El Mosad rastreó y cazó a Nasralá con la misma metodología con la que la CIA acabó con Bin Laden
El final ha sido diferente. Mientras que Estados Unidos optó por enviar a las fuerzas especiales, Israel ha llevado a cabo un bombardeo.
29 septiembre, 2024 03:222 de mayo de 2011. Un comando de la fuerza especial estadounidense Navy Seal acaba con la vida de Osama bin Laden, el terrorista más buscado del mundo tras haber reivindicado los atentados del 11- S. 27 de septiembre de 2024. Israel elimina al líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, siguiendo, salvo por el final de la operación, una metodología muy parecida.
Como ya hiciera la CIA estadounidense, los agentes de la inteligencia israelí han tenido que seguir no sólo los movimientos de Nasralá, sino que han tenido que descubrir patrones en los comportamientos del cabecilla del grupo terrorista y en el de su círculo más cercano.
"Hay que pensar que les llevó mucho, mucho tiempo", explica Cedric Leighton, analista militar y coronel retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, a la CNN. "Como cuando Estados Unidos iba tras Bin Laden, los israelíes estaban siguiendo los movimientos de Nasralá", subraya.
Los servicios de espionaje de Estados Unidos emplearon casi una década en encontrar a Bin Laden, una cacería para la que se empleó la tecnología y los medios más sofisticados, pero en la que resultó vital el factor humano.
En este caso, la clave estaba en el mensajero. Estados Unidos interceptó una llamada realizada por el mensajero de confianza de Bin Laden, Abu Ahmed al Kuwaiti. Esa fue la pista que llevó a la CIA hasta la locación exacta del líder de Al Qaeda en Abbottabad, una ciudad de Pakistán al norte de Islamabad.
Según las revelaciones de responsables estadounidenses, recogidas por Efe, cada vez que Al Kuwaiti u otras personas del entorno personal de Bin Laden querían hablar por teléfono conducían más de hora y media antes de ponerle la batería a sus móviles.
A través del mensajero, los espías de Estados Unidos localizaron la residencia de Abbottabad, donde detectaron a una persona que salía a caminar todos los días a un patio interior de la vivienda, pero que nunca abandonaba el recinto. Gracias a imágenes de satélite, la inteligencia estadounidense identificó al paseante como Bin Landen.
'Operación Nuevo Orden'
Poco se sabe todavía de cómo el Mosad consiguió conocer el paradero exacto de Nasralá. El líder de Hezbolá desde 1992, "por lo que sabemos, no se comunicaba mediante un sistema de buscas ni mediante teléfonos móviles", explica Leighton a la CNN.
"[Para localizarlo] utilizaron señales, inteligencia humana, imágenes... Todas esas piezas se unieron y determinaron no sólo dónde estaba, sino también a qué horas entraba y salía de estos lugares y cómo se dirigía a sus seguidores a través de la televisión u otros medios", subraya el exmilitar. Todo ello "fue clave".
Hasta aquí los paralelismos. Fue ese 2 de mayo de 2011 cuando un equipo de élite de los Navy Seal conformado por 25 soldados llevó adelante una redada nocturna en la casa-bunker de tres plantas en el que se escondía Bin Laden.
Tras ocho horas de intervención, el ideólogo de los atentados del 11-S fue eliminado. Los Navy Seal recogieron todo el material físico e informático encontrado y volvieron a la base. Así contaba la CIA la denominada Operación Lanza de Neptuno, en su cuenta de Twitter en 2016.
Antes de abandonar la zona, uno de los miembros del los miembros de los Seal que participó en la operación hizo una fotografía del cadáver. Una vez enviada para la identificación, el cuerpo del terrorista fue trasladado a un buque de guerra para después ser arrojado al mar.
"El presidente Obama tenía la opción de usar bombas. También se consideró la posibilidad de utilizar drones en la operación contra Bin Laden. Los israelíes podrían haber hecho algo así", cree Leighton.
Sin embargo, señala que "una de las diferencias clave" es que el terrorista de origen saudí "estaba a ras de suelo", mientras que Nasralá "estaba en un complejo subterráneo muy extenso", bajo edificios de apartamentos habitados por civiles, lo que supuso "un enorme desafío" para los israelíes.
"Podrían haber utilizado un equipo de operaciones especiales, pero con un riesgo muy alto, mucho mayor que el del equipo de los Seals en la redada contra Bin Laden". "Los israelíes habrían tenido que lidiar "con todo un laberinto de carreteras y callejones. Hicieron un análisis de coste-beneficio y pensaron que era más fácil y efectivo para ellos usar aviones y bombas", subraya el analista militar.
Porque, en contra de la decisión que tomó Obama hace 13 años, el presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, sí ha optado por las bombas. En una operación sin precedentes –denominada Nuevo Orden- las fuerzas aéreas israelíes han utilizado cazas F-15 contra el cuartel general de Hezbolá en el que se encontraba Nasralá.
Cada uno de ellos llevaba seis bombas antbúnker, como se conocen a las GBU-31. En total, 85 toneladas que han destruido el edificio bajo el que estaba el cuartel general de Hezbolá y buena parte de los suburbios de Dahye, en la zona sur de Beirut. El bombardeo duró 10 segundo.
"Hasán Nasralá ya no podrá aterrorizar al mundo" comunicó tras llevar a cabo la operación las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). "El ataque se llevó a cabo mientras la cadena de mando superior de Hezbolá operaba desde el cuartel general y promovía actividades terroristas contra los ciudadanos del Estado de Israel", añadía el texto.
Además de Nasralá, Israél ha informado de la muerte de varios comandantes de Hezbolá, entre ellos Ali Karki, al cargo del Frente Sur de la organización.