Imagen de recurso de una monja en el Vaticano.

Imagen de recurso de una monja en el Vaticano. Europa Press

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Detenida una monja en Italia tras robar joyas y objetos de oro donados por los fieles por valor de unos 80.000 euros

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Una monja de la localidad italiana de Ariano Irpino, en la región de Campania, fue detenida el pasado fin de semana acusada de robar joyas y objetos de oro por un valor de 80.000 euros.

Su arresto se produjo tras la denuncia del obispo de ese municipio ante la desaparición de las alhajas donadas por los fieles a varias parroquias de la zona.

El arresto domiciliario fue ordenado después de que la investigación, llevada a cabo por a Fiscalía de Benevento y después por los Carabineros, estableciera que la religiosa, perteneciente a la Congregación del Espíritu Santo, había vendido los objetos robados y transferido el dinero al extranjero.

La monja era madre superiora de la Curia Episcopal de Ariano Irpino, el lugar donde se guardaban las joyas, objetos sagrados y ofrendas de oro y plata joyas donadas por los fieles de varias parroquias de la diócesis.

La religiosa, que ha confesado el delito, no solo sustrajo piezas de oro votivo procedente de numerosas parroquias, sino también se llevó la reliquia de San Nicolás de Bari, engastada en un medallón de metal.

Los registros y los interrogatorios efectuados por los Carabineros permitieron establecer que la monja estaba en posesión de las llaves de la Curia y se había apropiado indebidamente de los objetos.

Posteriormente, los vendió a empresas del sector por una suma no inferior a 80.000 euros y después realizó transferencias del dinero al extranjero.

Por desgracia, la mayor parte de las piezas de oro robadas por la monja son irrecuperables al haber sido sometidas a operaciones de fundición. 

Solo se ha podido recuperar una parte de estas piezas en forma de un lingote de oro sometido a fundición e incautado a un comerciante y varios exvotos de plata y joyas y pulseras, algunas de éstas encontrados en la habitación personal de la religiosa, que los había ocultado en el cesto de la ropa sucia.

En vista del riesgo de fuga de la sospechosa, derivado de su conducta y sus relaciones con el extranjero, el juez emitió la orden de arresto de la religiosa, que confesó los delitos en cuanto se le notificó la detención domiciliaria.