Es común ver en el cine escenas en las que el protagonista está rodeado de una multitud de enemigos, claramente en desventaja solo para vencer fácilmente gracias a que sus contrincantes deciden atacar de uno en uno en vez de todos a la vez; este se ha convertido en un cliché que hemos acabado aceptando, pero la verdad es que en la vida real sucede algo similar.

Así se ha demostrado con un combate que enfrentaba a tres maestros de esgrima contra cincuenta principiantes; aunque en esgrima tocar cualquier parte del cuerpo con la espada puede suponer ganar un punto (dependiendo de la modalidad), en este caso cada participante cuenta con un globo en su pecho que tiene que proteger. Suena a tontería, pero la manera en la que se comportan los participantes y el resultado final puede servir para sacar algunas conclusiones interesantes.

Pelea que parece salida del cine

Lo primero que llama la atención es que al principio de la pelea los tres maestros lo tienen realmente fácil; lo único que tienen que hacer es moverse por el escenario constantemente y deshacerse de los incautos que pasen cerca o los ataquen directamente. La diferencia en técnica es tan grande que los principiantes no tienen ninguna posibilidad en el uno contra uno, y sin embargo eso es lo que intentan. Simplemente no son capaces de ponerse de acuerdo para atacar y acaban haciendo corrillos alrededor de los maestros.

Curiosamente, cuando quedan pocos principiantes es cuando los maestros lo tienen mas difícil. De repente los novatos son capaces de dejar sin salida a los maestros y de sincronizar sus ataques; fruto de este trabajo en equipo poco a poco los van eliminando pese a ser claramente inferiores en técnica.

Esto nos enseña que cuando tratamos con estructuras demasiado grandes, los miembros tienden a depender solo de si mismos; cada uno quiere ser el ganador, y el individualismo impera en la organización. Solo cuando se forman grupos de pocas personas es cuando estas empiezan a comunicarse y comprenderse mejor para alcanzar una meta imposible para uno solo.

Fuente | io9