La neutralidad de la red en EEUU ha sufrido el golpe más duro de su corta historia.

En el mismo momento que Donald Trump ganó las elecciones a la presidencia de los EEUU, la neutralidad de la red ha tenido los días contados. Estaba clarísimo que el nuevo presidente iba a seguir las “recomendaciones” de las grandes operadoras y eliminaría uno de sus grandes obstáculos.

Todo empezó cuando el presidente de la FCC (la cámara de comercio), Tom Wheeler, renunció a su cargo como es habitual en los cambios de poder; Ajit Pai pasó a dirigir la cámara de comercio, y una prioridad en su agenda era acabar con la neutralidad de la red.

La neutralidad de la red en EEUU está acabada

Finalmente, hoy Pai ha cumplido su amenaza, en una FCC controlada por el partido Republicano. La votación de 2 contra 1 de hoy supone que las reglas impuestas en 2015 para proteger la neutralidad de la red han sido eliminadas.

El aspecto más polémico, pero al mismo tiempo el más poderoso de aquellas reglas fue catalogar Internet como un servicio público; eso inmediatamente limitó mucho lo que las empresas podían hacer con el servicio sin arriesgarse a una multa de parte de la FCC.

ajit pai

Ajit Pai se ha defendido asegurando que antes de instaurar las reglas, Internet estaba bien; y que eso demuestra que no eran necesarias. Considera que imponer unas reglas tan duras daña a la innovación y a las pequeñas empresas; por eso, Pâi llama a su plan “Restaurar la libertad en Internet”.

Es obvio que el presidente de la FCC ha tomado la vía que gusta más a las grandes operadoras; ignorando completamente lo que organizaciones como la EFF piden. De hecho, empresas como Verizon llegaron a realizar una campaña de marketing defendiendo la decisión de Pai.

La web de la FCC estuvo caída durante los días previos a la votación. Todo por la cantidad de gente que se conectó para dejar un comentario; pero la FCC descartó esto asegurando que en realidad la web había sido víctima de un ataque DDOS.

Qué pasará con Internet a partir de ahora

Al eliminar estas reglas, la situación se queda igual que antes; es decir, sin ningún tipo de control sobre lo que las operadoras pueden o no pueden hacer con el tráfico de datos que gestionan.

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El futuro pinta mal, ya que este es sólo el primer paso; el siguiente será la publicación de nuevas reglas, que básicamente permitirán cualquier cosa. La lógica que usa el partido Republicano es que, si las compañías no se ven obligadas a nada, podrán ofrecer mejores servicios y la competencia mejorará.

En otras palabras, la idea es que las compañías sean las que decidan aceptar la neutralidad de la red; porque si no lo hacen perderán clientes que se irán a otras compañías.

Sin embargo, el mercado de los EEUU es un buen ejemplo de porqué esto no funcionará. El sector está dividido entre unos pocos gigantes; y en muchas zonas del país sólo es posible contratar Internet con una sola compañía.

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