La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, durante un discurso en la Eurocámara

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, durante un discurso en la Eurocámara Parlamento Europeo

Europa

Von der Leyen se abre a explorar la creación de centros para migrantes fuera de la UE

La presidenta de la Comisión apuesta por reforzar los acuerdos con países de origen y de tránsito para frenar las salidas.

26 junio, 2024 16:40
Bruselas

Ursula von der Leyen apuesta por seguir endureciendo la política migratoria de la UE si se le confirma para un segundo mandato al frente de la Comisión Europea. En una carta dirigida a los jefes de Estado y de Gobierno de los 27, la alemana se declara abierta a explorar la creación de centros de migrantes fuera de la Unión Europea para gestionar las demandas de asilo, tal y como han pedido países como Italia, Polonia, Países Bajos, Austria o Grecia.

Se trataría de replicar a escala europea el acuerdo cerrado por la primera ministra Giorgia Meloni con Albania. La presidenta del Ejecutivo comunitario se compromete además a seguir reforzando los acuerdos con los países de origen y de tránsito -como Turquía, Túnez, Mauritania, Egipto, Líbano o incluso Libia- con el fin de que sean ellos los que frenen la salida de migrantes hacia Europa

En este sentido, Von der Leyen admite que uno de los pilares centrales de su primer mandato, el Pacto Europeo de Inmigración y Asilo (que acaba de aprobarse y ni siquiera ha empezado a aplicarse), será insuficiente para resolver los desafíos a los que se enfrenta la UE. 

[Túnez, Mauritania, Egipto y ahora Líbano: la UE avanza en externalizar el control migratorio]

"El acuerdo sobre el Pacto no es el final de la reflexión sobre las herramientas a nuestra disposición. Muchos Estados miembros están estudiando estrategias innovadoras para prevenir la inmigración ilegal, tratando las solicitudes de asilo más lejos de las fronteras exteriores de la UE. Hay reflexiones en curso sobre ideas que ciertamente merecerán nuestra atención cuando se ponga en marcha nuestro próximo ciclo institucional", escribe Von der Leyen en su carta con motivo del Consejo Europeo que se celebra este jueves y viernes en Bruselas. 

La presidenta cita específicamente como modelo a seguir el acuerdo migratorio con Turquía. También defiende que la UE invierta en los sistemas de asilo de los países de tránsito y refuerce la cooperación en materia de repatriaciones. Finalmente, Von der Leyen apuesta por trabajar con los países extraeuropeos considerados como seguros a la hora de gestionar las demandas de asilo. Una referencia al acuerdo firmado con Italia por Albania.

"La Comisión continuará apoyando estas reflexiones, siempre atendiendo al derecho internacional, y con plena conciencia de la necesidad de trabajar en caminos que también sean aceptables para nuestros socios y que permitan encontrar soluciones sostenibles para los propios migrantes", concluye Von der Leyen. 

La misiva de la alemana es en realidad una respuesta a la carta que le remitieron en mayo un total de 15 países reclamando "nuevas fórmulas y soluciones" para hacer frente al "fuerte incremento de llegadas irregulares" a la UE.

Estos Estados miembros pedían a Bruselas "acuerdos de seguridad y mecanismos de tránsito" basados en "modelos como el protocolo Italia-Albania". El objetivo sería "detectar, interceptar o, en caso de peligro, rescatar a los migrantes en alta mar y llevarlos a un lugar predeterminado y seguro en un país socio fuera de la UE, donde se puedan encontrar soluciones duraderas para esos migrantes".

Con el fin de acelerar las expulsiones de los migrantes que no tienen derecho al asilo, estos países apuestan también por crear "centros de retorno" en países socios fuera de la UE. Allí serían trasladados los migrantes irregulares a la espera de que sus países de origen acepten su readmisión.

La misiva llevaba la firma de Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Estonia, Grecia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Malta, Países Bajos, Austria, Polonia, Rumanía y Finlandia. España es el único país de primera línea en la frontera marítima de la UE que no suscribió la carta, que tampoco contaba con el apoyo de Francia ni de Alemania.