurodiputada de Izquierda Unida Sira Rego. También están en liza la sueca Alice Bah Kuhnke (Verdes) y el polaco Kosma Zlotowski (del grupo de derecha radical Conservadores y Reformistas Europeos).

Para ser elegido, el candidato debe obtener mayoría absoluta de los votos válidos, emitidos por sufragio secreto, es decir, la mitad más uno. Debido a la pandemia, la votación se efectuará a distancia. Si no hay un ganador en la primera ronda, los mismos u otros candidatos pueden ser nominados para una segunda y tercera rondas, en las mismas condiciones. Si no hay vencedor en la tercera ronda, los dos candidatos más votados concurren a una cuarta y definitiva votación, en la que sale ganador el que obtiene más votos.

Eurodiputada desde 2013, Metsola goza de muy buena reputación en la Eurocámara. Todo el mundo reconoce su empuje europeísta, su alta preparación y su carácter dialogante y respetuoso, rasgos esenciales para forjar consensos en el Parlamento Europeo. De hecho, la política maltesa ya era vicepresidenta primera y sustituyó a Sassoli el año pasado cuando estuvo un par de meses de baja por una neumonía grave.

La nueva presidenta del Parlamento pertenece al ala más moderada del Partido Popular Europeo. En su trayectoria política ha defendido los derechos de la comunidad LGBT, se ha significado en la lucha contra la corrupción y el clientelismo político en Malta y también ha apoyado el derecho de asilo o el Estado de derecho frente a la deriva autoritaria de países como Polonia.

Sin embargo, su candidatura ha causado una fuerte controversia entre socialistas, verdes e izquierda radical por su oposición al aborto. Metsola ha votado sistemáticamente en contra de todas las resoluciones de la Eurocámara que defienden la interrupción voluntaria del embarazo. Una posición que se explica en buena medida por la realidad de su país de origen. Malta es el último Estado miembro de la UE donde el aborto es completamente ilegal, incluso en caso de violación, malformación del feto o peligro para la vida de la madre.

Durante la campaña, Metsola ha dicho que si es elegida presidenta defenderá la posición de la Eurocámara, independientemente de sus convicciones personales. "Sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos, la posición del Parlamento Europeo es clara. Como presidenta del parlamento, mi deber es representar la opinión del Parlamento y, si soy elegida, cumpliré con mi deber como siempre lo he hecho", ha declarado a la prensa maltesa.

La polémica podría restarle apoyos entre los socialistas europeos, sobre todo porque la votación es secreta. No obstante, el grupo socialista ha renovado este lunes su acuerdo con el PPE y con los liberales "con el fin de garantizar una mayoría de trabajo estable hasta las elecciones de 2024". El pacto fija como prioridades el Estado de derecho, los derechos de las mujeres, la dimensión social y las reglas fiscales de la UE. Y despeja el camino a la elección de Metsola pese a eventuales fugas de votos.

La maltesa ha dedicado toda su carrera profesional y política a la UE. Según ha dicho ella misma, su vocación europeísta surge mientras cursaba Derecho, coincidiendo con el referéndum sobre la entrada de Malta al club. Después, Metsola amplió sus estudios en derecho europeo en el Colegio Europeo de Brujas. A los 25 años, mientras aún estudiaba, se presentó por primera vez a las elecciones europeas de 2004, pero no fue elegida. Tardaría otros 10 años en lograr su escaño.

Hasta entonces, trabajó como consejera de justicia e interior en la representación permanente de Malta ante la Unión Europea. También fue asesora jurídica de la entonces Alta Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común, Catherine Ashton. Está casada con un finlandés y tiene cuatro hijos. Metsola será la tercera mujer que dirige el Parlamento Europeo, después de Simone Veil y Nicole Fontaine.