Conoce a los animales astronautas que han llegado al espacio
¿Creéis que los ratones de la semana pasada son los únicos animales que han viajado al espacio? En este artículo comprobaréis que ha habido muchos más.
10 abril, 2016 21:23Noticias relacionadas
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Después de que la NASA enviara hace unos días un grupo de ratones astronautas a la Estación Espacial Internacional es imposible evitar pensar también en Laika, la perrita que viajó a borde del Sputnik II en 1957.
Pero ni los ratones ni la perrita han sido los únicos animales que han protagonizado viajes espaciales; pues, como sabéis, los seres humanos somos bastante propensos a quedarnos en la retaguardia mientras dejamos que otros seres vivos ocupen la avanzadilla y comprueben si nos exponemos a ningún peligro. Además, el espacio posee unos parámetros únicos para la realización de experimentos que en la Tierra resultarían imposibles.
Así, desde nuestros primos los monos hasta adorables gatitos, existe una amplia lista de estos astronautas; aunque, a continuación, sólo os vamos a mostrar una pequeñísima selección de ellos.
Laika, la primera de los animales que han viajado al espacio
Aunque originalmente esta cachorrita, cruce de terrier y samoyedo, se llamaba Kudryavka, probablemente algún visionario descubrió que no era un nombre con demasiado tirón; por lo que, con su nuevo nombre de guerra, pasó a la historia formando parte de uno de los viajes espaciales más importantes de todos los tiempos.
Viajó a bordo del Sputnik II, acompañada de un tanque con el oxígeno necesario para sobrevivir durante 10 días, aunque parece ser que sólo resistió uno o dos; eso sí, suficientes para dar los primeros datos conocidos sobre el comportamiento animal en el espacio.
Los hombres, ¿ los únicos primates astronautas? De eso ni hablar
Han sido muchos los seres humanos que han viajado al espacio; pero no han sido, ni de lejos, los únicos primates en hacerlo.
El primero de todos fue Gordo, un pequeño mono ardilla entrenado por la Armada para ser lanzado en un misil balístico. Lamentablemente, después del despegue, que tuvo lugar en 1958, se le perdió la pista; pero cuando todos creían que el lanzamiento había sido fallido, se descubrió que había estado expuesto a varios minutos de gravedad cero, aunque no logró regresar con vida.
De hecho, los primeros primates en regresar con vida a la Tierra fueron Able y Baker, dos monos que repitieron el experimento realizado con gordo, pero con mejores resultados.
Las cosas fueron más fáciles para Ham, un chimpancé que en 1961 viajó en el interior del cohete Mercurio Redstone. Tras 6’6 minutos de ingravidez, experimentó signos de cansancio y deshidratación, pero los médicos que le examinaron le auguraron una buena esperanza de vida.
Y así fue, pues no le llegó la muerte hasta 1983. A continuación su esqueleto fue recogido para ser estudiado por el Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos y, a día de hoy, se encuentra en el Museo Nacional de Salud y Medicina de Washington.
Desgraciadamente Ham no pudo llegar a la órbita de la Tierra, pero sí que lo logró Enos, otro chimpancé que, pocos meses después, no sólo llegó hasta allí, sino que dio dos vueltas completas.
El último primate (sin contar a los humanos) en realizar este tipo de viajes fue el conocido como “el mono de Irán“, que en 2013 volvió con vida a la Tierra después de un vuelo suborbital.
Félix, el lindo gatito que viajó al espacio
Cuando Enrique y Ana cantaban aquello de “…amigo Félix, cuando vayas al cielo...” afirmaban dedicársela al recién fallecido Félix Rodríguez de la Fuente, pero podría haber sido perfectamente en honor a este gato, que también viajó al cielo. Aunque en realidad los investigadores tuvieron que superar un pequeñito percance, ya que el gato inicialmente entrenado para la misión fue superado por la presión y escapó, haciendo que tuviesen que buscar a la desesperada a una gatita sustituta, a la que llamaron Felicette.
Una vez en su destino, los electrodos que habían sido colocados en su cuerpo enviaron a la tierra datos de gran interés científico.
Anita y Arabella, las arañas tejedoras del espacio
La seda obtenida de las telarañas posee un gran interés industrial aquí en la Tierra, ¿pero qué pasaría si sus intrépidas tejedoras tuviesen que hacer su trabajo un poquito más lejos?
Esta fue la tarea de Anita y Arabella, dos arañas que, en 1973, viajaron hasta la Estación Espacial Internacional para demostrar qué tal se les daba tejer en microgravedad.
Y puestos a enviar animales asquerosos al espacio, la cosa no quedó ahí; ya que, en 2006, también se envió un grupo de 40.000 gusanos para comprobar cómo afectaba la microgravedad a la flexibilidad de sus cuerpos.
Tortugas en el espacio, lentas pero resistentes
En 1975 un grupo de tortugas batió el récord de estancia animal en el espacio, con una duración de 90 días. Y es que estos animalitos, cuando se ponen, hacen las cosas con calma; pero las hacen bien.
Como veis, no todos estos animales han salido malparados de sus viajes. ¿Quién sabe? Quizás, si algún día podemos llegar a vivir en el espacio, será posible llevar a nuestras mascotas con nosotros.