Julani, el líder terrorista de HTS que soñaba con derrocar a Al Asad y promete reconciliación sin venganza
- La debilidad de los apoyos internacionales del régimen le abren una oportunidad histórica.
- Más información: Nuevo golpe a Al Assad: los rebeldes islamistas se hacen con el control de Hama y sitúan a Homs como próximo objetivo
Diez millones de dólares. Es lo que ofrece el Departamento de Estado de los Estados Unidos a quien facilite información que lleve a la identificación o captura de Muhammad al-Julani, el yihadista -según él mismo, exyihadista-, controvertido y ambicioso líder de Hay’at Tahrir al-Sham (HTS). Esta facción islamista que nació como una rama de Al-Qaeda ha ido tomando en los últimos días las principales ciudades sirias en un ataque sorpresa, hasta acceder a la capital, Damasco.
Washington clasificó a Julani como "Terrorista Global Especialmente Designado" en 2013, por lo que proporcionar apoyo material a su organización es considerado un delito. ¿Quién es este hombre que ha vuelto a poner en el mapa la aletargada guerra civil siria y cambiará al país para siempre?
Una desregulada transliteración del árabe permite que Julani aparezca también como Joulani, Jolani, Golani o Jawlani, cuyo nombre real es supuestamente Ahmad Hussein al-Sharaa, nacido en 1982 en Daraa, desde donde se trasladó a Damasco. Algunas fuentes señalan que comenzó estudios de Medicina, pero no acabó la universidad.
Como explicó recientemente en una entrevista con CNN, se unió a Al-Qaeda en Irak como un desvarío juvenil, y al inicio de la guerra civil, en 2011, fue enviado por el mismísimo Abu Bakr al-Baghdadi, por aquel entonces líder del Estado Islámico (ISIS) en Irak, con el fin de que estableciera una rama siria de Al-Qaeda, que se llamó Jabhat al-Nusra. Dos años más tarde, Julani juró lealtad a Al-Qaeda y a Ayman al-Zawahiri, el sucesor de Osama Bin Laden, lo que le otorgó pedigrí dentro del movimiento yihadista global.
En 2016, Julani se distanció públicamente de Al-Qaeda y renombró a su grupo como Jabhat Fatah al-Sham (JFS) para proyectarse como un actor local y salir de las listas de terrorismo internacional. En 2017, con un primer lavado de imagen y como resultado de la fusión con varios grupos islamistas, surgió Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), traducido como Organización para la Liberación del Levante. Se presentó como una organización autónoma local y cohesionada, enfocada en unificar la oposición siria, distanciarse del extremismo global y liderar la resistencia contra Bachar Al Asad.
En 2021, Julani concedió entrevistas vistiendo ropa occidental, como camisa azul clara y americana, en lugar de su atuendo islámico tradicional. Según los académicos turcos Murat Yeşiltaş y Muhammed Karakuş, este cambio buscaba proyectar una imagen más pragmática y política, alejada del extremismo de Al-Qaeda, y posicionarse como un líder capaz de estabilizar el noroeste de Siria, además de abrir canales diplomáticos con actores internacionales. Al igual que otros "islamistas moderados", buscaba salvar el pellejo.
Con el ISIS casi aniquilado, la victoria de Al Asad gracias al apoyo ruso e iraní y el país desmembrado, las facciones islamistas se concentraron en Idlib hace un lustro, donde HTS consolidó su supremacía. Bajo su control y su liderazgo autoritario, Julani ha torturado y asesinado a disidentes, con métodos que reflejan el uso del terror para mantener la disciplina interna y su visión conservadora del Islam. Y al mismo tiempo se ha creado una imagen de líder eficaz con cambios que pueden parecer positivos a primera vista.
Lavado de imagen
"Desde el inicio de la ofensiva, HTS y Julani han emitido numerosas declaraciones intentando presentarse como no amenazantes para civiles, minorías y países extranjeros. Sin embargo, muchos civiles permanecen preocupados y escépticos debido al historial de violaciones de derechos humanos del grupo", señala Broderick McDonald, experto del King's College de Londres. Estas dudas subrayan que, aunque Julani busca legitimar su liderazgo, las acciones concretas serán decisivas para cambiar la percepción internacional.
"La etiqueta de 'terrorista' que carga Julani es su mayor barrera. Aunque ha indicado que estaría dispuesto a disolver HTS, esta reestructuración sería vista con escepticismo por la comunidad internacional", explica a EL ESPAÑOL Malik al-Abdeh, analista sirio y editor de Syria in Transition. El daraí, prosigue, quiere ser percibido como un patriota sirio, no como un extremista. Su mensaje es claro: reconciliación sin venganza y un futuro de estabilidad para Siria.
El líder islamista contrató hace tiempo a un equipo de universitarios sirios educados en el extranjero para volver a blanquear su imagen tal y como la vimos en CNN. "Julani está intentando lo que Hasán Nasralá logró en Líbano: combinar autoridad religiosa con poder político y militar. No descarto que quiera llegar a la presidencia si logra legitimar su movimiento", prosigue Abdeh.
