"La decisión de Trump abrirá las puertas del infierno". Con esta declaración reaccionó el movimiento islamista palestino Hamás la polémica decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
El movimiento islamista consideró que esta decisión no cambia el estatus de la ciudad, que "Jerusalén permanecerá como capital eterna de Palestina, de árabes y de musulmanes" y advirtió de que estos "serán días de ira de las masas de nuestro pueblo en Palestina" y en todo el mundo para rechazar y "condenar el crimen del reconocimiento por Washington como capital de la ocupación".
Sin dar más detalles sobre posibles reacciones, Hamás señaló que los palestinos "saben cómo responder adecuadamente a la desconsideración sobre sus sentimientos y santidades".
El presidente palestino, Mahmud Abás, dijo que Estados Unidos "en esta declaración ha elegido violar todas las resoluciones y acuerdos internacionales y bilaterales y contradecir el consenso internacional expresado por posiciones de varios países del mundo".
Las acciones de EEUU equivalen, a su entender, a las de Israel por "negar los acuerdos, desafiar la comunidad internacional y animarles a seguir con la política de ocupación, asentamiento y limpieza étnica".
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, dijo que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel "destruye cualquier oportunidad para la solución de los dos Estados".
"Decisión justa y valiente"
Por parte de Israel, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, valoró como "justa y valiente" la decisión del presidente de EEUU. "La decisión del presidente es un paso importante para la paz porque no hay paz que no incluya Jerusalén como capital del Estado de Israel", declaró. Tras calificar el día como histórico, Netanyahu dijo que la medida "refleja el compromiso del presidente con una verdad antigua e imperecedera, con el cumplimiento de sus promesas y el avance de la paz".
A nivel internacional, varios mandatarios y organizaciones criticaron la decisión del presidente de EEUU. La ONU ha destacado que está "en contra de cualquier decisión unilateral" y ha resaltado que cualquier solución tiene que pasar por una negociación entre Israel y Palestina.
"Quiero ser claro: no hay alternativa a la solución de dos Estados. No hay un plan B", afirmó el secretario general de la ONU, António Guterres. "El estatus final de Jerusalén es algo que debe ser resuelto mediante negociaciones directas entre las dos partes" a partir de las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU, insistió Guterres.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó de "lamentable" la decisión e instó a todas las partes a la calma y a la responsabilidad. "El compromiso de Francia y Europa es con la solución de los dos estados, Israel y Palestina, viviendo uno al lado del otro en paz y seguridad en fronteras internacionalmente reconocidas, con Jerusalén como capital de ambos", afirmó.
"Avivará la tensión"
El Gobierno jordano mostró también su rechazo a la decisión del presidente estadounidense y lo consideró una "violación a la legitimidad internacional". El ministro jordano para Asuntos de Medios de Información, Mohamed Momani, citado por la agencia oficial de noticias jordana, Petra, aseguró que "Jordania rechaza esta decisión que solo avivará la tensión y perpetuará la ocupación".
Para Turquía, "esta decisión es una clara violación del derecho internacional y de las decisiones de Naciones Unidas al respecto", y Siria consideró que el futuro de Jerusalén "no lo determina ningún Estado o presidente, sino su historia, la voluntad y la determinación de la lealtad a la causa palestina".
Oposición en Europa
La Unión Europea expresó hoy su "grave preocupación por el anuncio del presidente de EEUU sobre Jerusalén y las repercusiones que esto puede tener en las perspectivas de paz". Federica Mogherini, en un comunicado, recordó que la posición europea, que busca una solución de dos Estados, "permanece sin cambios".
"Deben cumplirse las aspiraciones de ambas partes y se debe encontrar una manera, a través de negociaciones, de resolver el estatus de Jerusalén como la futura capital de ambos Estados", afirmó.
Alfonso Dastis , el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación de España, tildó el hecho de "contraproducente" y reconoció la posibilidad de que en el área se registre un incremento de la tensión tras la decisión de Estados Unidos, por lo que dijo que España, como ha hecho de "manera coherente" durante todo este tiempo, seguirá dialogando con las dos partes porque la solución tiene que ser "pacífica".
"Nosotros creemos que la única (opción) sostenible a largo plazo es la de dos estados", enfatizó el ministro.
La primera ministra británica, Theresa May, consideró el hecho "poco útil" para la paz."Nuestra postura sobre el estatus de Jerusalén está clara y se ha mantenido durante mucho tiempo. Debe determinarse en un acuerdo negociado entre israelíes y palestinos", señaló la primera ministra.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, no comparte la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel al considerar que el estatus de la ciudad "debe negociarse en el marco de una solución de dos Estados".
"El Gobierno alemán no apoya esta posición", manifestó Merkel en un breve mensaje difundido en Twitter por su portavoz, Steffen Seibert, después de que Trump confirmara en público su decisión.