
El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, habla durante una reunión en Teherán, Irán, el 21 de marzo de 2025 Reuters
Irán se abre a negociar con mediadores un acuerdo nuclear con EEUU tras recibir la amenaza militar de Trump
La República Islámica cambia de postura tras el órdago de la Casa Blanca, que busca el “desmantelamiento total” de su programa atómico.
Más información: China y Rusia respaldan el programa nuclear de Irán y piden el fin de las sanciones impuestas por EEUU
Donald Trump confesó a principios de marzo durante una entrevista con la Fox que había enviado una carta dirigida a la República Islámica de Irán, en concreto a su líder supremo, Alí Jamenei, en la que exigía a las autoridades iraníes negociar un nuevo acuerdo nuclear o atenerse a las consecuencias. “Espero que negocien porque si tenemos que intervenir militarmente será algo terrible para ellos”, amenazó el presidente de Estados Unidos, que impuso un plazo de dos meses a Teherán para dar carpetazo a este asunto. “No podemos permitirles tener un arma nuclear. Algo va a pasar muy pronto. Preferiría un acuerdo de paz a la otra opción, pero la otra opción resolverá el problema”, declaró Trump, en su línea habitual.
Irán, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, respondió con una negativa tajante. No habría negociaciones con Estados Unidos mientras la Administración Trump continuara con “su política de máxima presión y amenazas”. El ayatolá Jamenei, siempre desconfiado, consideró poco menos que “un engaño” el mensaje del mandatario estadounidense.
Tres semanas después, sin embargo, su postura parece haber dado un giro de 180 grados. La República Islámica dice ahora estar dispuesta a sentarse a negociar con Washington. Kamal Kharrazi, asesor en materia de política exterior de Jamenei, deslizó este jueves la posibilidad de retomar sus contactos, pero con intermediarios: “La República Islámica no ha cerrado todas las puertas. Está dispuesta a entablar negociaciones indirectas con Estados Unidos para evaluar a la otra parte, exponer sus propias condiciones y tomar la decisión adecuada”.
Poco después, el jefe de la diplomacia iraní confirmó haber respondido a la carta de Trump con otra misiva en la que aceptaba mantener, “como en el pasado, negociaciones indirectas”, de acuerdo con la agencia estatal de noticias IRNA. “En circunstancias en las que existe la máxima presión, nadie en su sano juicio entablaría conversaciones directas”, se justificó Araghchi. “El formato de las negociaciones siempre es relevante en las relaciones diplomáticas... Por ahora, nuestra táctica es tener negociaciones indirectas”. Una táctica utilizada durante los gobiernos de Hasán Rohaní y Ebrahim Raisi, y que ahora quiere repetir bajo la autoridad del reformista Masud Pezeshkian.
En la entrevista con la agencia IRNA, el ministro iraní explicó que la respuesta formal a Estados Unidos incluye, además, una carta “en la que detallamos nuestros puntos de vista sobre la situación actual y la carta del señor Trump”. Un detalle: Estados Unidos envió su carta a Irán a través de los Emiratos Árabes Unidos; Irán respondió, en cambio, utilizando como mediador a Omán. Un mensaje que, en términos diplomáticos, significa que Teherán quiere “definir el campo de juego”, explica el politólogo iraní Alireza Taghavinia.
En 2018, hacia el ecuador de su primer mandato, Trump decidió retirar a Estados Unidos del denominado Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés), un acuerdo firmado en 2015 entre Irán y las principales potencias —Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania— que ponía coto al programa nuclear iraní a cambio de aliviar el régimen de sanciones.
La retirada unilateral de Trump, que recuperó dichas sanciones, motivó que las autoridades iraníes aceleraran su programa de enriquecimiento de uranio. Un acelerón que hizo saltar las alarmas del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), entre otros observadores. “Irán es el único país que enriquece uranio a este nivel sin poseer armas nucleares”, declaró el director de esta agencia de las Naciones Unidas, Rafael Grossi, hace apenas unas semanas.
La Administración de Joe Biden intentó reanudar el acuerdo nuclear, sin éxito. Ahora, parece, Trump tendrá una nueva oportunidad. Pero las posiciones de partida de Estados Unidos son maximalistas. El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, señalado por incluir accidentalmente a un periodista en un chat de Signal donde los altos cargos de la Administración discutieron los planes para atacar objetivos hutíes —una milicia, por cierto, afín a Irán— en Yemen, declaró la pasada semana que Washington busca el “desmantelamiento total” del programa nuclear iraní.
“Ha llegado el momento de que Irán abandone por completo su deseo de tener un arma nuclear, y no se les permitirá ni se les puede permitir que tengan un programa de armas nucleares”, zanjó Waltz.