El régimen de Al Asad se tambalea en Siria asediado por islamistas y kurdos: Putin no acudirá esta vez al rescate
- Irán asegura que está colaborando con el dictador sirio, mientras Irak posiciona hombres en la frontera y Líbano y Jordania cierran pasos fronterizos.
- Más información: Hezbolá abandona a Al Assad: no enviará a sus combatientes a Siria para frenar la ofensiva de los rebeldes yihadistas
Primero Alepo, luego Hama, ahora Homs y Daraa. Las principales ciudades sirias van cayendo una tras otra bajo el control de la coalición Organismo de Liberación del Levante, que desde hace unas semanas inició una ofensiva contra el gobierno de Bachar Al Asad sin que el dictador sirio parezca reaccionar para impedirlo.
De hecho, el avance de la coalición yihadista -heredera de Al Qaeda- se suma a la de los kurdos, que han visto la oportunidad de desgastar al régimen. Pero lo más preocupante para el dictador es que sus defensores, tanto dentro como fuera de las fronteras, están dando la espantada.
Según declaraciones de oficiales rusos recogidas por Bloomberg, el régimen de Vladimir Putin ha decidido no acudir en ayuda de Al Asad como acostumbra, al considerar que el ejército sirio está haciendo dejación de funciones.
"Rusia no tiene un plan para salvar a Al Asad y no prevé hacer uno mientras el ejército del presidente sirio sigue abandonando sus posiciones", señalaba esta fuente que no quiso desvelar su nombre.
De hecho, la embajada rusa en Siria recomendó este viernes a sus conciudadanos que abandonasen el país "en la primera oportunidad debido al incremento de los riesgos para la seguridad". Ucrania ha aprovechado la ocasión para subrayar que esto demuestra la debilidad militar de Rusia, que no podría "luchar en dos frentes", en palabras del portavoz ministerial Heorhii Tykhyi.
Las críticas sobre la labor del ejército sirio se incrementaron después de que algunas informaciones a última hora del viernes señalaran que los insurgentes islamistas habían logrado controlar Daraa gracias a un acuerdo con el ejército. Según esto, se había permitido a los militares y los altos cargos de la administración regional que abandonasen de forma segura el enclave.
Quien sí parece mantener su apoyo al dictador sirio por el momento es Irán, quien ha declarado su voluntad de enviar equipo militar, misiles y drones a Siria. "Teherán ha tomado todas las medidas necesarias para aumentar el número de sus asesores militares en Siria y desplegar fuerzas. Ahora, está proporcionando inteligencia y apoyo satelital a Siria", indicó un responsable iraní en declaraciones a Reuters bajo condición de anonimato.
"Irán y Siria están unidos para impedir que los rebeldes avancen hacia las principales ciudades. Siria aún no ha solicitado fuerzas terrestres a Irán", agregó el alto funcionario iraní. No obstante, según adelantó el periódico estadounidense The New York Times, dadas las circunstancias, el gobierno iraní ya ha empezado a evacuar a sus comandantes y personal militar del terreno.
En otro revés para Asad, una alianza apoyada por Estados Unidos liderada por combatientes kurdos sirios tomó el viernes Deir el-Zor, el principal bastión del Gobierno en el vasto desierto del este del país.
Con la captura de Homs, los rebeldes pueden aislar a la capital, Damasco, de la costa. La autopista M-5, que conecta todo el país de norte a sur, atraviesa Homs. De esta forma, Damasco se quedaría sin comunicaciones con el enclave en el Mediterráneo donde los rusos tienen una base naval y una base aérea.
Irak y Turquía
Por su parte, Irak ha posicionado a miles de hombres de su ejército regular y de las Fuerzas de Mobilización Popular (FMP) -grupos armados alineados con Irán- en su frontera con Siria, en principio para defender el flanco occidental iraquí. Sin embargo, por intereses geopolíticos podrían plantearse actuar en suelo sirio.
"La postura del gobierno iraquí desde el principio ha sido que Irak no es un bando en esta crisis, pero no es prudente que haya un incendio en la casa de tu vecino mientras duermes tranquilo sin pensar en lo que podría pasar", dijo Falih al-Fayadh, líder de las FMP, en un discurso televisado el viernes.
Más cerca del bando insurgente, Erdogan ha mostrado cierta preocupación sobre la pérdida de control de Al Asad sobre su país a pesar de una década de tensiones entre Siria y Turquía. Considera que la oposición armada mantiene en su seno "organizaciones terroristas", por lo que ha tildado las conquistas territoriales de "avances problemáticos". En este sentido, Turquía niega haber apoyado a la insurgencia y dice abogar por una solución pactada entre los yihadistas y el régimen gobernante.
Los ministros de Asuntos Exteriores de Turquía, Irán y Rusia se reunirán este sábado en Doha como parte del Proceso de Astaná, establecido para buscar una solución política al conflicto sirio que dura 13 años.
Otros países vecinos están cerrando sus fronteras por seguridad. Así lo ha hecho Jordania, que ha clausurado el paso de Jaber, permitiendo el regreso de sus nacionales pero impidiendo cruzar hacia Siria. Por su parte, Líbano cerró todos sus pasos fronterizos de su frontera norte con Siria, aunque deja abierto el de al-Masnaa.
370.000 desplazados
La Secretaría General de la ONU informó este viernes de que el número de desplazados internos en Siria ha ascendido a 370.000 personas desde que el pasado 27 de noviembre la coalición Organismo de Liberación del Levante emprendió una ofensiva contra posiciones del gobierno de Al Asad.
"Desde la escalada de las hostilidades, 370.000 hombres, mujeres y niños han sido desplazados, incluidos 100.000 que ya han abandonado sus hogares en más de una ocasión. La mayoría de los desplazados son mujeres y niños", indicó el portavoz del secretario general -António Guterres-, Stéphane Dujarric, este viernes.
"Nuestros colegas humanitarios de ACNUR y oenegés locales nos están diciendo que decenas de miles de personas han llegado ya al noreste de Siria (...) Estos refugios se están llenando en cuanto a las familias se les asignan emplazamientos a los que acudir", dijo el portavoz de Guterres.
Y añadió: "Mientras tanto, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios advierte de que, a medida que las hostilidades en el norte se intensifican y se extienden a otras partes del país, los civiles, incluidos los trabajadores humanitarios, se enfrentan a graves amenazas para su seguridad", según informa Efe.