A medida que el ejército ruso se retiraba de las inmediaciones de Járkov, los bombardeos se intensificaban en Severodonestsk, uno de los últimos emplazamientos bajo control ucraniano de la región de Lugansk. La ciudad, situada a orillas del río Sviersky Donets, donde hace apenas unos días más de 70 tanques rusos quedaron reducidos a escombro, se ha convertido en uno de los principales objetivos de las tropas de Putin. También, en uno de los símbolos de la resistencia ucraniana en el este, que ha hecho saltar por los aires diversos puentes ferroviarios que unen la localidad con la vecina Rubizne para impedir el avance del enemigo.
“Los rusos están sufriendo pérdidas y se están retirando cerca de Severodonetsk”, anunciaba el lunes el jefe de Administración Militar Regional de Lugansk, Sergiy Gaiday, vía Facebook. En concreto, en un solo día la contraofensiva ucraniana asegura haber neutralizado 17 ataques, destruyendo tres tanques rusos, un sistema de artillería y siete vehículos de combate, según la publicación. A estas pérdidas se le suma el derribo de dos helicópteros y cinco drones Orlan-10.
No es una novedad que las tropas rusas avanzan más lento de lo que esperaban. Un retraso militar que tiene mucho que ver con que Moscú haya perdido un tercio de las tropas terrestres enviadas desde el mes de febrero, según uno de los últimos informes que la Inteligencia Británica ofrece a diario. Sin contar los cerca de 670 tanques y más de 2.900 vehículos blindados de distintos tipos que se calcula que el Kremlin ha perdido desde que empezó la guerra.
Sin embargo, a pesar del colosal número de bajas, “Rusia no se detiene”, recordaba Gaiday en su publicación. De hecho, los ataques en Severodonetsk son cada vez más feroces y las evacuaciones, prácticamente imposibles: aunque gran parte de los ciudadanos han sido evacuados, todavía viven 15.000 personas en la ciudad.
Desde el pasado domingo, al menos diez civiles han fallecido por bombardeos a diversas infraestructuras, entre las que se encuentran un hospital y una zona residencial de edificios de gran altura.
En la frontera con Rusia
Que Putin ansía el Dombás no es una novedad. Pero el endurecimiento su ofensiva en la zona coincide con la derrota de las tropas rusas en la segunda ciudad más importante del país, Járkov, donde las fuerzas ucranianas siguen ganando terreno.
Este mismo lunes, el gobernador de la región, Oleh Sinegubov, anunciaba a través de Telegram que las tropas del Batallón 227, que habrían estado contratacando cerca de Járkov, habían llegado a la frontera rusa. Aunque todavía no se ha podido verificar la información, ni se sabe cuántas tropas habrían llegado ni la localización exacta, la semana pasada ya se rumoreaba que las fuerzas ucranianas se encontraban a poco más de 3 o 4 kilómetros del paso fronterizo.
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