Las bromas de youtubers han vuelto al centro de la polémica, con el vídeo de un youtuber rociando con gas pimienta a un repartidor.
“adri, te vez capaz de hacer un post”, me dice el jefe. Ignoro la falta de ortografía y mi nombre en minúscula (cosas de la mensajería instantánea), y abro el enlace que me ha pasado. Es un vídeo de Youtube que empieza con un hombre, tan desaliñado como un servidor, mostrando un bote de gas pimienta a cámara. Y entonces comprendo lo que quiere decir.
Este artículo no trata de un tema que me guste, que me resulte agradable. Porque es un tema que nos recuerda que, por cada nuevo logro, por cada nueva barrera eliminada, por cada risa, hay un momento de mezquindad, una barrera impuesta y un llanto. Y eso es cierto, más que nunca, en Internet.
La última broma que se ha hecho viral en Youtube
El vídeo es del youtuber Abel García, y ha tardado apenas unos minutos en volverse viral. Consiste en una “broma”, por la que García pide una pizza a domicilio; cuando el repartidor se la entrega, rocía el gas pimienta sobre ella y se la devuelve. En el encontronazo, la pizza acaba en el suelo y el repartidor dolorido huyendo por las escaleras.
García, después de cerrar la puerta de golpe, ha recibido de su propia medicina y se duele; pero su primera reacción es buscar la cámara. Tiene que grabar todo el material posible para luego montarlo en un vídeo que le reportará muchas visitas y pingües beneficios de publicidad. O al menos, esa es la intención.
Puede que la historia te suene. Es la última moda en la red, o por lo menos eso es lo que la prensa nos dice. Youtubers que graban bromas pesadas para hacerse virales. El caso más sonado, el del “caranchoa”; es el insulto que Mr. Granbomba soltó a un repartidor. Su recompensa, un tortazo y aparecer en los telediarios.
Más recientemente, ReSet se sumó a la horripilante fiesta regalando galletas rellenas de dentífrico a mendigos. Un caso muy similar, y las recompensas fueron similares. Aunque en este caso, todo el mundo estaba mejor preparado. Youtube cerró el vídeo, y hoy mismo el Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona ha imputado a ReSet por un delito de trato degradante. De nuevo, su cara aparece en todas las ediciones online de los periódicos.
Anatomía de una moda macabra
Probablemente la inmensa mayoría de los lectores pensará que eso es muy cruel. Pero habrá una porción, una pequeñísima cantidad de gente, que pensará “Qué buena idea”. Así nace una moda, la de las bromas de youtubers. Con que haya una sola persona que decida repetir la maldad, el virus se extenderá.
Hay quien dice que estos vídeos son falsos. En concreto, el de Abel García tiene muchos detalles que nos puede hacer pensar que es todo un montaje; que el repartidor lleve la caja de la pizza en la mano, o que la cara de García no esté visiblemente más roja de lo normal pese a haber sufrido el gas pimienta. Los efectos del gas pimienta son inmediatos y notables, incluso aunque el espray no nos impacte directamente.
Nada de eso importa. No importa si lo hizo en broma o en serio. Es suficiente para que mucha gente se lo crea y quiera repetirlo. Y es suficiente para avivar el debate, y todas las consecuencias que ello conlleva.
La tentación de buscar culpables es grande. Aparte de los que hacen las bromas, claro. ¿Es Youtube culpable de fomentar este comportamiento? Es innegable que estos actos han conseguido una audiencia que simplemente no era posible antes; hoy en día cualquiera puede subir un vídeo con sus gamberradas para que lo vean millones de personas. Incluso lo puede hacer en directo, por streaming.
Quién tiene la culpa de que Youtube se llene de bromas de mal gusto
Youtube no es el culpable. Pero sí que es un altavoz, uno que mucha gente llevaba tiempo esperando. No es sólo un altavoz de gamberradas; es un altavoz para extremistas, para acosadores y racistas. La gran pregunta es qué puede hacer Youtube para evitarlo.
Afortunadamente, parece que el tiempo de reacción es cada vez menor. Probablemente porque estos casos están llegando a la opinión pública, Youtube está siendo más rauda en cerrar este tipo de contenido. El vídeo de Abel García ya no está disponible públicamente en el momento de escribir estas líneas, por ejemplo.
Sin embargo, sí que está disponible en un enlace privado, que está siendo compartido por redes sociales y apps de mensajería.
El gran peligro de las bromas de youtubers que afecta a toda Internet
Es difícil decir cuál sería la solución ideal contra estos comportamientos, y qué más puede hacer Youtube para evitarlos. Por eso temo que el daño que hagan estos “bromistas” sea mucho mayor. Temo que un politicucho vea uno de estos vídeos y decida instaurar la censura obligatoria en Youtube.
Por dejarlo claro: si Youtube es capaz de detectar contenido con copyright con gran precisión, también puede analizar los vídeos y detectar términos o escenas a censurar. Es sólo una cuestión de si quiere hacerlo o si le obligarán a hacerlo.
Por eso he decidido escribir este artículo. No para otorgar los deseos de fama que tienen estas personas. Sino para avisar del negro futuro que le espera a la creación independiente de contenidos si los creadores no son capaces de autoregularse. Que unos pocos consigan destruir todo lo bueno que se ha creado para Youtube.
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