Aunque muchos observadores le auguran una corta vida, el analista cree que Julani consolidará y mantendrá su liderazgo en las regiones del norte de Siria, como Idlib, debido a las limitaciones impuestas por diversos actores internacionales y por su propio valedor, Turquía, a quien debe su éxito y su vida.
Quienes conocen a Julani señalan que solo quiere el poder y la ideología es lo de menos. Lo acusan de unirse a Al-Qaeda por puro arribismo y de practicar una gobernanza elitista, sin comprender la diversidad de la sociedad siria. Pero en los últimos días el líder y el HTS se han convertido en una "versión sunita de Hasán Nasralá y de Hezbolá", añade el analista.
Esto resalta el grado de organización y la influencia estratégica que HTS ha alcanzado en la en la región, destacando cómo el grupo ha evolucionado de una facción yihadista fragmentada a un actor clave con ambiciones políticas y militares, capaz de consolidar su control frente a rivales locales y proyectarse como el líder en la resistencia que hizo caer a Al Asad.
En una entrevista con Le Monde, el analista franco-sirio Jihad Yazigi reconoce que HTS se ha presentado en la última semana como un actor local desvinculado del terrorismo internacional, aunque subraya que Julani "enfrentará serias dificultades al intentar gobernar urbes como Alepo, donde la diversidad religiosa y étnica plantea retos significativos".
Sus aliados
El 27 de noviembre, HTS aprovechó la debilidad del régimen de Al Asad, la distracción de Rusia y la debilidad de Irán y Hezbolá, para liderar la actual ofensiva sorpresa sobre ciudades estratégicas como Alepo, Hama y Homs, lo que ha reavivado la violencia en la región y desplazado a decenas de miles de personas.
Aunque Turquía ha dicho que no apoya oficialmente a HTS, es de conocimiento público que Ankara es su primer patrocinador junto con algunos individuos en Qatar, con vínculos con el Estado. También es sabido que Doha no interactúa directamente con organizaciones como HTS, Hamás o los talibanes sin la aprobación de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, lo que implica una coordinación con Washington.
HTS suma unos 30.000 combatientes motivados religiosamente y mejor pagados que las fuerzas respaldadas por Turquía, han demostrado mayor coordinación, preparación y tácticas efectivas. Entre los principales grupos que se han unido a la ofensiva destacan:
Ahrar al-Sham: Grupo islamista salafista, oscilante entre pragmatismo y extremismo, fundado con apoyo de Turquía.
Jaysh al-Izza: Activo en el noroeste, colabora con HTS contra Asad.
Ansar al-Tawhid: Salafista-yihadista, conocido por ataques coordinados.
Partido Islámico de Turkestán: Combatientes uigures con gran capacidad militar.
Suqour al-Sham: Histórico aliado de HTS y Ahrar al-Sham, busca ampliar influencia.
Harakat Nour al-Din al-Zenki: Exaliado de HTS y vínculos con Turquía, participa con menor alcance.
Ejército Nacional Sirio (SNA): Más secular, pero respalda ofensivas junto a HTS, financiado por Turquía.
¿Qué posibilidades tiene de triunfar?
A pesar de ser el grupo rebelde más organizado y cohesionado en Siria, "HTS enfrentará desafíos significativos en el futuro", según McDonald. "La diversidad religiosa y étnica de Siria plantea retos considerables, y cualquier gobierno futuro necesitará comprometerse de manera significativa con toda la sociedad siria si espera sobrevivir a largo plazo". Este dilema podría limitar las aspiraciones de Julani de consolidar su control en el país.
Además, el éxito a largo plazo de Julani depende del apoyo internacional y su control interno. Aunque es el hombre del momento, se espera que no sobreviva a esta ofensiva. La desunión interna pone en riesgo su liderazgo y su vida, y el rápido avance de HTS podría agravar los desequilibrios regionales. McDonald apunta que "aunque Julani es una figura importante, HTS probablemente podría continuar operando sin él".
La cohesión organizativa y las instituciones fuertes desarrolladas en los últimos años han reducido su dependencia de un único líder, dotando al grupo de una resiliencia notable frente a posibles cambios de liderazgo. Los grandes poderes involucrados en el conflicto -Turquía, Irán, Rusia y Occidente- han dictado sentencia al régimen de Al Asad en una reunión en Doha, mientras que Israel está aprovechando para dar las últimas estocadas a Irán, y contener a Julani lejos de sus fronteras.
El uso sorpresivo y táctico de drones de fabricación casera, y la rápida toma de las principales ciudades sirias demuestran que Julani puede hacerse con el país, según fuentes estadounidenses. El analista Haid Haid señaló en los últimos días que los civiles sirios siguen atrapados entre dos únicas opciones: lo malo y lo peor. Julani podría ser un punto y aparte fugaz entre un país otrora hermoso y diverso, destrozado por catorce años de guerra, al que no representan ni el yihadismo ni Al Asad.