Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, durante la cumbre de este jueves en Bruselas

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, durante la cumbre de este jueves en Bruselas UE

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La UE al completo se moviliza para desactivar los fallos del TJUE sobre el Sáhara: "Rabat es un socio estratégico"

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Todavía no está claro cómo se concretará en la práctica o qué subterfugios legales van a utilizarse. Pero la Unión Europea al completo -liderada por España o Francia- se ha movilizado en las últimas semanas para desactivar el impacto de las sentencias del pasado 4 de octubre del Tribunal de Justicia de Luxemburgo (TJUE) sobre el Sáhara.

El TJUE dio la razón al Frente Polisario y anuló de forma definitiva los acuerdos en materia de pesca y de productos agrícolas firmados en 2019 entre la UE y Marruecos por considerar que vulneran el principio de autodeterminación. El motivo es que el pueblo del Sáhara Occidental, cuyo territorio y aguas adyacentes están cubiertos por los pactos, no prestó su consentimiento.

Otro de los fallos obliga a que las etiquetas de los melones y los tomates recolectados en el Sáhara Occidental mencionen este territorio, y no Marruecos, como país de origen. Las sentencias supusieron un duro varapalo para el Gobierno de Pedro Sánchez y otros Estados miembros como Alemania o Francia, que en los últimos años han abandonado la defensa de un referéndum de autodeterminación y han apoyado el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara.

Apenas horas después de que se publicaran los fallos, empezaron a sucederse una cascada de reacciones, tanto en Bruselas como en las capitales, en defensa de la posición de Marruecos. Un apoyo al Gobierno de Rabat (ignorando por completo al Frente Polisario) que ha llegado hasta el nivel máximo: el Consejo Europeo. 

En la cumbre celebrada este jueves en Bruselas, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 han introducido en las conclusiones un párrafo específico sobre Marruecos, en el que toman nota de las sentencias del TJUE, pero reclaman su potestad para decidir en materia de política exterior.

"El Consejo Europeo reafirma el gran valor que la UE concede a su asociación estratégica con Marruecos y reitera la necesidad de preservar y seguir fortaleciendo las estrechas relaciones con Marruecos en todos los ámbitos", reza el texto aprobado de forma unánime por los líderes europeos.

Lo que está en juego no es únicamente el valor intrínseco de los acuerdos anulados por el TJUE. El más importante para España es el de pesca, ya que 92 de las 138 licencias que faenan en la zona corresponden a su pabellón, en concreto, a la flotas andaluza, gallega y canaria. Este pacto, por el que Rabat ha cobrado 208 millones de euros, expiró el 17 de julio de 2023 y no se ha renovado a la espera de la sentencia.

En cuanto al acuerdo para liberalizar el comercio de productos agrícolas, los jueces han decidido mantener su vigencia por un período de doce meses "habida cuenta de las consecuencias negativas graves para la acción exterior de la Unión que entrañaría su anulación inmediata y por razones de seguridad jurídica".

Lo que de verdad le preocupa a España y a la UE es que Marruecos rompa su colaboración en materias consideradas esenciales, como la lucha contra la inmigración irregular, contra el terrorismo y contra el tráfico de drogas. Ya existe un precedente: cuando el TJUE dictaminó en 2016 por primera vez que los acuerdos entre Bruselas y Marruecos no son aplicables al Sáhara, el Gobierno de Rabat decidió suspender oficialmente toda relación con la UE en señal de protesta.

Ahora, Marruecos sostiene que "no se considera afectado en absoluto" por las sentencias del TJUE, de las que dice que contienen "errores jurídicos evidentes y errores de hecho sospechosos". En un comunicado, el ministerio de Asuntos Exteriores marroquí reclama a la UE que adopte "las medidas necesarias para respetar sus compromisos internacionales, preservar los logros de la asociación y proporcionar al Reino la seguridad jurídica a la que tiene derecho legítimamente como socio de la UE en varias cuestiones estratégicas"

"En este contexto, Marruecos reitera su posición constante de no suscribir ningún acuerdo o instrumento jurídico que no respete su integridad territorial y su unidad nacional", concluye el comunicado.

Los primeros en responder a las exigencias de Rabat fueron la propia presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell. Ambos publicaron una declaración conjunta el mismo día de los fallos. "En estrecha cooperación con Marruecos, la UE tiene la firme intención de preservar y seguir fortaleciendo sus estrechas relaciones con este país en todos los ámbitos de la asociación entre Marruecos y la UE, de conformidad con el principio de pacta sunt servanda (los pactos deben cumplirse)", afirma el comunicado.

En las horas siguientes, este comunicado fue retuiteado o retomado con palabras similares por países como España, Francia, Alemania, Portugal, Bélgica, Países Bajos o Hungría, que ostenta la presidencia de turno del Consejo. "La relación entre la UE y Marruecos es estratégica y Francia seguirá trabajando con sus socios europeos para reforzar los intercambios, especialmente los económicos, y para salvaguardar los logros de la asociación", defiende el comunicado del Gobierno de París.

En paralelo a la declaración sobre Marruecos del Consejo Europeo, la comisión de Pesca de la Eurocámara ha debatido el futuro del acuerdo de pesca. Allí, los eurodiputados españoles le han pedido a la Comisión que suscriba un nuevo pacto, pero el Ejecutivo comunitario todavía no da niguna pista sobre su estrategia para sortear los fallos del TJUE.

"Ayer mismo (por el miércoles) Marruecos y Rusia prorrogaban su acuerdo pesquero. Por lo tanto, el espacio que dejamos nosotros lo ocupan otros que no pescan de la forma tan sostenible como lo hacemos nosotros y tampoco son precisamente nuestros amigos. Es hora de que la Comisión se ponga las pilas", solicitó el eurodiputado del PSOE, Nicolás González Casares.

El popular Francisco Millán Mon destacó la importancia de la relación con Marruecos, "que es un socio privilegiado de la UE en el marco de la vecindad meridional". "Pedimos una hoja de ruta clara, con plazos y con acciones, que posibiliten actualizar y renovar el acuerdo, que cumpla la sentencia y que de soluciones de estabilidad a las relaciones internacionales y el derecho internacional", solicita Oihane Agirregoitia, la eurodiputada del PNV.