Elon Musk y Giorgia Meloni durante la cena de los Global Citizen Awards en Nueva York.

Elon Musk y Giorgia Meloni durante la cena de los Global Citizen Awards en Nueva York. EFE

Europa

La agenda de Musk no acaba en Washington: por qué su "romance" con Meloni ya sacude la política (migratoria) de Italia

Jara Atienza
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En octubre de 2022, Elon Musk compró Twitter por 44.000 millones de dólares, lo rebautizó con el nombre de X y lo convirtió en su juguete favorito. Desde el primer momento, el multimillonario ha utilizado la red social para difundir cualquier idea que se le pasara por la cabeza y permitir que otros lo hicieran, independientemente de si los comentarios son racistas, homófobos, alientan las teorías de la conspiración o incitan al odio.

Más tarde, el también fundador de SpaceX y Tesla apostó por emplear la plataforma para interferir en la política de Estados Unidos. Concretamente, para apoyar fervientemente al entonces expresidente republicano, Donald Trump, en su carrera de vuelta a la Casa Blanca, pese a ser oficialmente un criminal convicto y haber puesto en tela de juicio el funcionamiento de la democracia estadounidense. 

Ahora que Trump finalmente ha sido reelegido para el cargo tras ganar las presidenciales del pasado 5 de noviembre, Elon Musk ha recogido sus frutos: este martes, el presidente electo anunció que Musk junto al empresario Vivek Ramaswamy, estaría al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés), encargado de remodelar el Gobierno. Así, como ya va a influir directamente en la política estadounidense, el magnate ha decidido utilizar X para condicionar la política de otros países. Y le ha tocado el turno a Italia.

"Estos jueces tienen que irse". Con esta frase, el multimillonario trató el martes de respaldar a Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, en su batalla contra los tribunales italianos, que han rechazado por segunda vez el plan de la mandataria para deportar a migrantes a Albania. "Esto es inaceptable. ¿Viven los italianos en una democracia o en una autocracia no electa toma las decisiones?", insistió Musk el miércoles en otro comentario. 

Lo cierto es que Meloni y Musk mantienen una amistad especial desde hace años. En 2023, la primera ministra invitó con todos los honores a Musk a la fiesta anual de su partido, el ultraderechista Fratelli d'Italia. Este 2024, el magnate le entregó a Meloni en Nueva York el premio Global Citizen, del centro de estudios Atlantic Council, y la calificó como una persona "incluso más bella por dentro que por fuera". Esta buena sintonía, capturada en una fotografía en la que se les veía cenando juntos, desató los rumores sobre una posible relación amorosa que luego ambos desmintieron. 

Quizá por eso, que Musk haya salido en defensa de la controvertida política migratoria de Meloni, que ha sacudido los cimientos incluso de la Unión Europea, no ha pillado a nadie por sorpresa. Pero sí ha levantado ampollas en el país. Aunque la jefa de Gobierno ha guardado silencio, el presidente, Sergio Mattarella, ha cargado duramente contra el empresario. 

"Italia es un gran país democrático y sabe arreglárselas por sí misma. Todos, particularmente quien, como se ha anunciado, está por asumir un importante papel de Gobierno en un país amigo y aliado, deben respetar la soberanía y no pueden atribuirse la tarea de impartir prescripciones", ha pedido el jefe de Estado italiano. 

Con todo, debido a su cercanía con Musk y su simpatía por Trump, son muchos los que sugieren que Meloni podría surgir como el principal interlocutor de Europa con la nueva Administración de EEUU. Sobre todo porque el presidente electo ya ha adelantado que la relación será complicada: ha prometido imponer aranceles a los productos europeos y cortar la financiación a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa.