Misión conjunta de Von der Leyen y Macron en Pekín para frenar el apoyo de China a Rusia
Los dos mandatarios europeos tratan de convencer a Xi de que presione a Putin para poner fin a la guerra en Ucrania.
6 abril, 2023 02:30Pekín se ha convertido en los últimos meses en un centro de peregrinación para los líderes europeos, en un intento -hasta ahora infructuoso- de frenar el acercamiento de China a Rusia en plena guerra de agresión de Vladímir Putin contra Ucrania. Tras las visitas de Olaf Scholz en noviembre, de Charles Michel en diciembre y de Pedro Sánchez la semana pasada, este jueves son Ursula von der Leyen y Emmanuel Macron los que se reúnen con el presidente chino, Xi Jinping.
En esta ocasión, la novedad es que se trata de una misión conjunta que pretende escenificar la unidad europea frente a China. Además de los encuentros bilaterales que el presidente francés y la presidenta de la Comisión tienen previsto mantener con Xi, se ha programado también una reunión a tres.
Ha sido Macron el que invitó a Von der Leyen a sumarse a su comitiva, quizá para evitar las duras críticas que recibió en su momento Scholz, al que se acusó de defender únicamente los intereses de Alemania y socavar la posición común europea. Y es que el presidente galo también va acompañado de 50 dirigentes empresariales franceses.
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El objetivo común de Von der Leyen y Macron es convencer al presidente chino de que utilice la influencia que tiene sobre Vladímir Putin para forzar una retirada de las tropas rusas de Ucrania. No obstante, ninguno de los dos se hace ilusiones de que Pekín pueda convertirse en un árbitro neutral tras la reciente visita de Xi a Moscú, que ha evidenciado la creciente convergencia entre China y Rusia.
China puede "desempeñar un papel importante" para "encontrar un camino de paz" en Ucrania, ha dicho este miércoles el presidente francés a su llegada a Pekín. A su juicio, el plan de paz de Xi, aunque tiene muchas carencias, muestra "una voluntad de comprometerse en la resolución del conflicto".
Antes de emprender su viaje a Pekín, Macron ha hablado por teléfono tanto con Volodímir Zelenski como con Joe Biden, con el que ha abordado "su deseo común de involucrar a China en acelerar el fin de la guerra en Ucrania y participar en la construcción de una paz duradera en la región".
Pese a esta voluntad de coordinarse, Francia y Estados Unidos discrepan sobre la política a adoptar hacia el gigante asiático. Frente a la estrategia de "desacoplamiento" que propugna la Casa Blanca, el presidente francés ha dicho este miércoles que "no hay que separarse de China, sino dialogar con voluntarismo para continuar teniendo una relación comercial con China".
Al fin y al cabo, en 2022 China fue el tercer socio comercial más importante de la Unión en cuanto las exportaciones de mercancías (9% del total) y el mayor socio de la Unión en cuanto a importaciones (20,8%).
También la presidenta del Ejecutivo comunitario descarta la desvinculación total de China y apuesta por una política de "reducción de riesgos". No obstante, Von der Leyen ha aprovechado su visita a Xi para endurecer el tono hacia el gigante asiático.
Las relaciones con China "se han vuelto más distantes y más difíciles en los últimos años" porque Pekín ha virado hacia una postura más represiva en el interior y más agresiva hacia el exterior, denunció en un discurso la semana pasada.
El papel que Xi acabe adoptando respecto a la guerra de Putin será "un factor determinante para el futuro de las relaciones UE-China". "China está en condiciones de influir en Rusia de manera constructiva y, por lo tanto, tiene una responsabilidad", ha dicho la presidenta en una entrevista al Financial Times.
La diferencia de tono entre Macron y Von der Leyen deja al descubierto las fracturas internas en la UE sobre qué posición adoptar hacia China. Mientras que los grandes países como Alemania, Francia o España dan prioridad a los vínculos comerciales, otros que ya han sufrido el chantaje de Pekín, como Lituania, avisan del elevado riesgo de repetir los mismos errores que ya se cometieron con Rusia.
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"Debemos recordar que los intentos de contener a Rusia ofreciéndole una asociación económica fracasaron. De hecho, Putin se sintió envalentonado por nuestra flexibilidad, no persuadido. Una táctica similar también envalentonaría a China. No cometamos el mismo error dos veces", ha avisado esta semana el ministro de Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis.
Tras Von der Leyen y Macron, el próximo en viajar a Pekín la semana que viene será Josep Borrell, que también ha aumendo el volumen de sus críticas a China en los últimos tiempos. Para la UE, la línea roja absoluta para la que no habría posibilidad de vuelta atrás es el envío de armamento a Moscú.
"China tiene la obligación moral de contribuir a una paz justa. No pueden ponerse del lado del agresor. No pueden apoyar militarme la agresión (...) Muchos europeos estamos viajando a China. Pero hemos sido claros con China: su posición sobre las atrocidades y crímenes de guerra de Rusia determinará la calidad de nuestras relaciones con Pekín", sostiene Borrell.