Microsoft ha instalado su primer servidor en el fondo del mar, un logro que aunque lo parezca, no es una simple campaña de marketing.

Los servidores, gracias a los que puedes leer estas palabras, por ejemplo, tienen ciertas exigencias. Son máquinas muy delicadas, con grandes exigencias energéticas, y que debido a su funcionamiento continuo producen una gran cantidad de calor.

Así que, siempre que se crea un nuevo centro de datos, una de las primeras prioridades que se deben tener en cuenta es cómo se van a refrigerar, cómo van a recibir la energía eléctrica necesaria, y qué medidas tomar en caso de que cualquier cosa salga mal.

Un servidor en el fondo del mar, una solución sostenible al problema de la nube

La nueva solución a todos estos problemas, según Microsoft, es tirar el servidor al mar; así como suena. Bueno, vale, la operación del proyecto Natick es más compleja que tirar una roca al agua, pero la idea básica es esa: aprovechar las posibilidades que ofrece el fondo del mar para los servidores del futuro. Microsoft lleva años invirtiendo en el Project Natick, y en 2016 ya empezó a instalar algunos prototipos en el fondo marino.

Todo este trabajo ha dado sus frutos, y ha dado como resultado su primer servidor en el fondo del mar, completamente funcional; ha sido instalado cerca de la costa de Escocia, como parte de un programa piloto en el que Microsoft quiere suministrar centros de datos que se puedan desplegar rápida y fácilmente en cualquier región costera.

Microsoft-navalgroup_Brest

Por lo tanto, sería especialmente útil en zonas en las que no haya espacio físico para la instalación de estos servidores. Microsoft quiere que la nube esté más cerca de sus clientes, y este puede ser un método para conseguirlo.

Microsoft-navalgroup_Brest

Pero la verdadera intención de este proyecto va más allá: quieren crear centros de datos sostenibles, que no necesiten tanta energía para funcionar. En las frías aguas del fondo marino, el sistema es capaz de refrigerarse por si solo, sin necesidad de sistemas de refrigeración externos.

Microsoft's Project Natick on deployment day off the coast of Orkney Island, Scotland

La clave está en el diseño del armazón en el que se guardan los servidores, que hace algo más que protegerlos del agua; la aprovecha para la refrigeración interna. Además, la energía necesaria para hacer funcionar los servidores es renovable, y es generada a partir de las olas del mar, energía solar y energía eólica.

Microsoft quiere que en el futuro, estos sistemas lleguen a ser producidos de manera masiva, especialmente para aquellas zonas en las que hasta ahora la nube no ha podido llegar.

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