El parlamento de Portugal ha aprobado la implementación de una ley contra el DRM y el efecto que tiene sobre los ciudadanos.
El DRM, también conocido como protección anticopia, es para muchos una de las lacras en el consumo de medios de la actualidad.
El DRM, protección contra los piratas que afecta más a los compradores
Prácticamente todo lo que ves, escuchas y lees tiene algún tipo de DRM, para evitar que le hagas una copia. Oficialmente el objetivo del DRM es luchar contra la piratería, evitando que los “piratas” copien películas y discos y los suban a Internet.
En realidad, el DRM casi siempre es más una molestia para el usuario que paga que para el pirata. Por ejemplo, por culpa del DRM no podemos hacer algo tan sencillo como copiar una película que hemos comprado, por si acaso el disco se rompe o raya.
Un simple vistazo a las páginas de descarga nos dice que la eficiencia del DRM a lo largo de los años ha sido ridícula. Pero eso no ha evitado que se desarrollen protecciones cada vez más fuertes y que limitan cada vez más a los compradores.
Gracias a la presión de las grandes multinacionales, hasta ahora el DRM siempre ha tenido preferencia por encima de los derechos de los ciudadanos; especialmente el derecho a copia privada, o el derecho a la educación.
Portugal aprueba una ley contra el DRM en algunos casos
Esto no es algo que acepte todo el mundo, por supuesto. Hay muchos movimientos que buscan la limitación o incluso prohibición del DRM. DRM-PT, nacido en Portugal, es uno de ellos, y probablemente el que más éxito ha tenido.
Gracias a la gran campaña que revelaba las consecuencias de estas prácticas, se redactó una nueva ley contra el DRM; y después de varios trámites, la mayoría de la Asamblea de la República de Portugal ha votado a favor.
La ley incluye básicamente dos grandes cambios. Para empezar, prohíbe completamente el DRM en trabajos pertenecientes al dominio público.
Tiene lógica, si un trabajo ya puede ser accedido y consultado por todo el mundo, no tiene sentido restringir su copia. Esto afecta tanto a trabajos que han llegado al dominio público por el tiempo que ha pasado desde la muerte de su creador, como a trabajos creados o financiados por entidades públicas.
El segundo gran cambio permite a los ciudadanos saltarse el DRM, siempre y cuando se den ciertas circunstancias.
En concreto, los profesores y educadores tendrán el derecho de saltarse el DRM; sólo si lo hacen con propósitos educativos y formativos. En otras palabras, si necesitan usar un libro para una clase, podrán copiarlo.
Además, también se incluye un apartado sobre la copia privada; la ley permite saltarse el DRM si impide el uso y disfrute de una obra.
Estas excepciones son eso, excepciones, y no afectará a la mayoría de la gente. Los piratas seguirán pirateando, y los usuarios seguiremos peleando con el DRM. Pero al menos, algunos usuarios (especialmente profesores), no tendrán el miedo de ser perseguidos por saltarse el DRM.
A la ley contra el DRM solo le queda un paso ya para hacerse realidad, la firma del presidente de la República.
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