La UE arrastra los pies a la hora de concretar las garantías de seguridad que reclama Zelenski antes de aceptar una tregua
- El presidente de Ucrania da por hecho que cuando Trump tome posesión el 20 de enero "intensificará los esfuerzos para poner fin a la guerra" y reclama a la UE una "posición clara".
- Más información: Los líderes de la UE debaten el envío de fuerzas de paz a Ucrania a las puertas del regreso de Trump a la Casa Blanca
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, vino a Bruselas en busca de "garantías de seguridad" ante la posibilidad de que Donald Trump fuerce un alto el fuego cuando llegue a la Casa Blanca el próximo 20 de enero. Pero tras dos días de conversaciones con los líderes europeos se marcha con las manos vacías: los Veintisiete arrastran los pies y ven prematuro concretar si están dispuestos a enviar fuerzas de paz a Ucrania para garantizar que Vladímir Putin no vuelva a las andadas al cabo "de dos meses, seis meses, un año o dos años".
Zelenski da por hecho que cuando Trump tome posesión, dentro de apenas un mes, "intensificará los esfuerzos para poner fin a la guerra". Por eso reclama de forma urgente a la UE una "posición clara", que ahora mismo no existe. "Apoyamos la iniciativa de Francia de enviar un contingente militar a Ucrania como parte de estas garantías y hacemos un llamamiento a otros socios para que se sumen a este esfuerzo, ya que ello contribuirá a poner fin a la guerra", asegura.
No obstante, el presidente ucraniano ha reclamado sin éxito a los líderes europeos detalles sobre cómo funcionaría esta fuerza. "Si estamos hablando de un contingente, necesitamos concreción: ¿Cuántos? ¿Qué harán si hay una agresión por parte de Rusia? Estamos discutiendo mucho sobre este tema. Es muy importante que empecemos a plantear estas cuestiones", ha dicho Zelenski en una larga rueda de prensa en la que no ha podido ocultar su frustración.
"Queremos poner fin a la guerra, queremos la paz. Pero debemos saber cuáles serán las garantías de seguridad mañana. Hoy tenemos alrededor de 8 millones de personas en el extranjero. ¿Cómo volverá la gente a casa si no sabe qué pasará mañana?", insiste el presidente ucraniano. A su juicio, en estas garantías no deben participar únicamente los europeos (ya que quizá su aportación sea insuficiente), sino también la propia administración de Donald Trump.
"El presidente Trump es un hombre fuerte y quiero tenerlo de mi lado (...) Putin es muy peligros para todo el mundo porque para él la vida humana no tiene ninguna importancia. Creo que está loco. Creo que él también piensa que está loco. Le gusta matar, es muy peligroso para todos. Quiero que Trump nos ayude a acabar la guerra", ha insistido Zelenski.
Sin embargo, para los líderes europeos hablar en público del envío de tropas de paz a Ucrania sigue siendo un tabú. "No ha habido debate de tropas en el terreno porque no es el tema, sería un error negociar ahora", ha dicho el canciller alemán, Olaf Scholz. En su opinión, la prioridad en este momento es "garantizar un apoyo a largo plazo a Ucrania" en materia militar, con el envío de más sistemas de defensa aérea y munición de artillería.
Al igual que el resto de líderes europeos, el canciller alemán sostiene que el principio fundamental que debe guiar cualquier eventual negociación de paz es que no puede decidirse nada sobre Ucrania sin los ucranianos. "También debe quedar muy claro que no debe haber una escalada de la guerra hasta convertirse en una guerra entre Rusia y la OTAN", ha resaltado Scholz.
El canciller alemán ha hablado este jueves por teléfono con Donald Trump y ambos han coincidido en "la importancia de emprender cuanto antes el camino hacia una paz justa y equitativa para Ucrania".
Today, in my phone call with US President-elect Trump, we agreed on the importance of getting on a path toward a fair and just peace for Ukraine as soon as possible. Ukraine can count on Germany. pic.twitter.com/iXlqgN6mzO
— Bundeskanzler Olaf Scholz (@Bundeskanzler) December 19, 2024
"Ahora no es momento de especular sobre distintos escenarios, es momennto de fortalecer a Ucrania para todos los escenarios", ha respondido el nuevo presidente del Consejo Europeo, el portugués António Costa, al ser preguntado por las fuerzas de paz.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez -que no participó en la minicumbre restringida sobre Ucrania organizada el miércoles por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte- ha dicho que "nosotros no vemos el despliegue de tropas españolas en suelo ucraniano, no lo vemos".
Incluso uno de los principales aliados de Zelenski en la UE, el primer ministro polaco Donald Tusk, se incomoda al hablar del envío de fuerzas de paz a Ucrania. "Todos sentimos que Ucrania debería estar en una situación mejor que la actual antes del cambio de guardia en Estados Unidos, antes de estas posibles negociaciones, y que vale la pena apoyar a Ucrania", ha explicado.
Tusk asegura que "nadie habla en serio todavía" del envío de tropas de paz a Ucrania. "Es menos importante quién envía qué a Ucrania. Es mil veces más importante cómo se definirá una posible paz o tregua y cuáles serían los términos de dicha tregua aceptados por todos, incluida Rusia, tal vez China, para que sea duradera", sostiene el primer ministro polaco.
Una tregua "que sea aceptable, sobre todo, para Ucrania y que no sea sólo una breve pausa". "Sabemos que Putin es capaz de violar cualquier alto el fuego o tratado cuando le convenga, por lo que estas garantías de seguridad deben ser serias", ha destacado Tusk.
El énfasis creciente en las negociaciones de paz que se detecta en todas las conversaciones en Bruselas ha pillado con el pie cambiado a la sucesora de Josep Borrell al frente de la diplomacia europea, Kaja Kallas, que durante su mandato como primera ministra de Estonia se significó como máxima exponente de la línea dura frente al Kremlin.
"Tenemos que hablar de cómo apoyar más a Ucrania. Cualquier empujón para negociar demasiado pronto sería un mal trato para Ucrania. Todos los demás actores del mundo están observando cuidadosamente cómo actuamos en este caso y debemos ser fuertes. Siria demuestra que Rusia no es invencible y no debemos subestimar nuestro propio poder", sostiene Kallas.