Pedro Sánchez y Xi Jinping en el encuentro que ambos mantuvieron en Moncloa en noviembre de 2018.

Pedro Sánchez y Xi Jinping en el encuentro que ambos mantuvieron en Moncloa en noviembre de 2018. Oscar J. Barroso / AFP7

Europa

Los cinco escenarios que se puede encontrar Sánchez en Pekín tras la invitación de Xi Jinping

El presidente español viajará el jueves a Pekín para reunirse con su homólogo chino en una cumbre decidida en noviembre pero anunciada hace apenas unos días.

29 marzo, 2023 02:47

A apenas 24 horas de la llegada del presidente español Pedro Sánchez a China, donde se reunirá con el líder chino Xi Jinping, son muchas las dudas que envuelven a una cumbre pactada el pasado noviembre en Bali, pero anunciada justo después de la visita de Xi a Moscú hace apenas unas semanas. Es este manejo del tiempo lo que invita a pensar que las conversaciones girarán en torno a la guerra de Ucrania y a la compleja situación de la política internacional mundial, por mucho que Sánchez haya afirmado que no va a hablar con Xi del plan de paz que lleva paseando por el mundo las últimas semanas.

La elección de Sánchez como interlocutor -en los próximos días pasarán también Lula da Silva y Emmanuel Macron por Pekín- está ligada sin duda a que será el futuro presidente del Consejo de la Unión Europea a partir del 1 de julio y hasta final de año. Semestre en el que se espera una ofensiva ucraniana y en el que irán llegando a Kiev las armas prometidas por Occidente.

Aunque las relaciones entre España y China dan para mucho -las inversiones del país asiático en nuestro país, especialmente en lo tocante a infraestructuras ferroviarias y portuarias son inmensas-, es muy difícil pensar que Xi ha invitado a Sánchez para hablar del polígono Cobo Calleja. Habrá que pensar, por lo tanto, y ante el secretismo de ambas partes, en otros escenarios plausibles que Sánchez puede encontrarse en su visita a Pekín, sin descartar que, además, se hable de economía, comercio o cualquier aspecto de las relaciones bilaterales entre ambos países.

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1. Xi quiere involucrar a la Unión Europea en su plan de paz

Una opción es que Xi Jinping se haya tomado a sí mismo en serio como mediador universal y quiera de verdad explicar e involucrar a la Unión Europea en su proyecto pacificador. El problema con dicho plan de paz es que sabemos que tiene doce puntos, que recoge la defensa de la integridad territorial y la negativa a utilizar armas nucleares como principios básicos… pero también sabemos que el resto son un montón de vaguedades que ahora mismo no aceptan ni Ucrania ni Rusia.

La Unión Europea ya rechazó la mediación china por considerarla partidista -China y Rusia son aliados comerciales y políticos, aunque no militares- y porque va contra la esencia de su discurso: las condiciones de la paz han de decidirlas exclusivamente los ucranianos, un principio que el propio Sánchez ha ratificado en recientes declaraciones. En ese sentido, el presidente chino se encontrará previsiblemente con un muro educado y sonriente, pero que se limitará a pedirle que traslade sus propuestas a Volodimir Zelenski. O eso espera la comunidad internacional.

Los presidentes chino y ruso, Xi Jinping y Vladímir Putin, se estrechan la mano durante su reciente reunión en Moscú.

Los presidentes chino y ruso, Xi Jinping y Vladímir Putin, se estrechan la mano durante su reciente reunión en Moscú. EFE


2. Xi quiere que España involucre a la Unión Europea en su plan de paz

Porque otra posibilidad es que la elección de Sánchez no sea azarosa. En otras palabras, que tanto Pekín como Moscú piensen que es más probable conseguir algo con Sánchez como mediador que con, pongamos, el propio Macron o, desde luego, el presidente polaco, Andrzej Duda. Sánchez, por una cuestión de respeto a sus aliados, no puede comprometerse a nada, pero no hay que descartar que su elección de socios de gobierno haya levantado algunas esperanzas en el entorno de Xi y de Putin.

