Los influencers enemigos: Ali Mortada (libanés) y Avichay Adraee (israelí)

Los influencers "enemigos": Ali Mortada (libanés) y Avichay Adraee (israelí) Miguel Flores Líbano

Oriente Próximo

"Hola, mis enemigos": los 'influencers', el único frente abierto entre Israel y Hezbolá

Tiro (Líbano)
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"Hello, my enemies!". Ali Mortada comienza así su TikTok diario desde Tiro, en el sur del Líbano. Con tal saludo se dirige, en inglés, al ejército que está posicionado a menos de 20 kilómetros, dentro de las fronteras de su país. Pero también al medio millón de seguidores que, repartidos por todo el mundo, ven a este reportero como la voz de la 'resistencia' de Hezbolá a la invasión israelí del Líbano.

Este periodista de Al Mayadeen, medio afín al partido-milicia chií que combate a Israel desde la frontera sur del Líbano, ya ha encontrado a alguien con quien enfrentarse directamente. Desde que Israel escalara su ofensiva en el país el pasado mes de septiembre, Mortada ha entablado una verdadera guerra dialéctica con el portavoz de las Fuerzas de Defensa Israelíes en lengua árabe, Avichay Adraee.

"Han golpeado la casa de Netanyahu y ahora el primer ministro de tu entidad —así se refiere al Estado sionista— no tiene dónde dormir esta noche", fanfarroneaba Mortada a Adraee en un vídeo este sábado desde el hotel de Tiro donde también hace conexiones en directo para la televisión. El periodista acompaña su tono provocador de un habano, gafas de sol, AirPods y unos brazos con muchas horas de gimnasio. "¡Tonto, payaso!", arremetía contra Adraee el mismo día en el que un cohete de Hezbolá había alcanzado la casa del mandatario israelí.

Por su parte, Adraee, descendiente de judíos iraquíes y sirios, es desde octubre de 2023 la imagen de Israel para el mundo árabe. Incluidos Gaza y Líbano. En los últimos meses, ha sido él el que, por redes sociales, avisaba a los habitantes de Jan Yunis, Nabatiye o Beirut de que las FDI iban a bombardear. Casi siempre con pocos minutos de antelación. A veces a las cuatro de la madrugada. Y eso, cuando avisaba. 'Fijo' —a quien los árabes ya han condecorado con un apodo— es la personificación del enemigo. El que anuncia la muerte y el que intenta justificarla en el idioma de las víctimas.

La noche del domingo, fue Adraee el que se encargó de anticipar el ataque contra distintas sucursales de Al-Qard Al-Hassan, institutos de operaciones financieras de Hezbolá equivalentes a bancos. "Residentes del Líbano, las FDI comenzarán a atacar infraestructuras pertenecientes a la Asociación Al-Qard Al-Hassan de Hezbolá: aléjense inmediatamente", dijo en su cuenta de X Avichay Adraee.

El que el hombre que 'juega' a enfrentarse con Mortada sea el mismo que anuncia los ataques que han matado ya a casi 2.500 libaneses ha levantado más de una crítica. "Siento ser un plasta, pero la trifulca de Ali Mortada y Avichay no tiene ninguna gracia. La gente se está muriendo, ¡un poco de sentido común! [Adraee] es el enemigo, no un amigo con el que te puedes meter. Era divertido al principio, pero ahora es insufrible", escribe Ahmad. Otros lo encuentran fascinante: "La tensión sexual entre Avichay y Ali Mortada es asombrosa", opina Hasán en X.

Mortada y Adraee son los influencers de esta guerra. Por el momento, su contienda es el único frente abierto entre Israel y el Líbano mientras el Gobierno de Benjamín Netanyahu vacila sobre si proseguir la invasión terrestre que prometió a finales de septiembre. "¡Seguís atrapados en la frontera!", arremete Mortada contra Adraee en un vídeo, refiriéndose al avance de menos de dos kilómetros de las tropas israelíes en un mes de operación militar.

Aunque el frente de batalla está frío, los drones y las bombas israelíes no cesan de caer sobre cada esquina del Líbano. No se puede descifrar si esta guerra dialéctica suavizará o avivará la opinión pública de estos dos países. La batalla entre Mortada y Adraee es, desde luego, el escaparate del Líbano en Israel y de Israel en el Líbano. Sin un antecedente claro, solo queda esperar que el trasvase de la guerra a las redes sociales se quede en una curiosidad interesante de contar en un artículo de prensa.