“El Estado Islámico no sobreviviría sin su aparato de propaganda”

A finales del pasado mes de mayo un bombardeo de la coalición sobre la ciudad siria de Mayadin acabó con la vida de Rayan Meshal. La bomba también mató a su hija e hirió a su mujer, según confirmó el hermano. Con este ataque selectivo se neutralizaba en su misma casa al fundador de la agencia de noticias Amaq, una de las ramas de la poderoso aparato de propaganda del Estado Islámico.

El consultor e investigador de la Universidad George Washington Javier Lesaca lleva más de tres años analizando a fondo la estructura de comunicación del grupo terrorista y subraya que a pesar de que la ofensiva de la coalición liderada por EEUU “causa innumerables bajas”, el organigrama “jerarquizado del aparato mediático” está preparado para resistir.

“Meshal creó desde el principio una trama que otorgaba mucha autonomía a cada grupo de comunicación. Tienen muchos medios y libertad para producir mensajes audiovisuales para apuntalar su califato virtual”, describe Lesaca en conversación con EL ESPAÑOL. Este periodista, cuyas investigaciones han aparecido en medios como el New York Times o Spiegel,  ha escudriñado más de 1.300 vídeos producidos por el ISIS para escribir Armas de seducción masiva (Península), un retrato exhaustivo de la “agencia de marketing” en la que se ha convertido el terrorismo yihadista.

Conectando con los millennials

“Han confiado su comunicación a millennials porque se dirigen a ellos, es su mayor audiencia”, explica. La primera demostración de la factoría audiovisual del Estado Islámico llegó con la irrupción en las pantallas de Occidente de la decapitación de James Foley.

El vídeo en el que un hombre encapuchado vestido de naranja degüella con un machete al periodista estadounidense cambió el rumbo informativo del verano de 2014. La cuidada producción y las referencias a elementos culturales reconocibles en todo el mundo como películas de acción o videojuegos han sido una constante en los vídeos que el grupo terrorista produce y distribuye. También captó la atención de Lesaca, que desde entonces los analiza plano a plano.

Tras los atentados del 13 de noviembre en 2015 en París, los ‘estudios’ del ISIS dieron un “salto cualitativo” con la difusión de Matadlos allá donde los encontréis, un vídeo de más de 17 minutos que presentaba a los terroristas como protagonistas de un videojuego.

“En la misma mesa donde se preparó el atentado se estaba también ideando la campaña de comunicación del mismo. Además del vídeo, mientras se perpetraba el ataque múltiple se empezaron a mover hashtags en las redes sociales desde cuentas afines al ISIS y en enero de 2016 se publicó una entrevista con uno de los terroristas en la revista de propaganda Dabiq. Lo trataban como a una estrella... Su objetivo es socializar y aumentar el terror y convertirlo en un espectáculo multimedia”, explica el investigador español.

En el doble asalto armado al Parlamento y al mausoleo del ayatolá Jomeini del pasado mes de junio en Teherán el “patrón fue muy similar”, dice Lesaca. Los yihadistas de la capital iraní difundieron en tiempo real fotografías y vídeos de sus atrocidades: “En los atentados con estructura emplean la misma logística y los mismos medios que en el ataque en sí. Tan importante es contar lo que haces como hacerlo”.

Tres años después de que Abu Bakr al-Baghdadi proclamara el autodenominado califato del ISIS desde un púlpito en la Gran Mezquita de Mosul, se observa una caída en la producción audiovisual de la factoría del terror. “Desde noviembre de 2016 llevan una media de 10 vídeos y cinco comunicaciones al mes, la bajada está relacionada con la pérdida de terreno”, analiza Lesaca ante la caída de Mosul y Raqa.

Califato virtual

Pero la pérdida de estos dos bastiones del grupo terrorista no es sinónimo del final del terror: “Hace mucho tiempo que dan por perdida esa batalla. Están creando una estructura mediática mínima, con menos vídeos pero más eficaces, para que sobreviva para siempre. Es paradójico, pero el retroceso en el terreno tendrá consecuencias a corto plazo que pueden ser muy dramáticas para Europa”.

Los esfuerzos de los Gobiernos por evitar que el califato virtual se propague sin límites por la Red serán infructuosos, en opinión de Javier Lesaca. “La realidad demuestra que las acciones de los estados en este sentido no sirven. Las empresas tecnológicas tienen mucho más que decir en este asunto que los Gobiernos, en la nube de Internet no hay fronteras que valgan”.

Más allá de los bombardeos y los logros tácticos de la coalición internacional que lucha contra este grupo terrorista, el escenario de batalla de la yihad de 2017 trasciende cualquier enclave físico: “Será casi imposible acabar con esta estructura mediática, es quizá más importante que el control del terreno pero el ISIS no sobreviviría sin su aparato de propaganda”.