El momento ha llegado: el valor de Bitcoin ha superado los 10.000 dólares, y el miedo a la burbuja es mayor que nunca.

Al ritmo al que iba, era inevitable, y es algo que sabía todo el mundo; lo que ninguno de los expertos calculaba es que fuese a llegar tan pronto.

Hace apenas un par de días que el valor de Bitcoin llegaba a los 9.000 dólares; por aquel entonces, muchos esperaban alcanzar la barrera psicológica de los 10.000 dólares para finales de año, o para principios de 2018.

El valor de Bitcoin no parece tener techo

En poco más de 24 horas, esas predicciones se han convertido en papel mojado. Bitcoin ha superado, si bien momentáneamente, los 10.000 dólares, llegando a los 1076 dólares, según la información de sitios que registran el valor de la moneda virtual.

En el momento de escribir estas palabras, el valor de Bitcoin ha bajado un poco de los 10.000 dólares; pero el logro se ha conseguido. También hay que tener en cuenta que no todos los sitios manejan la misma información, y que según algunos, Bitcoin no superó esa barrera.

A estas alturas, ya poco importa; esa cifra es más una barrera psicológica que otra cosa, que atraerá muchos titulares como el nuestro pero que no cambia nada. Bitcoin seguirá creciendo, o al menos eso parece.

El miedo a una nueva burbuja toma fuerza

Por supuesto, este evento, por simbólico que sea, ha provocado una fuerte reacción en la red. Y el miedo es el mismo que hace años: que estemos ante una enorme burbuja. En Bloomberg ya se preguntan si estamos ante una burbuja peor que la de la era “puntocom”.

Con el cambio de siglo, el mercado de la web se llenó de nuevas empresas a un ritmo desorbitado; tanto, que el mercado simplemente no se pudo sostener. Ahora se teme algo incluso más catastrófico, debido a una superior relación entre precio y ganancias. En otras palabras, ahora mismo los bitcoins son cuatro veces más caros de lo que eran las acciones de las empresas puntocom en la explosión de la burbuja.

Ahora la duda es hasta dónde llegará el valor del Bitcoin antes de estabilizarse de nuevo.