Hablamos, por supuesto, de Podemos. El partido dirigido por Ione Belarra se ha caracterizado durante este año largo de guerra por su insistencia en repetir los mensajes dirigidos por el Kremlin. Desde la necesidad de una rendición ucraniana en las primeras horas del conflicto hasta la inutilidad de mandar más armas para defender a un país soberano. Tal vez, Putin y Xi piensen que esa posición de parte del Gobierno español es compartida por la otra parte y quieran convencer a Sánchez de que haga presión durante su presidencia para detener los envíos de armas y dinero a Kiev. Aunque Sánchez no es precisamente un político falto de ego, pensar que se plegaría a algo así es un disparate. Ahora bien, pensará Xi, por intentarlo no se pierde nada.

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3. Xi quiere malmeter entre la Unión Europea y Estados Unidos

Puede que el acercamiento de Xi a la UE busque objetivos más complejos. Las relaciones entre China y Europa, incluso con una pandemia de por medio, son excelentes. Ambas partes se necesitan económicamente y lo saben. El problema lo tiene Pekínn con Estados Unidos, pero no lo tiene en Ucrania -a China, básicamente, Ucrania le da igual- sino en el Pacífico, tanto en Taiwán como en sus alianzas con enemigos de la expansión china como Japón o Corea del Sur.

Puede que Xi quiera tantear a Sánchez para ver hasta qué punto puede "comprar" su voluntad política y por la extensión la voluntad política europea. Tal vez, la mejor manera de vender su plan de paz sea acompañarlo de otro tipo de caramelos: un aumento de inversiones, una promesa por vía interpuesta de rebajas en el precio de los combustibles rusos… Lo que haga falta con tal de que Europa se distancie de Washington y deje solos a los americanos tanto en el este de Europa como en el este de Asia. Algo, por otro lado, de nuevo, altamente improbable.

l presidente estadounidense, Joe Biden, se reúne con el presidente chino, Xi Jinping, al margen de la cumbre de líderes del G20 en Bali, Indonesia, el 14 de noviembre de 2022.

l presidente estadounidense, Joe Biden, se reúne con el presidente chino, Xi Jinping, al margen de la cumbre de líderes del G20 en Bali, Indonesia, el 14 de noviembre de 2022. Reuters

4. Xi quiere mandar un mensaje de Putin

A estas alturas, nadie va a reunirse con Putin ni le va a coger el teléfono. Tampoco el líder ruso va a "bajarse los pantalones" con ofertas directas a sus enemigos políticos. Otra cosa es lo que le haya podido ofrecer a Xi para que Xi se lo ofrezca a la Unión Europea. Eso, en el mejor de los casos. En el peor, estaríamos directamente hablando de una amenaza rusa que merece hablarse en privado, sin micrófonos de por medio.

Esta teoría viene justificada, como decíamos, por la oportunidad de la reunión. Es raro que Xi anuncie una serie de cumbres internacionales justo cuando vuelve de Moscú. Teniendo en cuenta los lazos de amistad entre Rusia y China, escenificados con efusividad por ambos líderes, probablemente sea un mensaje destinado a rebajar las sanciones o a iniciar nuevas negociaciones. Recordemos que la neutralidad de China en todo esto es poco más que una impostura.

5. Xi quiere alertar sobre Putin

O no. Tal vez, a Xi no le ha gustado nada lo que ha visto en Moscú. Tal vez, solo tal vez, ha visto a un Putin bunkerizado, alejado de la realidad, perdido en su nacionalismo, rodeado de halcones que no hacen más que repetirle que hay que hacer cualquier cosa con tal de que el honor ruso no sea mancillado en Járkov, en Jersón, en Bakhmut, quien sabe si, pronto, en Melitopol o en Mariúpol.

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Tal vez, Xi se tema que el compromiso de Putin de no recurrir a armas nucleares no sea del todo honesto. Al fin y al cabo, la honestidad de Putin es la que es, no vamos a engañarnos. En ese caso, la reunión tendría como fin alertar a Sánchez y a la Unión Europea de que este tipo va en serio con sus amenazas… y que China estaría dispuesta a apretarle si Europa se compromete a apoyarla llegado el momento en otras circunstancias (¿Taiwán 2025?). Gato negro, gato blanco. Si tus aliados dejan de ser fiables, busca otros aliados mejores.