El "espejo digital" basado en Kinect que puede ver a través de la piel
El cerebro humano es bastante curioso. Seguro que en alguna ocasión habéis notado como el más pequeño de la casa, con tan solo algunos meses, al ponerse delante del espejo no es capaz de darse cuenta de que lo que está viendo es su reflejo y no otro individuo similar a él. Esto ocurre en los bebés hasta una cierta edad donde, de repente, ya son capaces de procesar que lo que están viendo no es más ni menos que a ellos mismos, y que la habitación que tienen detrás no se parece a la suya, pues de hecho es la suya. A partir de ahí entendemos también lo que significa empatizar, lo de que hay otras personas similares a nosotros, y que por supuesto tienen sus sentimientos. Es el crecimiento cerebral, complicado de entender y precioso de ver.
Sin embargo, siguiendo con la metáfora del espejo, lo único que podemos ver gracias a él es lo más superficial de nuestro cuerpo, nuestra piel, ¿correcto? Entonces, ¿qué pasaría si pudiéramos ser capaces de ver debajo de la piel, ser capaces de ver realmente lo que es nuestro cuerpo debajo de esa cubierta?
El proyecto digital que será capaz de ver a través de nuestra piel
En eso precisamente se basará un proyecto que combinará datos científicos con métodos artísticos y que será presentado a finales de abril en la conferencia Computer Human Interaction. Sin embargo, como suele ocurrir en los primeros momentos del desarrollo de muchas tecnologías, esta es aún un poco lenta: Para poder ver el interior del cuerpo de un individuo son necesarias más de tres horas.
Puede que suene bien, y que valga la pena, pero personalmente yo moriría de aburrimiento con la espera (y eso que he aprendido a tener una paciencia casi infinita). Si aún así os aventuráis a probar la tecnología, todo el proceso requerirá la realización de un estudio PET, una radiografía y una resonancia magnética para poder recabar todos los detalles internos de un cuerpo y transformarlos en bits. Que nadie se asuste, pero esto implica la inyección de radiocontraste, pasar por radiación y posteriormente entrar en un tubo de metal gigante (no apto para claustrofóbicos o portadores de algún objeto metálico, pues las resonancias son imanes gigantes literalmente).
Posteriormente, con todos estos datos almacenados, será posible compilarlos y formar una matriz que podrá ser renderizada en tiempo real. Pero la cosa no acaba aquí, ya que gracias a la cámara del proyecto Kinect de Microsoft también se podrán capturar los movimientos del individuo en cuestión y juntarlo a todos los datos anteriores para crear un modelo 3D total. Así, con todo junto, podremos tener un modelo de nosotros mismos en formato animado, en 3D y en tiempo real desde dentro hacia fuera.
Divertido, ¿verdad? Pero la realidad es que esta tecnología también será de gran utilidad en el ámbito de la medicina, pues puede llegar a ser una poderosa herramienta de diagnóstico e incluso formar parte del aprendizaje de los futuros profesionales sanitarios. Y esto son solo un par de ideas, pues la tecnología podría tener muchísimas aplicaciones más.
Vía | New Scientist.